Europa: caldo de cultivo para el terrorismo
Ahora mismo, belgas y europeos en general se miran perplejos, con renovada...
23 de Marzo de 2016
Ahora mismo, belgas y europeos en general se miran perplejos, con renovada aprensión; provisto que acaban de caer en cuenta, una vez más, de su propia vulnerabilidad ante el terrorismo. Han permitido que sociedaes paralelas emerjan y, en este instante, perciben que el problema solo puede incrementarse.
Por ejemplo, cuando la policía arrestó al sospechado terrorista Salah Abdeslam en el oscuro vecindario de Molenbeek (Bruselas) la pasada semana, los líderes de la Unión Europea se reunían en las oficinas generales de la Comisión Europea, a criterio de discutir la crisis de inmigrantes que asuela al Viejo Continente.
Y la situación comportaba cierta coherencia, dado que el vecindario de Molenbeek represnta la división y la separación que hoy existe en la sociedad europea, y el porqué existe un temor frente a que los migrantes que arriban al Viejo Continente de a cientos y miles podrían hallar, en tales recovecos, redes dispuestas a radicalizarlos.
La policía -que finalmente arrestó a Abdeslam (buscado a partir de su supuesta participación en el ataque terrorista del 13 de noviembre de 2015, que dejara 130 muertos en París, luego de una cacería humana de cuatro meses que terminó con el sospechoso herido)- por momentos parecía enfrentarse a Molenbeek, algunos de cuyos residentes replicó a las fuerzas del orden con misiles. Tras el arresto, el ministro del interior belga subrayó que se había visto sorprendido por la ingente ayuda que Abdeslam había recibido.
Aún cuando es prematuro extraer más datos sobre el ataque de Bruselas del próximo-pasado martes 22 de marzo, el vecindario de Molenbeek incubó los ataques de París. El líder de la red, Abdelhamid Abaaoud, provino de esa locación. Muchos de los otros terroristas, incluyendo a Salah Abdeslam, exhibían vínculos con el vecindario, sitio donde los musulmanes representan más del 50% de la población y el desempleo entre los jóvenes es extremadamente elevado.
Pero Molenbeek no está solo. Ca n’Anglada, en Barcelona, ha sido identificado también como sitio de origen de numerosos combatientes de ISIS. Amin Iharchain, residente marroquí de 31 años, declaró al matutino español El País:
'El radicalismo ha saturado esta zona; ni el imán local ni ninguna de las 29 asociaciones musulmanas registradas dirán nada. Y no es solo aquí en Ca n’Anglada, sino que también sucede lo propio en L’Hospitalet de Llobregat, Badalona. (...) Se trata de desempleo, pobreza, la sensación de inferioridad, todo ello vinculado al mensaje radicalizado'.
En Alemania, están Marxloh y Neukölln; en Francia, Seine-Saint-Denis y Clichy-sous-Bois. En la Gran Bretaña, la población islámica también se exhibe en núcleos en ciudades específicas.
Muchos de los refugiados que ahora llegan a Europa como resultado del caos en la Mesopotamia, se asentarán en vecindarios como los mencionados, allí donde pueden terminar radicalizados. Ahora mismo, estos sitios albergan redes radicalizadas que pueden ser utilizadas por ISIS o por patrocinadores del accionar terrorista.
A comienzos de esta semana, previo al arresto citado, el vicepresidente de la Fundación Heritage, el Dr. James Jay Carafano, escribió -en lo que casi fue un anticipo-: 'Los organizadores de ISIS están, sencillamente, conectándose con comunidades extremistas remanentes. Estas redes están surgiendo a lo largo de todo el globo (...); por lejos, las redes que más preocupación generan se localizan hoy en Europa Occidental'.
Los políticos europeos no pueden rehuir a la responsabilidad, tras haber permitido que la división social se acentuara; división que encontró manifestaciones físicas en estas regiones urbanas, y las redes se han reforzado. El modo con que Alemania manejó a los 'trabajadores turcos invitados' sirve de instructivo.
