Bangladesh y la profundidad de la problemática del extremismo fundamentalista
As Bangladesh comes to grip with the horrific...
Conforme Bangladesh emerge del ataque terrorista del 1ero. de julio -registrado en un café en un barrio de clase alta en Dhaka-, el gobierno de Sheik Hasina debe ahora enfocarse en clausurar las operaciones de grupos islamistas militantes locales, y cooperar con las autoridades de los Estados Unidos de América, para determinar si acaso los terroristas exhibían vínculos operativos con grupos globales.
El ataque, que involucró una toma de rehenes de doce horas, dejó al menos a veinte de los rehenes muertos -al igual que a dos ciudadanos de Bangladesh que se desempeñaban como personal de seguridad. Las víctimas incluyeron a nueve italianos, siete japoneses, y tres ciudadanos de Bangladesh. Tres de las víctimas eran estudiantes en universidades estadounidenses.
De acuerdo a informes de medios de prensa, los seis atacantes eran todos bangladesis, y cinco de ellos eran individuos que la policía local había intentado aprehender en días previos. Los atacantes habían exigido a los rehenes que recitaran versos del Corán, y aquellos que no podían eran brutalmente torturados y asesinados -así lo relataron sobrevivientes del crudo evento.
A lo largo de los últimos tres años, religiosos extremistas en Bangladesh venían escalando sus ataques, asesinando sistemáticamente a blogueros liberales, profesores y activistas -así como también a miembros de la comunidad minoritaria de hinduístas.
Los atacantes parecieron tener por objetivo reprimir el disenso, y someter a la sociedad de Bangladesh a un proceso de islamización.
Asimismo, pareciera registrarse una suerte de competencia entre terroristas que prestan juramento a al-Qaeda y a aquellos asociados con el Estado Islámico (ISIS). Las autoridades de Bangladesh han arrestado a numerosos miembros de un grupo terrorista local, Jamaat-ul-Mujahideen Bangladesh, en 2015 -por haber intentado conectarse con ISIS.
En lo que constituyó otra señal de su creciente interés en Bangladesh, ISIS publicó recientemente un artículo de cinco páginas, intitulado 'El Resurgimiento de la Yijad en Bengala', en su magazine 'Dabiq'. En el texto, se anunciaban futuros ataques contra occidentales que se apersonaran en Bangladesh.
Al-Qaeda también ha reenfocado su atención en Bangladesh, en los últimos tiempos. En septiembre de 2014, cuando el líder de al-Qaeda, Ayman al-Zawahiri inauguró su franquicia en el sudeste de Asia (al-Qaeda en el Subcontinente Indio), Zawahiri dio a conocer un video en el que aseguraba a musulmanes en India, Bangladesh y Burma que la organización ayudaría a 'rescatarlos' de la injusticia y la persecución.
En enero de 2014, Zawahiri dio a conocer un mensaje de audio, arengando a los ciudadanos de Bangladesh a alzarse contra el Estado.
El gobierno Hasina ha culpado de ataques extremistas previos a la oposición política. Pero, dado el recurrente interés de ISIS y al-Qaeda en Bangladesh, no parece tener sentido que el gobierno de Bangladesh descarte conexiones entre los perpetradores de los ataques y movimiento terroristas globales.
El ataque del primero de julio fue un evento planeado y coordinado -y, al menos, inspirado por la ideología de ISIS, aún cuando operativos de ISIS no hayan ejecutado directamente el ataque. En cualquier caso, etá claro que Bangladesh tiene ahora un serio problema de extremismo islamista entre manos, y el solo hecho de culpar a la oposición política es una respuesta inaceptable.
En otro orden, el gobierno de los Estados Unidos de América deberá insistir en investigaciones transparentes (y conjuntas) de éste ataque y de eventos previos, para determinar cualquier eventual vínculo global, y el modo en que las redes terroristas pudieren ser aplastadas.
Hasina merece crédito por poner el foco en los principios seculares de la fundación del país. Sin embargo, su gobierno deberá concentrarse ahora en poner en marcha las medidas de seguridad necesarias tendientes a proteger a aquellos que desean respaldar aquellos principios.
Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2016/07/03/bangladesh-attack-shows-depth-of-countrys-extremist-problems/
Es analista senior en la Fundación Heritage (Washington, D.C., Estados Unidos); experta en las relaciones económicas y políticas entre el gobierno de EE.UU. e India, Paquistán y otras naciones del Sudeste de Asia. Su trabajo también es publicado en español en la web Libertad.org.