Ataque de EE.UU. a Siria pone fin prerrogativa de Obama de 'liderar desde la retaguardia'

Con su sorpresiva decisión de vengar a civiles inocentes en Siria -que supone un cambio de curso de ciento ochenta grados-, el presidente estadounidense Donald Trump le ha adjuntado un acelerador de partículas a su política exterior.

 

La concatenación de urgencias -deshumanización del conflicto, armas químicas, guerra civil siria, misiles norcoreanos, navíos de guerra rusos, ataques con camiones, ISIS- ha influenciado el foco de la Administración Trump, al punto en que ésta impresiona incluso a sus detractores. Lo cual recuerda al discurso de Trump ante el congreso estadounidense en febrero pasado, donde verdaderamente se puso los zapatos de presidente.

 

En efecto, la acción decisiva en Siria tiene relación con un interés nacional vital para los Estados Unidos, no solo desde la comprensible perspectiva de la réplica humana de cara a una atrocidad contra seres humanos. ¿De qué modo tiene esto relación con el interés nacional? Pues, bien: las armas químicas no pueden ser toleradas ni por un segundo -no hay excusas para ello. Cualquier sombra de aceptación al respecto rápidamente enviaría una gigantesca nube negra sobre el mundo, abundante en sospechas y temor. El interés nacional de los Estados Unidos de América depende de un mundo abierto a sí mismo, y abierto al futuro.

 

¿De qué otra manera tiene este escenario que ver con el interés nacional de EE.UU.? Lo cierto es que restablece la credibilidad estadounidense en el exterior. Para amigos y enemigos por igual, el bombardeo es un punto de referencia central para ilustrar la política exterior de la Casa Blanca, que aún se encuentra en formación. Y, ciertamente, ese punto no es una línea, ni 'definitiva' ni de ningún otro tipo. ¿Cuál es el punto? Estados Unidos ya no liderará 'desde la retaguardia'. [N. del T.: la Administración Obama hizo numerosas referencias a 'Leading from behind'].

 

Desde gigantes militares a lobos solitarios, el alcance de los actores de la actualidad se ha ampliado hacia arriba, hacia abajo y hacia los costados. Y, con el acceso en tiempo real que tales actores tienen sobre los temas internacionales, de todo hacen un arma: trátese de información, químicos, deuda nacional, información online, o camiones de entrega de mercaderías.

 

A partir de su acción en Siria, Trump optó por convertir al liderazgo en un arma. Y ha demostrado que Estados Unidos lo utilizará para cosechar los efectos deseados.


Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2017/04/07/syria-strikes-signal-an-end-of-leading-from-behind/

* El autor, Hugh T. Dugan, se desempeñó en el pasado como Delegado del gobierno de Estados Unidos ante la ONU, y como consultor para once ex embajadores estadounidenses (1989-2015); actualmente, es Profesor en la Facultad de Diplomacia, Seton Hall University