Tal como la revista germana Der Spiegel lo ilustrara en 2010, en relación al esfuerzo para importar trabajadores en los años sesenta:
En aquel momento, nadie en Alemania se preocupaba mayormente por el hecho de que muchos de los recién llegados podría, difícilmente, leer o escribir, lo cual volvía difícil para ellos cualquier tipo de participación en la sociedad alemana. Se esperaba que los trabajadores invitados vivieran en comunidad en nuevas instalaciones para residentes, en cercanía de las fábricas donde trabajaban, para luego regresar a sus países de origen, al cabo de desempeñarse laboralmente durante unos pocos años.
Salvo por pocos de los gastarbeiters que no regresaron a Anatolia -y que tampoco se quedaban en los nuevos edificios. Eventualmente, estos hombres comenzaron a traer a sus esposas, y comenzaron a tener familia; tras lo cual una sutil transición dio inicio -y se pasaba de ser invitado a ser inmigrante.
Explicado por Der Spiegel:
Dado que precisaban más espacio, los turcos comenzaron a mudarse de los nuevos edificios, para trasladarse a apartamentos económicos en vecindarios situados cerca de las factorías, que los alemanes gradualmente abandonaron. Esto condujo al surgimiento de vecindarios de inmigrantes, como ser Marxloh -en la ciudad de Duisburg, al oeste, y Neukölln en Berlín; ambas son hoy vistas como fortalezas de las así llamadas sociedades paralelas.
Básicamente, los políticos alemanes no se percataron de que los inmigrantes turcos debían ser asimilados a la cultura germana. En tal sentido, contribuyeron a la creación de sociedades paralelas, desde el inicio.
Tal como en los Estados Unidos, algunos pensadores europeos y formadores de opinión están comenzando a alzar sus voces, en relación a la falta de asimilación y el surgimiento de la radicalización. David Cameron se ha mostrado como un dirigente particularmente firme.
Un año antes de convertirse en primer ministro, Cameron se apersonó en la Conferencia de Seguridad de Munich, declarando que el terrorismo, en rigor, no era fogoneado por la política exterior de Occidente, por la pobreza en Oriente Medio, ni por el conflicto palestino-israelí. 'Aún si solucionáramos estos problemas -dijo-, seguiría habiendo terrorismo'.
La razón por la cual muchos jóvenes musulmanes en Occidente se abrazan al extremismo islámico, declaró Cameron, 'remite a preguntas sobre la identidad. Estos jóvenes hombres tienen dificultades para identificarse con Gran Bretaña, porque hemos permitido el debilitamiento de nuestra identidad colectiva'.
Al escribir para el Times de Londres a comienzos del año en curso, Cameron agregó:
'Con demasiada frecuencia, y debido a lo que yo llamaría 'tolerancia pasiva', la gente suscribe la falsa idea del desarrollo separado (...) Es hora de que modifiquemos nuestro criterio. Nunca habremos de construir una nación unida, a menos que nos mostremos asertivos de cara a nuestros valores libertarios, y seamos más claros acerca de las expectativas que colocamos en aquellos que vienen a vivir aquí y a construir una nación junto a nosotros, y seamos más creativos y generosos en el trabajo que hacemos con miras a derribar barreras'.
Es ahora demasiado tarde para hombres como Abdeslam. Pero, para millones de inmigrantes y sus hijos en Europa, ahora mismo, no es demasiado tarde- si solo las personas que celebran reuniones en las oficinas de la Comisión Europea se despierten de una vez y comprendan la necesidad de la asimilación.
Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2016/03/22/europes-breeding-ground-for-terror/
Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2016/03/22/europes-breeding-ground-for-terror/
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@Gundisalvus
Sobre Mike González
Es vicepresidente de comunicaciones en la Fundación Heritage (Washington, D.C.), y periodista con veinte años de trayectoria, habiendo reportado desde Europa y Asia. Durante la Administración del ex presidente estadounidense George W. Bush, asistió en temas fiscales y de política exterior en audiencias dentro de Estados Unidos y en el exterior, inicialmente en la Securities and Exchange Commission (SEC) y luego en el Departamento de Estado.