ECONOMIA INTERNACIONAL: GUILLERMINA SUTTER-SCHNEIDER

Promesas de Año Nuevo para la Argentina

El primer año de la administración Mauricio Macri ha sido difícil

11 de Enero de 2017
El primer año de la administración Mauricio Macri ha sido difícil. Gran parte de la agenda del Presidente se ha centrado en los esfuerzos para palear la bomba de tiempo económica e institucional que Cristina Fernández de Kirchner dejara, luego de doce años de populismo autoritario e intervencionismo económico. A lo largo de 2016, la Argentina ha luchado contra una tasa de inflación de casi 40% (debido al alto gasto público y expansión de la oferta monetaria), alrededor de 10% de desempleo y más de 30% de la población por debajo de la línea de pobreza.
 
A fin de arreglar esta economía desastrosa, Macri adoptó una agenda de cambio gradualista. En septiembre, durante la apertura de la conferencia a la que asistieron los CEO e inversionistas más importantes del mundo, dijo: “No podemos cambiar todo en un día o en un año o durante una presidencia; lo que es importante es que hemos empezado a ir en la dirección correcta”. Desde luego, un año después de que Macri llegue al poder se han hecho cambios significativos. La Argentina se abrió al resto del mundo, criticó abiertamente al régimen venezolano y sus abusos de derechos humanos, se dio inicio a un diálogo con la oposición, se liberalizó la restrictiva legislación sobre los medios de comunicación, etcétera.

Mauricio MacriPero, si la Argentina desea alcanzar éxito económico e institucional sostenible, necesita dejar de lado el gradualismo y adoptar reformas más rápidas. En América Latina, Chile y Perú llevaron a cabo grandes reformas económicas en los ‘70 y ’80, respectivamente. Implementaron políticas de libre mercado que resultaron en despegue económico. ¿Qué es lo que está esperando la Administración Macri entonces?
 
He aquí cuatro recomendaciones que la administración actual debería incluir en su lista de promesas de Año Nuevo.
 
Política monetaria razonable. Una de las principales preocupaciones de los argentinos es la alta tasa de inflación. Afortunadamente, el actual gobierno ha aparentemente entendido que la inflación es un fenómeno monetario, y ha decidido disminuir el crecimiento anual de la oferta monetaria a 20% —durante los últimos dos años de gobierno de Cristina Kirchner, alcanzó llegó al 40%. Y, si bien muchos han predicho que la tasa de inflación comenzará a disminuir en 2017, el gobierno no planea atacar la raíz del problema: el gasto público.  
 
Disminuir el gasto público. La Argentina exhibe una larga historia de adicción al alto gasto público, que ha resultado en déficits fiscales crónicos. Durante los doce años de gobierno de los Kirchner, el gasto público pasó de 30% al 50% del PIB y el déficit fiscal se financió vía emisión monetaria. Aún cuando la Administración Macri redujo el crecimiento de la oferta monetaria, optó por financiar el déficit fiscal actual con deuda. A criterio de evitar futuras crisis económicas, es necesario reducir el insostenible gasto público; de esta manera, se reducirá el déficit fiscal y la necesidad de financiarlo a través de más deuda. ¿Cómo reducir el gasto público? Asegurando que el gasto del gobierno crezca más lentamente que la economía privada (regla de oro fiscal), eliminando agencias reguladoras, comisiones o funciones del gobierno innecesarias (sunset laws) o implementando el método de presupuesto base cero.
 
Menos impuestos y regulaciones. Uno de los objetivos del nuevo gobierno a comienzos de 2016 consistió en atraer inversión extranjera. Pero, ¿quién invertirá en el país si casi 40% de lo que se gana se lo lleva el gobierno a través de impuestos? Según el informe Doing Business 2016, además, registrar un negocio en Argentina demora un mes, 359 horas lleva preparar, archivar y pagar impuestos a las ganancias, al valor agregado o ventas y al trabajo, y 51,5 días registrar una propiedad. Para naciones con ingresos altos de la OCDE, estos números son más bajos: 8,3 días, 163,4 horas y 22,4 días, respectivamente. Además de alentar inversiones y crear riqueza, reducir impuestos también evita que el gobierno utilice ese dinero ineficientemente. Aquí encontrará más razones para reducir impuestos.
 
Tarifas. Un reciente artículo publicado en el periódico austríaco Die Presse, se refirió a la Argentina como “la tierra del proteccionismo”. Señala el trabajo que, en Chile, bienes como indumentaria, calzado, computadoras y juguetes para niños cuestan la mitad o incluso un tercio de lo que cuestan en Argentina. ¿Por qué? Durante las últimas décadas, Chile firmó 26 tratados de libre comercio y permitió entrada libre de impuestos a bienes y servicios provenientes de 50 países. En contraste, las restricciones a las importaciones se han vuelto tan ridículas en Argentina que es más barato comprar un pasaje a Miami y comprar un iPhone allí que comprar el iPhone en la Argentina. Aunque los beneficios del libre comercio han sido bien documentados, en una reciente entrevista, el Secretario de Comercio Miguel Braun declaró que él “no permitirá una entrada indiscriminada de importaciones”. Conforme lo advirtiera Adam Smith hace tiempo, eso no es más que jerga política para proteger a ciertas empresas favoritas a expensas de los demás: “En cualquier país, el interés del gran conjunto de la población estriba siempre en comprar cuanto necesita a quienes más baratos se lo venden. Esta afirmación es tan patente que parece ridículo tomarse el trabajo de demostrarla; y tampoco habría sido puesta jamás en tela de juicio si la retórica interesada de comerciantes y de industriales no hubiese enturbiado el buen sentido de la humanidad”.
 
Insisto, la evidencia muestra que los reformadores rápidos tienden a sobrepasar a los reformadores graduales en muchos indicadores económicos e institucionales. ¿Por qué debería la Argentina ser la excepción?

 
Publicado originalmente en The Huffington Post (Estados Unidos), en inglés
Sobre Guillermina Sutter Schneider

Es Asistente de Investigaciones del Centro para la Libertad y la Prosperidad Global, en el think tank estadounidense The Cato Institute. Publica sus artículos en ElCato.org.