Felipe Solá: 'El día 5, la gente ya se gastó todo, y no tiene cómo seguir'
Conceptos vertidos por el ex Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, de cara al panorama económico nacional.
07 de Junio de 2018
Con el reciente veto presidencial, poco podemos hacer: se trata de una facultad constitucional. Pero contaríamos con la evidencia de que el Presidente de la Nación ignora por completo la realidad del clima político y social vigente hoy en el país; por sobre todo, el clima social.
Me refiero a la desesperación de muchísima gente humilde y de clase media que no llega a fin de mes, y ha tenido que cambiar de vida.
Ese dolor y bronca no es percibida por el gobierno. Allí, creen que todo es temor al pasado pero lo cierto es que, ahora, hay bronca por el presente. Han sacado rédito de estos aumento un conjunto de diez o doce empresas muy concentradas que, durante 2018, ganaron poco más de diez mil millones de pesos en sus balances. Y que, además, lograron hacer crecer el valor de sus acciones en bolsa.
Es la hora de pensar en las personas. Existe un conjunto de individuos que ganó muchísimo dinero durante 2017, y ahora se propone garantizarse que esa ganancia siga igual, a costa del bolsillo de la gente, de las PyMEs, y de los comercios minoristas. Es un desastre. Los costos fijos son ya insoportables, y éste es el más importante de todos los problemas a que debe hacer frente el ciudadano promedio. A eso, corresponde agregarle el costo de la nafta, del transporte, de los colegios, los alimentos, etcétera. Para el día 5 del mes, la gente se gastó y pagó todo; y no tiene forma de seguir.
Lo mejor para la República Argentina sería que las cosas que deban ser juzgadas se juzguen durante los gobiernos, y no que, ante cada oportunidad que una Administración finaliza su mandato, la siguiente dedique su energía a juzgar a la anterior. Esta torpeza e ineptitud que se resume en endeudaar a la Argentina, impedir su crecimiento y no generar empleo, sumado ello a la generación de tamaña angustia en la ciudadanía, jamás se había visto antes. Es una situación solo comparable al Rodrigazo de 1975.
Van dos años y medio en los que este gobierno nada puede mostrar, especialmente en lo que tiene que ver con el manejo de la economía -que es lo que más se esperaba de ellos. O lo propio con las exportaciones. No veo tema en el que se hayan manejado correctamente.
La oposición debe tomar consciencia del escenario actual, y tiene solo una obligación: consiste en mantenerse unida. De lograrlo, estará en capacidad de presentar proyectos -y lo cierto es que el gobierno no podrá vetar todos a la vez. Lo más importante de la oposición no es el Congreso: antes bien, debe estar afuera de los recintos, formando opinión y recopilando información al respecto de cómo estará la Argentina en 2019. Y habrá de ponderar el mejor camino para ofrecerle al país y a su gente un gobierno serio, con plena capacidad para lidiar con la actual deuda y los problemas aquí sintetizados, siempre pensando en el pueblo. Esto es lo que se ha olvidado, y debe volver a ser prioritario.
Me refiero a la desesperación de muchísima gente humilde y de clase media que no llega a fin de mes, y ha tenido que cambiar de vida.
Ese dolor y bronca no es percibida por el gobierno. Allí, creen que todo es temor al pasado pero lo cierto es que, ahora, hay bronca por el presente. Han sacado rédito de estos aumento un conjunto de diez o doce empresas muy concentradas que, durante 2018, ganaron poco más de diez mil millones de pesos en sus balances. Y que, además, lograron hacer crecer el valor de sus acciones en bolsa.Es la hora de pensar en las personas. Existe un conjunto de individuos que ganó muchísimo dinero durante 2017, y ahora se propone garantizarse que esa ganancia siga igual, a costa del bolsillo de la gente, de las PyMEs, y de los comercios minoristas. Es un desastre. Los costos fijos son ya insoportables, y éste es el más importante de todos los problemas a que debe hacer frente el ciudadano promedio. A eso, corresponde agregarle el costo de la nafta, del transporte, de los colegios, los alimentos, etcétera. Para el día 5 del mes, la gente se gastó y pagó todo; y no tiene forma de seguir.
Lo mejor para la República Argentina sería que las cosas que deban ser juzgadas se juzguen durante los gobiernos, y no que, ante cada oportunidad que una Administración finaliza su mandato, la siguiente dedique su energía a juzgar a la anterior. Esta torpeza e ineptitud que se resume en endeudaar a la Argentina, impedir su crecimiento y no generar empleo, sumado ello a la generación de tamaña angustia en la ciudadanía, jamás se había visto antes. Es una situación solo comparable al Rodrigazo de 1975.
Van dos años y medio en los que este gobierno nada puede mostrar, especialmente en lo que tiene que ver con el manejo de la economía -que es lo que más se esperaba de ellos. O lo propio con las exportaciones. No veo tema en el que se hayan manejado correctamente.
La oposición debe tomar consciencia del escenario actual, y tiene solo una obligación: consiste en mantenerse unida. De lograrlo, estará en capacidad de presentar proyectos -y lo cierto es que el gobierno no podrá vetar todos a la vez. Lo más importante de la oposición no es el Congreso: antes bien, debe estar afuera de los recintos, formando opinión y recopilando información al respecto de cómo estará la Argentina en 2019. Y habrá de ponderar el mejor camino para ofrecerle al país y a su gente un gobierno serio, con plena capacidad para lidiar con la actual deuda y los problemas aquí sintetizados, siempre pensando en el pueblo. Esto es lo que se ha olvidado, y debe volver a ser prioritario.