Siria: por qué la propuesta de restricción aérea (no-fly zone) no funcionará
La guerra civil siria continúa, centenares de refugiados prosiguen su marcha...
La guerra civil siria continúa, centenares de refugiados prosiguen su marcha hacia las costas europeas y, para complicar las cosas aún más, las fuerzas armadas rusas se muestran activamente involucradas en el combate en territorio sirio; el detalle perturbador es que los rusos han tomado por objetivo a los mismísimos grupos respaldados por Estados Unidos.
Los llamados para que EE.UU. y sus aliados refuercen una zona de restricción aérea (No-Fly Zone) en porciones del espacio aéreo sirio se incrementan y, en las últimas semanas, los pedidos se multiplican desde ambos lados del Atlántico.
Una zona de restricción aérea, sin embargo, no es la respuesta adecuada para detener las atrocidades registradas en la guerra civil siria, como tampoco lo es para morigerar la marea de refugiados que fluye hacia Europa. De igual manera, una zona de restricción aérea no oficiaría como panacea para restablecer la fe en el liderazgo estadounidense. En rigor, una zona de restricción aérea, conforme explicada por Luke Coffey y James Phillips (Fundación Heritage, Washington, D.C.), solo registraría un impacto en extremo menor en la capacidad del régimen de Basher al-Assad para continuar asesinando a su propia gente:
Gran parte de la cifra de muertes es provocada por el empleo de artillería, y de brutales escuadrones de la muerte; sobre la totalidad de éstos, entre los que se incluyen helicópteros artillados, una NFZ (No-Fly Zone) devolvería un resultado apenas mensurable.
Adicionalmente, es dudoso que una NFZ sirva para reducir efectivamente los números de refugiados que se dirigen al Viejo Continente. En Alemania, las autoridades estiman que al menos un tercio de las personas que buscan asilo declaman provenir de Siria cuando, en realidad, no son sirios.
Finalmente, en tanto Estados Unidos podría perfectamente implementar una NFZ sobre el espacio aéreo sirio, sería una decisión costosa en términos de potencial pérdida de vidas y material (Siria cuenta con capacidad de misiles antiaéreos), así como también en lo que hace a costo financiero. La reciente decisión de Vladimir Putin de intervenir militarmente en apoyo del régimen de Basher al-Assad ha empantanado el escenario aún más; conforme dijera hace poco el Secretario de Defensa americano, Ashton Carter: 'Putin está echándole gasolina al fuego'.
La Administración Obama continúa careciendo de una estrategia clara para la guerra civil siria, o siquiera para promocionar los intereses de los Estados Unidos de América en el Medio Oriente y su zona de influencia. James Phillips, analista de la Fundación Heritage, apuntó recientemente que las recientes acciones de Putin en Siria sorprendieron a EE.UU., exhibiendo la lentitud de Washington.
'Las acciones unilaterales de Putin no solo provocaron una disrupción en los sueños diplomáticos de la Administración Obama en lo que hace a una cooperación multilateral para resolver la crisis, sino que el abrupto inicio de la campaña aérea rusa sin coordinación con los estadounidenses terminó sorprendiendo a funcionarios del Pentágono'.
La Administración Obama clausuró, en silencio, un programa dedicado a entrenar a fuerzas de oposición sirias, que en algún momento representaron el esfuerzo central de Estados Unidos para derribar a al-Assad y combatir a ISIS en Siria. Una NFZ (No-Fly Zone) no debería ser evaluada como un antídoto para largos años de políticas de Obama en el Medio Oriente, y tampoco obrará en concordancia con los intereses estadounidenses.
Implementar una zona de restricción aérea sería un error.
Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2015/10/20/why-a-no-fly-zone-will-not-work-in-syria/
Es Analista de política exterior en la Fundación Heritage, en Washington, D.C. Su trabajo es publicado también en el sitio web The Daily Signal.