ESTADOS UNIDOS: PHILIP GIRALDI

La CIA retorna al espionaje

Poco más de un año atrás, el Director John Brennan anunció una fuerte reconfiguración...

27 de Abril de 2016

Poco más de un año atrás, el Director John Brennan anunció una fuerte reconfiguración de la CIA que podría, inter alia, optimizar las erosionadas capacidades del Servicio Clandestino. Una maniobra anterior para designar al oficial paramilitar Gregory Vogel como Director Adjunto para los espías de la agencia envió a la burocracia el mensaje de que los tiroteos y el empleo de aviones no tripulados había remplazado al espionaje como el componente de élite de la CIA, y había considerable preocupación al respecto de que la agencia había, hasta cierto punto, perdido su capacidad para llevar a cabo actividades tradicionales de espionaje. En tanto sería una exageración extrema sugerir que la agencia había abandonado el negocio del espionaje, algunos relatos certifican que se había dejado de lado las operaciones y que, en lugar de ellas, todo mundo se había vuelvo dependiente de información poco confiable -proporcionada por enlaces amistosos con servicios de inteligencia externos.

CIA, AfganistánUn reciente raconto en primera persona de parte de Douglas LauxLeft of Boom, describe -con algún detalle- el espionaje en la nueva era. La memoria, que ha sido severamente redactada por censores de la CIA, describe el rol del espionaje como soldado raso en zonas de combate como Siria y Afganistán. Laux expresa el punto de que muchos de los case officers de la actual generación de la CIA han desarrollado poco espionaje convencional, habiendo trabajado en zonas de guerra en donde las reglas de combate son bastante diferentes de lo que son en el circuito de los cócteles y reuniones de París.

Laux concluye su relato con la frustración de haber armado a los rebeldes en Siria, pero su historia da inicio cuando arribara a Afganistán en 2010. El contaba con una ventaja singular sobre el resto de sus pares, conforme era uno de los pocos que sabían hablar pashtún, previo a su comisión. Laux fue enviado a una base situada en una oscura prisión de concreto de la era soviética, e inmediatamente le fue encomendada la tarea de desarrollar información sobre los pormenores de explosivos improvisados que asesinaban a un elevado número de soldados estadounidenses. Cultivó relaciones con tribus locales pero, cuando conoció a sus agentes, debía portar chalecos antibala y ser llevado a encuentros en vehículos blindados -protegido por guardias que se habían desempeñado previamente como Navy SEALs.

El éxito de Laux -o la falta de aquél- es difícil de discernir al leer el trabajo, debido a la extensa redacción, pero el autor apunta lo poco que las agencias de inteligencia y los militares conocían sobre Afganistán y su gente. Cortos tours, como en Vietnam, implicaban que, desde el inicio, todo mundo contaba los días hasta llegar DEROS (esto es, la fecha designada para regresar del extranjero) y aquellos que se iban, poco habían aprendido de lo que sucedía mientras servían en su año respectivo; éstos pasaban la responsabilidad a novatos que debían arrancar desde cero. Laux repite que los Estados Unidos no habían estado en ese país durante diez años: 'Habíamos estado en Afganistán por solo un año, durante diez oportunidades'.

La ignorancia sobre lo que estaba sucediendo en el terreno, y el fallo a la hora de comunicarse a través de andariveles de burocracia, venían con un alto precio. Los militares emitían por radio los nombres de los talibanes que buscaban, sin coordinar con la CIA. Al día siguiente, personas llegaban a bases de la CIA con, según decían, 'información valiosa', respaldada por nombres -y exigiendo dinero. La agencia les pagaba lo solicitado, asumiendo que el conocimiento de las identidades de terroristas buscados en sí misma, certificaba la buena fe de los portadores de información. Para Laux, la confusión ejemplificaba todo aquello que funcionaba mal sobre el esfuerzo estadounidense en Afganistán, observación que bien podría servir para iluminar a ciertos candidatos a la Presidencia que hoy desfilan por las pantallas de tevé.



Artículo original, en http://www.theamericanconservative.com/articles/cia-gets-back-to-spying/ | Traducido y republicado con permiso del autor y de The American Conservative (Estados Unidos)

 

Sobre Philip Giraldi

Especialista en contraterrorismo; ex oficial de inteligencia militar de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América (CIA). Se desempeña como columnista en medios estadounidenses, y como Director Ejecutivo en el Council for the National Interest. Giraldi es colaborador frecuente en Unz.com, Strategic Culture Foundation y otros. En español, sus trabajos son sindicados con permiso en El Ojo Digital.