Tras la quinta prueba nuclear de Norcorea, es hora de que Obama presione a China
El próximo-pasado 8 de septiembre, Corea del Norte condujo su...
El próximo-pasado 8 de septiembre, Corea del Norte condujo su quinta prueba nuclear -la segunda desde enero de 2016.
El régimen confirmó la prueba nuclear, afirmando que ahora cuenta con 'una variedad de cabezas nucleares más pequeñas, livians y diversificadas de mayor poder de ataque... estandarizadas para ser montadas en cohetes balísticos estratégicos'.
El Instituto Geológico de Estados Unidos informó entonces sobre un evento sísmico de 5.3 de magnitud en la escala Richter, en cercanías del sitio de pruebas nucleares de Punggyi-ri. El nivel sísmico informado es coherente con -aunque ligeramente superior- con las pruebas nucleares previas de Corea del Norte. Un experto comentó que la explosión pudo haber sido de entre diez y veinte kilotones, la mayor prueba hasta el momento y, aproximadamente, del volumen de la explosión de Hiroshima.
Claramente, Norcorea está volviéndose una nación más agresiva -y es hora de que los Estados Unidos tomen acciones, a pesar de la resistencia de China.
Solo este año, Corea del Norte se ha involucrado en una veloz serie de pruebas nucleares y misilísticas. Además de las dos pruebas nucleares, Kim Jong-Un ha probado exitosamente un misil balístico intercontinental, un misil móvil de alcance medio, un misil balístico lanzado desde submarino, tecnología de reingreso de vectores en la atmósfera, un nuevo motor para cohetes de combustible sólido, y un motor mejorado de combustible líquido para misiles intercontinentales.
A lo largo del reinado de cuatro años de Kim, Pyongyang ha llevado a cabo 37 pruebas con misiles, más del dolbe que lo que lo hizo su padre, Kim Jong Il, en diecisiete años en el poder. Norcorea cuenta ahora con la capacidad de amenazar a Corea del Sur y al Japón, puede poner en la mira a bases estadounidenses tan lejanas como Guam, y continúa desarrollando misiles balísticos intercontinentales de ojiva nuclear para amenazar al territorio continental de EE.UU.
Los miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas convendrán una reunión de emergencia, a los efectos de replicar a la más reciente violación norcoreana de las Resoluciones de la ONU. El Consejo tiene por costumbre reservarse sus más duras réplicas ante pruebas nucleares. En marzo pasado, la ONU aprobó la Resolución UNSCR 2270, que incluyó las más fuertes sanciones contra Corea del Norte hasta la fecha. La dureza de la Resolución refleja las crecientes preocupaciones internacionales de cara a las capacidades nucleares de Corea del Norte y su firmeza para confrontar los desafíos del régimen.
China continúa oficiando de 'comodín' en las deliberaciones de Naciones Unidas, sin embargo, exigiendo -como es corriente- respuestas débiles y ocasionalmente reforzando las sanciones demandadas. Recientemente, Pekín impidió que la ONU diera respuestas ante una prueba misilística de Norcorea, en respuesta a los planes de Estados Unidos para desplegar el sistema THAAD (Sistema de Defensa Aérea de Altitud, o Terminal High Altitude Area Defense) en Corea del Sur. Pero, entonces, China acordó luego una declaración más firme desde ONU ante la prueba con misiles de Pyongyang.
En respuesta a la última prueba nuclear, Estados Unidos y sus aliados deberían urgir a la ONU para que clausure los vacíos legales en la Resolución sobre sanciones, en cuyo apartado es fundamental eliminar la exención sobre 'propósitos de subsistencia' -que hace a las exenciones de la prohibición a Norcorea para exportar recursos. Pero China continuará siendo un socio reticente, temeroso de que una respuesta más dura de parte de la comunidad internacional pudiera escalar el comportamiento del régimen, o bien su colapso definitivo.
La reticencia de China ante la posibilidad de presionar con firmeza a su aliado proporciona a Pyongyang una sensación de impunidad, que la alienta a tomar actitudes de mayor beligerancia. Corea del Norte se muestra dispuesta a desafiar directamente los llamados de China a la paz, la estabilidad y la desnuclearización, redoblando repetidamente su apuesta para conseguir sus objetivos -que incluyen el ganar tiempo para aumentar sus capacidades nucleares y misilísticas.
Asimismo, la Administración Obama ha sido menos severa a la hora de implementar sanciones estadounidenses contra Norcorea, al menos hasta que fuera presionada por la legislación del congreso en Washington (en la forma del Acta de Políticas para Reforzar las Sanciones contra Norcorea), que estipuló el refuerzo obligatorio de la ley americana. La Administración aún no ha impuesto siquiera una sencilla sanción secundaria a entidades chinas que facilitan las acciones prohibidas para Corea del Norte.
Medidas financieras y sanciones podrían llevar tiempo hasta que devuelvan un impacto efecto en las condiciones financieras del régimen. Pero, en el corto plazo, tales medidas refuerzan la ley americana y las leyes internacionales, imponen penalidades a violadores, y restringen el flujo de divisas y las exportaciones de artículos prohibidos para programas nucleares y de misiles.
La dificultad consistirá en mantener la firmeza de la comunidad internacional para mantenerse dentro del curso de acción. Ahora mismo, algunos han mostrado impaciencia con las sanciones de varios meses de duración, abogando por un regreso a esfuerzos diplomáticos de décadas que ya han claramente fracasado al momento de lograr una desnuclearización.
Estados Unidos y sus aliados deben, por lo tanto, tomar medidas para incrementar sus defensas contra la creciente amenaza misilística y nuclear de Norcorea, incluyendo el despliegue del sistema de defensa con misiles THAAD en Corea del Sur, incrementando la integración de Seúl a una red extendida de defensa misilística para aliados, y desplegando un sistema defensivo de misiles balísticos desde submarinos contra la amenaza de vectores que presenta Pyongyang.
Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2016/09/09/with-north-koreas-fifth-nuclear-test-time-for-obama-to-pressure-chinese-to-help-sanction-north-korea/