Otro fallo de Obama: fin al entrenamiento de rebeldes desde el Pentágono

Tras el anuncio, el mes pasado, de que solo cuatro de cienco rebeldes sirios entrenados por personal militar estadounidense permaneció en territorio sirio, la Administración Obama ha decidido poner término a la totalidad del programa. Se suponía que se lograse un aproximado de 5.400 combatientes adecuadamente entrenados este año, y 15 mil de cara a los próximos tres años, a los efectos de combatir con efectividad a ISIS en Siria.

Mientras que algunos funcionarios del Departamento de Defensa han intentado enmascarar el final de las operaciones calificándola de 'pausa operacional', otros han confirmado que el programa ha sido interrumpido por completo, y que próximamente podríá ser reemplazado por un programa menor en alcance, que ponga el foco en las fuerzas rebeldes existentes que ya combaten a ISIS -antes que crear otras nuevas. Un programa encubierto de la CIA para entrenar a rebeldes sirios, por su parte, ha sido más exitoso. Pero, luego de corroborarse un elevado gasto de US$ 500 millones, es sencillo comprender por qué tantos observadores se muestran disgustados con lo que representa un nuevo fallo en la política exterior del presidente Barack Obama.

El fracaso del plan del Pentágono para entrenar a grupos rebeldes ha venido siendo comentado durante meses; incluso el Secretario de Estado, John Kerry, reconoció en febrero pasado que el presidente necesitaría una estrategia superior —o diferente— para la región. La desprolija política de la Administración en Siria, y el modo en que minimizó inicialmente la amenaza que ISIS representaba para Occidente -particularmente para los Estados Unidos- ha probado ser uno de los errores estratégicos con mayor costo. Conforme el Estado Islámico recluta a un número cada vez mayor de combatientes extranjeros y adquiere mayores cuotas de territorio, se vuelve más complejo para el presidente estadounidense sencillamente minimizar lo hecho por el grupo terrorista -como ya Obama lo hiciera en anteriores oportunidades.

Como complemento a la recurrente catástrofe humanitaria que se registra en territorio sirio y la marea de millones de refugiados sirios, la pasividad de la Casa Blanca envalentonó al presidente ruso Vladimir Putin, empujándolo a intervenir en la crisis. Para empeorar el escenario, aeronaves de combate rusas han lanzado ataques aéreos contra objetivos rebeldes a los que Estados Unidos intenta respaldar, mientras que funcionarios de Rusia declaran falsamente que sus ataques se dirigen contra elementos de ISIS. Las acciones de Putin en Siria han elevado aún mas los costos y riesgos comportados por la desventurada política exterior de Barack Obama. La inacción del mandatario americano ha ofrecido una oportunidad a Putin, para que éste se haga de la iniciativa y explote el deteriorado escenario con miras a establecer una presencia permanente de Moscú en la región -así como también fortalecer la alianza de Rusia con Siria e Irán.

Las críticas contra el programa de equipamiento y entrenamiento de rebeldes se han multiplicado en los últimos meses, con un nivel de presión que se incrementa -particularmente desde Capitol Hill. Las medidas 'a medio camino' que en su momento fueran implementadas por la Administración Obama en sus esfuerzos para hacer frente a la crisis siria, han alcanzado beneficios mínimos.

La Administración Obama disfrazará la suspensión del programa de entrenamiento de rebeldes moderados con una nube de retórica, pero los hechos se presentan claros. El plan del Pentágono para entrenar a combatientes ha sido un desastre desde el inicio, en tanto se ha complementado con una negación absoluta de la rendición de cuentas desde el gobierno federal. El finiquito formal del programa del Pentágono es apenas un ejemplo del verdadero legado de la política exterior de la Administración Obama: solo promesas, una detrás de otra.


Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2015/10/11/another-foreign-policy-failure-for-obama-pentagon-training-for-syrian-rebels-ends/