Sobre el derecho de los trabajadores: libertad laboral
El Día de los Trabajadores suele considerarse una jornada para reivindicar...
06 de May de 2016
El Día de los Trabajadores suele considerarse una jornada para reivindicar el conflicto social intrínseco a toda relación laboral: una jornada en la que los sindicatos y los partidos políticos obreristas se erigen como representantes de los intereses comunes del proletariado frente a los opuestos de la clase capitalista. Según se proclama, el Estado debería reforzar los 'derechos' de los trabajadores, entendiendo por tales incrementos regulatorios de los salarios, reducción de las jornadas laborales, restricción de las posibilidades de despido o aumento del poder de los representantes de los trabajadores dentro de la empresa.

En tal caso, los mayores 'derechos' de los trabajadores se convierten en una condena al desempleo estructural a muchos más trabajadores. ¿En qué sentido prohibir trabajar por ley a una parte de los trabajadores supone ampliar sus derechos? En ninguno: tan sólo supone impedirles prosperar por sus propios medios, forzándoles en consecuencia a depender del asistencialismo estatal para sobrevivir. Los únicos que verdaderamente ven incrementados sus privilegios con la actual legislación laboral son los sindicatos y los políticos: los primeros porque acaparan mediante la ley el poder que no consiguen lícitamente mediante la afiliación sindical voluntaria; los segundos, porque tejen redes clientelares y de dependencia que capturan el voto de los parados (desempleados) forzosos.
El Día de los Trabajadores no debería ser un día para reivindicar políticas laborales que proscriben el trabajo. Debería ser un día para reivindicar un mercado laboral abierto, flexible, inclusivo y, en definitiva, libre que multiplique las oportunidades de todos los trabajadores para encontrar un empleo, para progresar a través de él y para incrementar sostenidamente sus estándares de vida. No más corsés legislativos y sindicales a los contratos laborales: libertad de negociación, impuestos bajos sobre el trabajo y autonomía del empleado para determinar los criterios de su formación, sindicación, aseguramiento y jubilación. Esas deberían ser las proclamas del Día de los Trabajadores: libertad para el trabajador, no sometimiento al Estado.
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@JuanRallo

Sobre Juan Ramón Rallo Julián
Director del Instituto Juan de Mariana (España) y columnista en ElCato.org. Es Licenciado en Derecho y Licenciado en Economía (Universidad de Valencia).