La Administración Obama intenta borrar los peores crímenes de los Castro
Aún antes del periplo del presidente estadounidense Barack Obama hacia Cuba...
Aún antes del periplo del presidente estadounidense Barack Obama hacia Cuba -que se producirá en marzo-, su Administración ha buscado reescribir la historia que relata los peores crímenes del castrismo. Un ejemplo de ello tuvo lugar en 2014, cuando la Administración Obama conmutó la doble sentencia a cadena perpetua de Gerardo Hernández.
Hernández había sido puesto en prisión tras ser parte de una conspiración para cometer un asesinato, a raíz del derribo -acontecido en 1996- de una aeronave, propiedad de la ONG anticastrista 'Hermanos al Rescate'.
'Hermanos al Rescate' es una organización con base en Miami, constituída por cubanos exiliados, dedicada a revelar los peores actos de la dictadura castrista.
Estas atrocidades tuvieron lugar en 1996, cuando dos aviones de Hermanos al Rescate fueron derribadas por aeronaves de combate cubanos en espacio aéreo internacional, pereciendo cuatro personas. Otros dos cazas cubanos persiguieron a una tercera aeronave de la organización, hasta llegar a tres minutos de distancia de Key West, pero fracasaron en su intento de derribarlo también. Este avión, a la postre, regresaría para brinda información clave sobre lo que había ocurrido. De haber sido derribado como los otros dos, el gobierno cubano hubiese contado con una historia de cobertura para justificar los derribos.
A criterio de ejecutar el ataque, el régimen castrista contaba con un espía, que había infiltrado a Hermanos al Rescate. Inicialmente, esa persona declaró ser un sobreviviente en Cuba, confirmando la historia del régimen. Pero su historia se vino a pique cuando el tercer avión llegó a Florida sano y salvo.
El objetivo del régimen castrista era destruir a la organización de asistencia humanitaria y, al mismo tiempo, desviar la atención para que ésta no se centrara en la violenta represión de un encuentro opositor en Cuba.
Este episodio tenía lugar en medio de una relación binacional más cordial, que diera inicio en 1994, entre la Administración Bill Clinton y la de los Castro, la cual incluyó ejercicios militares conjuntos -de carácter secreto.
Hernández fue puesto en libertad por la Administración Obama, y regresado a Cuba el mismo día en que abandonó el presidio y su sentencia fuera conmutada. Dos días más tarde, el 19 de diciembre de 2014, Obama buscó reescribir la historia del incidente, expresando en conferencia de prensa que 'se trató de una circunstancia trágica que terminó con el colapso de las conversaciones que ya habían dado comienzo'.
Registros históricos y legales demuestran que el presidente Obama está equivocado.
La dictadura castrista planificó el ataque, empleando a su red de espías en los Estados Unidos para obtener información, lo cual le permitió a los Castro ejecutar este acto de terrorismo de Estado, mientras se llevaba a cabo una operación de intoxicación desde la cual culpara a las víctimas y la cobertura que se hiciera del tema en los medios de comunicación masivos.
El 14 de noviembre de 1997, el juez de distrito James Lawrence King halló culpable a Cuba, en un juzgado civil, de planificar el derribo previo al ataque, y observó que había existido tiempo de sobra para emitir advertencias a la aeronave -luego derribada- de Hermanos al Rescate.
El jurado de una corte criminal, presidido por la juez de distrito Joan Lenard, encontró culpable -el 10 de junio de 2001- al espía cubano Gerardo Hernández, por cargos de conspiración para cometer homicidio, dado su rol en la provisión de información al gobierno cubano, sobre los planes de vuelo de las aeronaves de Hermanos al Rescate.
El 21 de agosto de 2003, un gran jurado acusó a los dos pilotos de los cazas cubanos y a su comandante en jefe de cargos de homicidio, tras el episodio de 1996. Las acusaciones tenían por objetivo al general Rúben Martínez Puente quien, al momento, lideraba la Fuerza Aérea Cubana, y a los pilotos de combate Lorenzo Alberto Pérez-Pérez y Francisco Pérez-Pérez.
Los acusados recibieron cuatro cargos de homicidio, un cargo consistente en conspiración para asesinar a ciudadanos de los Estados Unidos, y dos cargos por destrucción de aeronaves. Todavía están libres.
La Casa Blanca ha exhibido una notable falta de voluntad política a la hora de buscar justicia en el caso del homicidio premeditado de estas cuatro personas, aún cuando las acusaciones continúan vigentes.
Los familiares de los asesinados (Carlos Costa, Pablo Morales, Mario De La Peña, y Armando Alejandre) han buscado justicia y seguirán haciéndolo, en pos de tener resultados concretos. Infortunadamente, enfrentan a una Administración Obama que intenta minimizar el impacto del accionar hostil del gobierno cubano.
Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2016/02/24/obama-administration-looks-to-erase-castros-worst-crimes/