Lo que hay que saber sobre la Cumbre Trump-Putin

Este lunes 16 de julio, el presidente estadounidense Donald Trump y su par de Rusia, Vladimir Putin, se reunirán por primera vez formalmente, en la ciudad finlandesa de Helsinki. Pero las expectativas habrán de manterse a resguardo. Estados Unidos y Rusia exhiben una trama de intereses contrarios en lo que tiene que ver con los temas geopolíticos de mayor relevancia en la actualidad -y es poco probable que esto cambie en el corto plazo. Trump, por su parte, habrá de utilizar su espacio de reunión para plantear serias cuestiones a su contraparte.

En primer lugar, habrá de dejar en claro a Putin que la política exterior de los Estados Unidos mantiene que Crimea es parte de Ucrania, y no de Rusia. Legalmente, Crimea pertenece a Ucrania y, desde 2014, Rusia ha estado ocupando la península ilegalmnete. Asimismo, Trump deberá presionar a Rusia para que ponga fin a su respaldo a la guerra por Ucrania oriental. El conflicto ha dejado más de diez mil bajas como resultado, desde que diera inicio a comienzos de 2014. Rusia deberá cumplir, en un ciento por ciento, con los acuerdos Minsk 2 de cese al fuego.

Más aún, Trump habrá de mantenerse a su plan de tratar la cuestión del involucramiento de Rusia en los comicios estadounidenses. Tras haber interferido en los comicios americanos de 2016 y 2018, Rusia directamente ha planteado un ataque contra la soberanía de EE.UU., y contra sus valores democráticos. La Administración Trump deberá hacer responsable al Kremlin por esos episodios. Asimismo, Trump habrá de dejar en claro en la cumbre con Rusia de que Moscú no será invitado a retornar al Grupo de los Siete, hasta tanto no modifique su comportamiento. Existen numerosos cursos de acción que Rusia habrá de seguir, si acaso se propone recuperar ese privilegio -aunque, en este punto, se niega a seguir aquellos pasos.

Otro eje del diálogo deberá ser Georgia. Rusia ocupa el 20 por ciento del territorio georgiano. De igual manera, Rusia continúa con un esquema de anexión por etapas, en donde básicamente guardias rusos de frontera vuelven a trazar las líneas que separan a ambas naciones, para sumarse más porciones de territorio georgiano. Una vez que estos hitos fronterizos son desplazados, los guardias rusos de frontera suelen dedicarse al secuestro de ciudadanos inocentes de Georgia, liberándolos luego de someterlos a extorsión.

La otra cuestión que deberá emerger de la cumbre tiene relación con Siria. Supuestamente, tanto Trump como Putin conversarán en torno del objetivo de lograr que Irán reduzca su participación en el conflicto sirio. Sería un equívoco imaginar que Rusia cuenta con la capacidad o la influencia para forzar a Basher al-Assad a que remueva a la totalidad de las fuerzas iraníes de su territorio. Más todavía, los recientes episodios en el sur de Siria prueban, nuevamente, por qué no se puede confiar en Moscú de cara a este asunto.

Ciertamente, todos estos ítems comportan una importancia fundamental, pero el acercamiento que Donald Trump decida emplear para tratar con Putin es aún más digno de atención. Previo a la cumbre, el Consejero de Seguridad Nacional John Bolton se reunió con el mandatario ruso. Al tratar la cuestión de la baja intensidad en las relaciones rusoamericanas, Putin subrayó que estas se deben mayormente al resultado de la 'lucha política interna' que se da en los Estados Unidos de América. En rigor, este dato prueba que Putin está ejercitando un engaño, desviando la atención sobre sí mismo y trasladar responsabilidades hacia los ciudadanos de EE.UU..

La verdadera razón por la cual la relación actual entre Washington y Moscú acusa bajos niveles tiene vinculación con las recurrentes transgresiones de parte de Rusia, que involucran la interferencia con las elecciones en EE.UU.; la anexión ilegal de Crimea; la invasión de Ucrania oriental y porciones del norte de Georgia; y el haber perpetrado devastadores ataques cibernéticos contra entidades internacionales.
 

Artículo original, en inglés, en éste link