SOCIEDAD: RODOLFO LLANOS

Argentina: más Estado, menos espíritu emprendedor

En la Argentina, existen 9.300.000 de emprendedores. Estos van desde titulares de empresas constituídas...

12 de Octubre de 2016

En la Argentina, existen 9.300.000 de emprendedores. Estos van desde titulares de empresas constituídas (en el formato de S.A. o S.R.L) y que llegan a emplear un máximo de quince personas, hasta el 'emprendedor buscavida' que es esa persona que tiene una actividad informal, fuera del sistema bancario e impositivo -y se hace, con su trabajo, de los ingresos justos para mantener a su familia.

El título 'emprendedor' es muy amplio: abarca a la vendedora de empanadas en Salta, al quintero que produce cebollas en Jujuy, la fabricante de quesos artesanales en Santa Fe, a quien vende medias por la calle en Berazategui, a quien desarrolla y exporta software desde Palermo Soho, a quien fabrica artesanías y las comercia en El Bolsón...

EntrepreneurAsí las cosas, el término emprendedor alcanza una importancia tremenda, al identificar a un abanico de personas que agrupa al 20% de la población argentina.

Normalmente, los inversores, bancos, hacienda, el Estado todo y los medios de comunicación suelen brindarle difusión solo a aquellos emprendedores que ocupan el último peldaño de la escalera del emprendimiento, y que se sitúa en la cima de la pirámide. A esos, suele llamárseles 'emprendedores de alto impacto', aunque su contribución a la resolución de la problemática país sea mínima.

La República Argentina, muy a pesar de su extensión geográfica, se resiste a pensar en los ámbitos Legislativo y Ejecutivo en las economías regionales, en las distintas necesidades, y en oportunidades de expansión, más allá de lo que reluce en Buenos Aires. Pero quien comienza a recorrer las provincias, se topa con otra realidad.

La Ciudad Autónoma de Buenos Aires, como ciudad capital, se ha enamorado del emprendedor tecnológico. Por momentos, pareciera ser que, fuera de ese universo de no más de un millar de empresas, no creciera la hierba, o bien no existieran oportunidades. Infortunadamente, el país se pierde y resigna oportunidades invaluables en agrotecnología, biotecnología, minería (a muchos nos resulta doloroso recordar lo que sucede ahora mismo con el litio), alimentación, medicina, energías eólicas y alternativas, creatividad, y tantos etcéteras que no alcanzaría a describir cuánto talento argentino está desperdiciado por el costumbrismo de la dirigencia política de negar al emprendedor doméstico, conocerlo, potenciarlo para transformarlo en un movilizador económico de nuestra micro y macroeconomía. El Estado no le saca jugo, aunque sí ha aprendido a exprimirlo despiadadamente, a partir de una intolerable carga impositiva.

El nuevo Proyecto de Ley para emprendedores, que logra acuerdos entre los miembros del Poder Legislativo, rehúye del emprendedor -la mayor parte de la pirámide-, y abraza la filosofía del Estado como financista de desigualdades.

Según el economista Félix Piacentini, titular de NOAnomics, necesitamos crear -con suma urgencia- 52 mil nuevas compañías. De lograrse semejante cifra, habremos comenzado a recorrer el camino para lograr que el Estado deje de ser el mejor empleador.

Cuadro, entrepreneursMiles de argentinos en todo el país son hoy atraídos al empleo público, porque el Estado les garantiza un ingreso estable y la inserción dentro del sistema bancario e impositivo.

¿Qué país puede ser un país de emprendedores, cuando el Estado es el dueño de la mayor ilusión empleadora?

Un mal publicista lo reseñaría así: 'Enrólate en el Estado y cambia tu vida' -aunque el costo sea hundir aún más la economía de la nación.  

Infortunadamente, desde la actual Administración, se propugna la creación de más Estado, para intentar ofrecer solución a los problemas. Ahora mismo, bajo el formato de co-inversor y articulador de la inversión privada, el Gobierno Nacional promociona un proyecto de ley emprendedora; esta pretendida legislación buscará destinar US$300 millones a la creación de un 'fondo de fondos'  que, en palabras de defensores de la Administración, generará -en el mejor de los casos- 300 nuevas firmas. Sobre éste número de novedosas compañías, nadie sabe si acaso tendrán éxito pero, si fracasan, echarán por tierra una oportunidad histórica: la de generar miles de puestos de trabajo.

Tal vez sea hora de empezar a mirar, de cara a las elecciones del 2019, que el voto emprendedor podría designar al futuro Presidente de la Nación.

No es un voto que haya que tomar a la ligera.

 

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