La UE deberá abstenerse de amenazar la soberanía de Polonia
La Unión Europea, que por mucho tiempo ha venido interfiriendo con los asuntos soberanos...
La Unión Europea, que por mucho tiempo ha venido interfiriendo con los asuntos soberanos de las naciones del Viejo Continente, busca ahora inmiscuírse en temas políticos de Polonia.
El martes 25 de julio, el presidente polaco Andrzej Duda firmó uno de trres controvertidos proyectos de ley que reformarían el sistema judicial a los efectos de combatir la corrupción, de acuerdo a lo expresado por el partido oficialista. Para la oposición, los cambios propuestos podrían conducir a una forma de gobierno más autoritaria. Los argumentos de ambas partes, en lo que hace a este caso particular, son persuasivos y atendibles.
Sin importar lo que uno pueda ponderar en relación a la reforma judicial del sistema polaco y su respectivo debate, esta cuestión debería quedar en manos de la ciudadanía de Polonia, para que sólo ella la resuelva -sin que nadie más intervenga. Motivo por el cual la reciente interferencia de parte de la Comisión Europea es perturbadora. La UE -esto es, la entidad supranacional no elegida, pero que oficia como cuerpo de gobierno para la Unión Europea- se posicionó 'muy cerca (...) de motorizar' la opción nuclear, mejor conocida como Artículo VII del Tratado de la Unión Europea.
El Artículo VII otorga a la UE la prerrogativa de despojar a un Estad0-miembro de su derecho a voto en el Consejo Europeo. Para cualquier miembro de la Unión, esta acción sería una medida draconiana y una reducción adicional de soberanía, por parte de la cada vez más supranacional UE. Pero, en el caso de Polonia, el impacto sería particularmente significativo. El poder de voto en el consejo se equilibra con el tamaño de la población de un país. Si la Comisión Europea tuviera éxito en quitarle su franquicia al sexto miembro más populoso de la UE (que rápidamente podría convertirse en el quinto, tras la partida del Reino Unido en 2019), ello significaría que Alemania y Francia podrían, con facilidad, constituír una minoría con poder de veto en el consejo.
Esto podría incluso potenciar la consolidación de poder a lo largo de un eje Berlín-París -lo cual no suele estar en el interés de los miembros en Europa Central y Oriental. El empleo del Artículo VII contra Polonia consignaría una acción drástica de parte de un puñado de eurócratas no elegidos en la Unión Europea. La Comisión Europea está intentando utilizar como presa a un Estado miembro más pequeño, en su objetivo de reforzar los valores comunes de la UE: 'el respeto por la dignidad humana y los derechos humanos, la libertad, la democracia, la equidad y el Estado de Derecho'.
Lo cual remite a la pregunta: ¿cómo la desarticulación del poder de voto polaco no operaría en franca contradicción con los valores de la Unión Europea? El uso del Artículo VII en sí mismo sería una afrenta para todos aquellos valores comunes que la UE reza defender. Un cuerpo no elegido de eurócratas -no representativo de país en particular- no debería determinar las vidas de otros. Más aún, tales métodos han sido como un tiro por la culata para la UE en el pasado reciente.
Toda vez que el Artículo VII no ha sido usado aún, la Comisión Europea ha tomado medidas similares a la hora de combatir lo que percibió como sentimientos nacionalistas en Austria en 1999 -aunque aquellas sanciones terminarían siendo rechazadas. Ello sucedió debido a dos razones. En primer lugar, los alegatos contra Austria fueron contrarios a la verdad -Austria, de hecho, era más democrática que muchos otros miembros de la UE. Segundo, el desprecio por la UE se acentuó, dado que se probó que las sanciones comportaban una naturaleza hipócrita en la UE -se usa como herramientos contra Estados miembros pequeños.
El hecho persiste, a saber, que el uso del Artículo VII contra Polonia, una nación democrática, deriva en una propuesta ridícula y que cobra mayor sinsentido por el hecho de que el Artículo VII puede ser requerido en su aplicación por un grupo de funcionarios no elegidos en Bruselas. Sin importar las propias perspectivas u opiniones en relación a la reforma judicial polaca, la Comisión Europea no debería contar con la capacidad para quitar franquicias a un Estado miembro.
Y no es la primera vez que el pueblo polaco puja por su autodeterminación. En el punto álgido de la opresión por parte de la URSS, un régimen forzosamente ateísta, el pueblo polaco gritaba '¡Queremos a Dios!', en ocasión de la visita del Papa Juan Pablo II. No deberá privarse a Polonia de su derecho a voto en el Consejo de la UE. Hoy, se trata de Polonia. Pero, mañana, podría tomarse por objetivo a cualquier otro país pequeño en Europa Central u Oriental.
Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2017/08/04/eu-must-not-threaten-sovereignty-poland/
* Desarrollado con la colaboración de Mike Muller, miembro del Programa de Jóvenes Líderes en el think tank estadounidense The Heritage Foundation (Washington, D.C.)
Desarrolla artículos relacionados con la relación especial entre Estados Unidos y Gran Bretaña, en la Fundación Heritage (Washington, D.C.). Se concentra específicamente en temas de Seguridad y Defensa, incluyendo el rol de la OTAN en la Unión Europea y en materia de seguridad transatlántica. Previo a desempeñarse en Heritage, Coffey sirvió en el ministerio de defensa británico como consejero especial al entonces secretario de Defensa, Liam Fox. Sus trabajos también son publicados en español en el sitio web The Daily Signal.