ECONOMIA: ADRIAN RAVIER

Argentina: la curva de Phillips y la tasa de interés

La autoridad monetaria se debate, desde hace meses, sobre si acaso corresponde subir o bajar la tasa de interés.

23 de Febrero de 2018
La autoridad monetaria se debate, desde hace meses, sobre si acaso corresponde subir o bajar la tasa de interés. El debate está en el premio que le vamos a dar a los agentes por mantener sus activos pesificados. Subir la tasa contribuye a pesificar la economía; bajarla contribuye a dolarizarla. La demanda de dinero en pesos resultante es una de las claves para contener la inflación.
 
Macri, DujovneOtro modo de ver la cuestión es si privilegiar la lucha contra la inflación o la actividad económica, lo que nos conduce, en definitiva, a la lógica de la Curva de Phillips. Phillips planteó un trabajo empírico en 1958, en el que explicitaba la relación inversa existente entre inflación y desempleo. En términos prácticos, si la Argentina decide acelerar su lucha contra la inflación -por ejemplo, elevando las tasas-, deberá aceptar, en el corto plazo, un nivel de actividad menor -con impacto negativo sobre el empleo. Si decide postergar esta lucha para otro momento bajando las tasas, entonces puede recalentar la economía; pero el costo coincidirá con una mayor inflación.
 
Desde mi punto de vista la autoridad monetaria, debería privilegiarse el objetivo de tener una moneda sana, lo que sólo se puede conseguir limitando la asistencia que el BCRA le ofrece al Tesoro. Esto, a su vez, tiene dos soluciones, o se eleva la tasa de interés lo suficiente, o bien, se controla los agregados monetarios (propuesta que viene ganando adherentes). 
 
Probados hechos hay en la historia económica que sólo una moneda sana fomenta el ahorro, la inversión, la formación de capital, la generación de empleo, el aumento de productividad, los mejores salarios reales y el aumento en el bienestar. Sólo de ese modo, se soluciona el problema de la inflación, fomentándose una mayor actividad económica y mayor empleo.
 
El gobierno, sin embargo, decide priorizar recurrentemente el nivel de actividad y empleo, poniendo el carro delante del caballo. Lo más grave es que el margen de acción se acorta porque las elecciones se acercan, y entonces ya no hay opción para bajar a tiempo la inflación y que en 2019 la actividad económica y el empleo despeguen fortalecidos.

Son los costos del gradualismo, y nadie puede decir que los economistas no lo hemos advertido.

 
Sobre Adrián Ravier

Es Doctor en Economía Aplicada por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y profesor de Macroeconomía en la Universidad Francisco Marroquín. Publica periódicamente en el sitio web en español del think tank The Cato Institute y medios nacionales.