ECONOMIA & NEGOCIOS: ADRIAN RAVIER

Argentina: recuperar la igualdad ante la ley y el mercado

'Si se aplica un plan liberal, ninguna pyme va a sobrevivir', supo decir el Ministro...

17 de Septiembre de 2015
'Si se aplica un plan liberal, ninguna pyme va a sobrevivir', supo decir el Ministro de Economía, Axel Kicillof, mientras anunciaba la creación de un consejo de defensa a las pequeñas y medianas empresas. Luego, diría: 'En el mercado, si no está el Estado, rige la ley de la selva'.
 
La frase del funcionario deja mucha tela para cortar, como cada una de sus reflexiones. ¿Qué parte es cierta y qué parte no lo es?
 
Lo cierto es que liberales y socialistas arriban a pocos consensos en materia de política económica pero, en la medida en que existan buenas intenciones, coincidirán en terminar con la corrupción y también con el favor político que el Estado ofrece a determinados empresarios. En este sentido, el pensamiento del ministro de Economía no encaja en ninguna escuela económica de pensamiento. Su política económica consiste en reemplazar al mercado, y en obsequiar privilegios o sanciones arbitrarias a quienes él cree que lo merecen. La igualdad ante la ley, lógicamente, brilla por su ausencia.
 
Siempre insisto en dejar de llamar Unión 'Industrial' Argentina a ese grupo de pseudoempresarios y pseudoindustriales que se reúnen tras la Presidente para las fotos de sus discursos. ¿Qué empresario puede estar a favor de este modelo? Solo aquellos que reciben la 'protección' del Estado. Pero ha sido tan gigantesco el entramado de regulaciones, favores, autorizaciones para compra de divisas, permisos de importación o exportación, subsidios, aranceles y protecciones que se extendieron en los últimos doce años, que engloba a una importante proporción de la estructura productiva.
 
En este sentido, el mensaje que ofrece el ministro de Economía tiene algo de cierto. Una política liberal que integre a la Argentina al mundo, que reduzca el gasto público, que elimine cepos, que termine o al menos reduzca los subsidios, que encuentre una solución a la inflación, sin dudas hará caer a muchos pseudoempresarios que jamás compitieron bajo reglas de mercado y más bien aprovecharon mercados cautivos, sin la competencia internacional —y en muchos casos ni siquiera la competencia local—, lo que se ha desarrollado en estos doce años a través del entramado de políticas kirchneristas que el liberal suele criticar.
 
¿Puede entonces existir 'continuidad' en el modelo económico para preservar a 'la industria que supimos conseguir'? Es lo que el ministro de Economía ha intentado en toda su gestión, multiplicando controles, subsidios e intervenciones, pero sin éxito. Baste recordar la lenta pero contínua caída de la industria mes tras mes a lo largo de toda su gestión, a los efectos de demostrar que el plan es un fracaso.
 
El dilema al que nos expone el ministro de Economía es claro. La 'industria' no puede sostenerse, porque el modelo requiere día a día más controles y regulaciones, los que inevitablemente tienen costos que sufre la misma estructura productiva sobre la cual descansa el peso del Estado. El modelo es, entonces, inconsistente e inviable. Lo curioso, sin embargo, es que Axel Kicillof desea hacerle creer a la opinión pública que la culpa de esa necesaria reestructuración es del mercado y no de su propio modelo.
 
Una política liberal conduciría necesariamente a un ajuste inmediato de la estructura productiva, obligando a algunas empresas a una reestructuración acorde a lo que requiere la economía para reinsertarse en el mundo. Y hay dos formas de tomar este camino. De manera planificada, con políticas concretas que busquen recuperar cierta normalidad en los equilibrios fiscal, monetario y cambiario, o caer en una nueva crisis cuando la olla hirviendo, que es hoy la economía argentina, estalle por los aires y conduzca a una —ya no gradual, ni necesariamente lenta— reestructuración económica, donde numerosas pymes irán quebrando y el desempleo se irá extendiendo a toda la estructura productiva.
 
No podemos seguir juzgando la política económica por sus buenas intenciones. Lo cierto es que el modelo está agotado y la alta inflación y la ya extensa recesión —precisamente de la industria— son muestras del caso. La 'industria que supimos conseguir' es muy débil y mantenerla en pie tiene sus costos.
 
En lugar de seguir creando organismos como este Consejo de Defensa a las Pequeñas y Medianas Empresas, parece mucho más rentable recuperar la igualdad ante la ley y la economía de mercado. Ningún contexto es más justo para los verdaderos empresarios que la sana competencia. El debate que nos debemos plantear es qué empresario queremos en el centro de nuestra estructura productiva.

 
Sobre Adrián Ravier

Es Doctor en Economía Aplicada por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y profesor de Macroeconomía en la Universidad Francisco Marroquín. Publica periódicamente en el sitio web en español del think tank The Cato Institute y medios nacionales.