Preocupación creciente de cara al inicio de combates para recuperar Mosul

La largamente esperada ofensiva iraquí para recapturar Mosul -segunda ciudad en importancia en Irak- está ahora en marcha, con el objetivo de expulsar al Estado Islámico. El lunes, fuerzas de seguridad iraquíes comenzaron el ataque desde posiciones situadas a 40 millas al sur de la ciudad, en tanto milicias kurdas avanzaban desde el norte.

El Estado Islámico -o ISIS, ISIL- tomó Mosul en junio de 2014. El ejército terrorista construyó una elaborada red de fortificaciones, túneles y dispositivos con explosivos a lo largo de la ciudad.

Funcionarios militares de Estados Unidos estiman que 3.500 de 5.000 combatientes de ISIS se han estacionado en Mosul. Asimismo, están envueltos por un círculo de al menos diez veces esa cantidad de tropas, desplegado por el gobierno central iraquí y el Gobierno Regional del Kurdistán.

No está claro cuántos militantes de ISIS combatirán hasta la muerte, ni cuántos lograrán huir para continuar con los combates en otra oportunidad, pero funcionarios militares kurdos estimaron que tomará un aproximado de tres meses el asegurar la ciudad.

El Pentágono ha desempeñado un rol crítico en materia de apoyo, desplegando un aproximado de 5 mil soldados para entrenar, consultar y asistir a fuerzas iraquíes y kurdas. Una pequeña unidad de Marines fue despachada para proporcionar apoyo de artillería, en tanto varios centenares de hombres provenientes de fuerzas de operaciones especiales han reunido inteligencia, eliminado a líderes de ISIS y solicitado fuego aéreo. Este elemento pertenece a fuerzas de EE.UU., Gran Bretaña, Irak y Francia.


Choques en la coalición anti-ISIS

El primer ministro iraquí, Haider al-Abadi, y el presidente del Gobierno Regional del Kurdistán, Massoud Barzani, han acordado que solo las fuerzas de seguridad iraquíes y los milicianos peshmerga kurdos ejecutarán roles críticos en la liberación de la ciudad de Mosul. Pero las milicias shiítas, incluyendo a algunas que están bajo control y comando de Irán, presionan para consolidar un rol más amplio.

Esto podría representar un problema de magnitud, por cuanto Mosul es predominantemente una ciudad sunita, y grupos de derechos humanos han criticado a las milicias shiítas por acometer abusos contra ciudadanos sunitas, en ocasión de operaciones militares previas en las ciudades iraquíes de Falluja y Ramadi.

Turquía, que ha desplegado un estimado de 2 mil soldados en el norte de Irak para combatir a los kurdos-turcos separatistas, también presiona por tener un rol más preponderante en la liberación de Mosul. Ankara ha desplegado artillería pesada para bombardear posiciones de ISIS, y ha entrenado una fuerza local de árabes sunitas, kurdos y turcos con los que planea involucrarse nuevamente en el combate.

El gobierno iraquí ha tomado nota de los lazos históricos de Turquía con la ciudad de Mosul, que alguna vez fue parte del Imperio Otomano. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha empeorado la situación, al proclamar ambiciones neo-otomanas y afirmando que Turquía tenía el deber de proteger a los turcos-iraquíes. En su personalidad de sunita chauvinista, Erdogan se ha presentado a sí mismo como campeón de los iraquíes sunitas amenazados por la dominación shiíta.

Erdogan declaró ante el parlamento en su país: 'Desempeñaremos un rol crítico en la operación para liberar Mosul, y nadie podrá impedir que participemos'.

Luego de que Abadi criticara la 'ocupación' turca de territorio iraquí y advirtiera que ello podría conducir a una guerra, el insistente Erdogan replicó al primer ministro iraquí: 'Usted no se encuentra a mi nivel (...) el ejército de la república de Turquía no tolerará recibir instrucciones de parte suya. Debería Usted saber que haremos lo que queramos'.


Planificación necesaria para una victoria política

Amén de las discusiones en torno de los planes militares para liberar Mosul, se registran preocupaciones crecientes en torno de cierta planificación inadecuada para estabilizar la ciudad luego de que ISIS sea derrotado. Un éxodo de hasta 700 mil refugiados desde Mosul podría sobrepasar todo preparativo para la entrega de ayuda humanitaria. Tampoco queda claro cómo el gobierno iraquí impedirá que los campos de refugiados se conviertan en bases de ISIS, o cómo proteger a los refugiados eventuales ante ataques sectarios o venganzas tribales.

A los efectos de impedir que ISIS reemerja tras los combates, es esencial que el gobierno iraquí evalú las temáticas vinculadas a la discriminación sectaria, la corrupción y la disfuncionalidad gubernamental. Numerosos árabes sunitas fueron compelidos a tomar las armas por ISIS, lo cual contemplaron como el mal menor, luego de sufrir lo que ellos entienden ha sido un maligno desprecio y aguda represión en las manos del gobierno de Bagdad, controlado por shiítas.

Washington habrá de alentar a Bagdad a que prepare un marco político post-liberación para Mosul y la región circundante, que garantice que las minorías yazidíes, sunitas, kurdas, cristianas y turcas -conmocionadas por la extrema ansiedad- puedan contar con un gobierno con buena predisposición en Bagdad, y que pueda proveerles seguridad, servicios y respeto por sus derechos humanos políticos y religiosos.

Mosul es un caso-ejemplo de importancia. Si Bagdad yerra a la hora de tomar nota de las divisiones sectarias y los legítimos reclamos políticos, entonces ISIS -o algo aún peor- podría emerger para desafiar su autoridad en el futuro.


Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2016/10/17/292677/