Tras los ataques en Bruselas, Estados Unidos no puede cometer los errores de la UE
La primera pregunta que los profesionales de la seguridad...
La primera pregunta que los profesionales de la seguridad en todo el mundo se preguntan tras los horrendos ataques terroristas es: Y, ahora, ¿qué sigue? La segunda pregunta: ¿cómo detenerlo?
Por estas horas, los estadounidenses se despertaron con la noticia de que Europa había sufrido un nuevo golpe, con informes de que dos artefactos explosivos en Bruselas habían asesinado y herido a decenas de personas. La andanada llega apenas días después del arresto -en la misma ciudad- de los perpetradores del atentado terrorista de París del año pasado.
Una preocupación fundamental coincidiría con que las campañas terroristas orquestadas allí podrían llegar aquí. Y existe un precedente para ilustrarlo: un núcleo de partícipes del ataque del 11 de septiembre de 2001 organizó una célula terrorista en Hamburgo, Alemania.
Si existieren células residentes en Europa interesadas en atacar, uno de los principales desafíos sería la manera de llegar a los Estados Unidos. EE. UU. se ha estado enfocando en prevenir que los terroristas se trasladen hacia su territorio por vía aérea, desde los ataques en Nueva York y Washington en 2001. El alerta fue tema central de investigaciones por parte de la comisión del 9-11.
Lo que Estados Unidos ha hecho desde el 9-11 ha sido concentrarse en hallar y detener a terroristas que pudieren intentar llegar por avión a América del Norte. Esta estrategia conlleva sentido.
Los terroristas suelen trasladarse en números pequeños, y han probado todo método posible para llegar desde allí hasta aquí. Clausurar una forma de traslado no impediría demasiado. Esto es, que intentarán algo diferente. La metodología que mejor funciona coincide con la identificación y el posterior esfuerzo para impedirlo; y no impedir al resto de la gente trasladarse libremente.
El tema central de preocupación para Estados Unidos se resume en no repetir los errores de Europa, permitiendo que una extendida red terrorista islámica extienda sus tentáculos a lo largo de su propio territorio.
Mientras la amenaza extremista islámica inspirada en ISIS representa un problema global, la problemática no es idéntica en todo el mundo. Como resultado de comunidades extremistas domésticas y combatientes extranjeros que se han movilizado desde y hacia Europa y el Medio Oriente, la Europa Occidental exhibe ahora la huella de células terroristas en capacidad de ejecutar atentados como los registrados en Bruselas y París.
La clausura de conductos a través de los cuales los combatientes extranjeros puedan movilizarse es crítica. Como también lo son las investigaciones de alta sensibilidad que versan sobre contraterrorismo en territorio estadounidense que se anticipan a potenciales amenazas terroristas, antes de que todo comience a parecerse a París y a Bruselas -y lo propio puede decirse de políticas responsables que versen sobre inmigración y seguridad fronteriza.
Y, por sobre todo, se vuelve necesario un Departamento de Seguridad Interior que ponga el foco en su trabajo del día a día. Puede incorporarse un aprendizaje fundamental de los ataques registrados este martes -pero solo si se presta la debida atención.
Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2016/03/22/after-brussels-attacks-us-must-not-repeat-europes-mistakes/
Poseedor de master y doctorado en la Universidad de Georgetown, Carafano es un reconocido experto en temáticas de seguridad nacional y desafíos en política exterior. Es vicepresidente de Estudios en Políticas de Defensa y de Política Exterior en la Fundación Heritage, y Director del Instituto Kathryn y Shelby Cullom Davis de Estudios Internacionales. Es también historiador e investigador; su publicación más reciente es "Wiki at War: Conflict in a Socially Networked World" ('Wiki en Guerra: el Conflicto en un Mundo Socialmente Interconectado', 2012), obra que examina el impacto revolucionario del Internet en la seguridad nacional. Es Teniente Coronel del Ejército de los Estados Unidos. Recientemente, se ha desempeñado -asesorando en temas sobre los cuales es experto- en el equipo de transición del presidente estadounidense Donald Trump.