Colombia: construyamos futuro
El futuro ha de ser construído entre todos, participando activamente la ciudadanía en los asuntos públicos...
30 de Junio de 2018
El futuro ha de ser construído entre todos, participando activamente la ciudadanía en los asuntos públicos y relacionándonos con el acontecer político. Desde hace poco, Colombia cuenta con un nuevo gobierno, que representa un esquema de renovación administrativa. Dicha Administración abrirá sus puertas a todo aquel que tenga la intención de manifestar sus propuestas, sugerencias, visiones, y posiciones personales. Los ciudadanos hemos de aprovechar la oportunidad: manifestémonos, pues; ejerzamos el debido control ciudadano pero, sobre todo, preocupémonos por proteger al nuevo jefe de Estado. No para resguardar su persona ni a su partido, sino por nosotros en nuestro rol de ciudadanos. Por ti, por mí, por tu familia y por todos los colombianos.
Las democracias sólidas suelen caracterizarse por el control efectivo que la ciudadanía ejerce sobre sus instituciones y representantes. En efecto, cuando un dirigente político se encuentra con una población crítica y al tanto de su accionar administrativo, incrementa sustancialmente el nivel de laboriosidad de dicho dirigente. Contrario sensu, al desentenderse el ciudadano o mostrarse agnóstico de cara a los asuntos públicos, el margen de ineficiencia se incrementa, pues el gobernante asume una posición arbitraria y hace lo que le place -incluso padeciendo esta situación el control político del Congreso de la República.
De tal suerte que hemos de ponderar que el verdadero control político radica en la cabeza del constituyente primario, es decir, en nosotros los ciudadanos que, por actos de sentido de pertenencia, motivados por el orgullo y por la convicción, nos apersonamos de situaciones complejas para vigilar a nuestros gobernantes pero, a su vez, nos preocupamos por rodearlos y respaldarlos en la hora de sus aciertos políticos. Pues, así como es menester vigilar la gestión, también corresponde que contribuyamos con el apoyo, celebrando las conductas positivas de la dirigencia política. Solo de este modo, podremos construir futuro y, a partir de ahí, verdadero progreso. En tiempos actuales, la política requiere de personas probas, portadoras de apasionamiento, y que busquen contribuír efectivamente a la lucha contra las deficiencias y carencias de nuestro país. Sin lugar a dudas, la ciudadanía colombiana es apasionada y consciente de esta realidad. A tal efecto, no habremos de ignorar nuestra responsabilidad ciudadana. Se trata de nuestra nación, y nada es más importante.
El primer foco de desarrollo consistirá en comprender el hecho de que, de participar los ciudadanos activamente en los asuntos públicos, contaremos en un futuro próximo con el cambio tan anhelado. Teniendo en cuenta que ha llegado la hora de superar definitivamente el odio, las divisiones ideológicas, la lucha de clases; el revanchismo y la venganza propuesta por un puñado de malintencionados, es factible imaginar un país para todos. Si así lo queremos, pronto lo lograremos. El nuevo presidente será el presidente de todos y para todos, conforme no habrá lugar para la exclusión, la divisón ni la discriminación.
Hemos, en definitiva, sobreponernos a las diferencias, y unirnos en ese loable propósito.
Las democracias sólidas suelen caracterizarse por el control efectivo que la ciudadanía ejerce sobre sus instituciones y representantes. En efecto, cuando un dirigente político se encuentra con una población crítica y al tanto de su accionar administrativo, incrementa sustancialmente el nivel de laboriosidad de dicho dirigente. Contrario sensu, al desentenderse el ciudadano o mostrarse agnóstico de cara a los asuntos públicos, el margen de ineficiencia se incrementa, pues el gobernante asume una posición arbitraria y hace lo que le place -incluso padeciendo esta situación el control político del Congreso de la República.
De tal suerte que hemos de ponderar que el verdadero control político radica en la cabeza del constituyente primario, es decir, en nosotros los ciudadanos que, por actos de sentido de pertenencia, motivados por el orgullo y por la convicción, nos apersonamos de situaciones complejas para vigilar a nuestros gobernantes pero, a su vez, nos preocupamos por rodearlos y respaldarlos en la hora de sus aciertos políticos. Pues, así como es menester vigilar la gestión, también corresponde que contribuyamos con el apoyo, celebrando las conductas positivas de la dirigencia política. Solo de este modo, podremos construir futuro y, a partir de ahí, verdadero progreso. En tiempos actuales, la política requiere de personas probas, portadoras de apasionamiento, y que busquen contribuír efectivamente a la lucha contra las deficiencias y carencias de nuestro país. Sin lugar a dudas, la ciudadanía colombiana es apasionada y consciente de esta realidad. A tal efecto, no habremos de ignorar nuestra responsabilidad ciudadana. Se trata de nuestra nación, y nada es más importante.
El primer foco de desarrollo consistirá en comprender el hecho de que, de participar los ciudadanos activamente en los asuntos públicos, contaremos en un futuro próximo con el cambio tan anhelado. Teniendo en cuenta que ha llegado la hora de superar definitivamente el odio, las divisiones ideológicas, la lucha de clases; el revanchismo y la venganza propuesta por un puñado de malintencionados, es factible imaginar un país para todos. Si así lo queremos, pronto lo lograremos. El nuevo presidente será el presidente de todos y para todos, conforme no habrá lugar para la exclusión, la divisón ni la discriminación.
Hemos, en definitiva, sobreponernos a las diferencias, y unirnos en ese loable propósito.
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@JuanDaEscobarC
Sobre Juan David Escobar Cubides
Escobar Cubides reside en Medellín (Colombia), y se desempeña como Editor político en el sitio web Al Poniente, colaborando también con análisis sobre la realidad política colombiana en otros medios de comunicación de la región.