ECONOMIA Y NEGOCIOS: ERIC NESICH

Argentina: el gobierno y la expresión de deseos

Las últimas semanas han asistido a un acopio de aspectos económicos dignos de análisis.

26 de Septiembre de 2018
Las últimas semanas han asistido a un acopio de aspectos económicos dignos de análisis. Amén de la recuperación en pesos argentinos, el Merval ha registrado una performance holgadamente positiva en materia de papeles locales, conforme las acciones se habían estacionado en precios mínimos -extremadamente baratos, al ser medidos en moneda dura -esto es, dólares estadounidenses. Si bien el mercado de valores porteño llegó a superar los 34 mil puntos, cabe considerar que tal suba, per se, poco contribuye a aclarar el panorama: a los efectos de tener una idea sobre el particular, el Merval debería contabilizar 70 mil unidades para recuperar el valor en dólares que caracterizaba a las acciones en enero de este año, con un dólar cotizando a AR$ 19 -enero fue el mes que consignó el techo de años de alza sostenida. 
       
Con todo, el 2018 está compartiendo una enseñanza que ni el mejor y mas caro curso de finanzas está en capacidad de ofrecer al inversor promedio: en temporadas de turbulencia e incertidumbre cambiaria y financiera, el analista ha de ponderar ciertos parámetros, si de lo que se trata es intentar avizorar un horizonte económico. En definitiva, en la República Argentina, manda la política macroeconómica, y difícilmente pueda decirse lo propio sobre el análisis técnico o fundamental de activos financieros.
 
Mauricio Macri en Bloomberg TVEn rigor, la megadevaluación y corrida cambiaria que empujó al dólar desde los 20 a los 40 pesos, fue construída por el propio oficialismo. Bastará con analizar a consciencia los compartidos por el Presidente Mauricio Macri recientemente a la cadena de noticias americana Bloomberg: 'No hay ninguna posibilidad de que Argentina entre en cesación de pagos; cero. El nivel de apoyo que estamos recibiendo de otros países, en especial de Estados Unidos, y [teniéndose en cuenta] el nivel de compromiso de mi gabinete y nuestros ciudadanos. Con este nuevo tipo de cambio, la Argentina tiene un tipo de cambio muy competitivo; entonces, estamos equilibrando nuestras cuentas externas; las exportaciones crecen a la velocidad de 18 a 20%, muestra que los números empiezan a funcionar muy bien'. En medio de la psicosis colectiva de la suba de la divisa estadounidense, se llegaron a tejer las versiones más disparatadas, comenzando por aquella que consignaba que la corrida se explicaba a partir de compras masivas de dólares negros en poder de elementos afines al kirchnerismo. Al cierre, nada de eso fue cierto, quedando cabalmente demostrado que la propia Administración motorizó el alza de la moneda extranjera predilecta de los argentinos.
 
El jefe de Estado no se equivocó al afirmar que las posibilidades de una cesación de pagos en el corto plazo son nulas; esto es así, debido a que el país se encuentra -al menos, de momento- bajo el paraguas protector del Fondo Monetario Internacional. A tal punto, que la renuncia de Luis Caputo a la tutela del BCRA y la designación de su reemplazante Guido Sandleris cuentan, según se ha informado, con el aval del organismo multilateral. De tal suerte que, amparándose en esta confirmación, el mercado de valores doméstico se recuperó con firmeza ante un incipiente arranque bajista, para rematar clausurando con la remarcable suba en aquella recordada rueda del 25 de septiembre próximo-pasado. En cualquier caso, aún resta esperar conocer la cifra exacta del nuevo desembolso del FMI -instrumento que será de utilidad para confeccionar una prognosis sustenable desde la cual elaborar una proyección a futuro y, así, aguardar que el Tesoro pueda hacer frente a los vencimientos de la deuda externa durante 2019. Escenario que contribuirá a la confianza del inversor, en la medida en que la medición del Riesgo País se estacione por debajo de los 700 puntos básicos.

Por su parte, el Presidente de la Nación dejó entrever otra definición ante sus interlocutores de Bloomberg TV: 'Estoy confiado en que va a ser algo que estará garantizado, y que encontraremos espacio para una nueva relación con los mercados en términos más estables, y que la Argentina restablecerá su economía; después de un proceso de unos meses más de recesión, la Argentina volverá a crecer, reducirá la inflación, rebajará los impuestos, permitirá la llegada de nuevos inversores para asociarse con nosotros en la minería, la energía, en el negocio del agro, el turismo (...) Será una gran oportunidad la Argentina'. Conclusión inmediata: la recesión prorrogará su presencia durante todo lo que queda transitar de 2018, conforme la elevadas tasas de interés vigentes impiden que la misma pueda hallar margen para el retroceso. Fundamentalmente, el desafío coincidirá con la reducción de las tasas en primer lugar para, eventualmente, consolidar un mínimo de estabilidad cambiaria. Naturalmente, la variable inflacionaria influirá significativamente en las chances electorales de la alianza Cambiemos en las próximas Presidenciales. Adicionalmente, y según lo revelaran los contenidos de un informe desarrollado en el seno del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), la Argentina -en lo que a inflación respecta- es solo superada por Venezuela, Sudán del Sur y Sudán. El país habrá de poner fin a la política oficial de expansión monetaria, a criterio de detener el avance del índice de precios al consumidor, aunque ello, invariablemente, deberá empatarse con la baja del déficit fiscal. En la práctica, habrá que referir que esta suerte de trabajo sucio ya ha sido encarado desde el proceso megadevaluatorio, por vía de la política oficial de reducción del gasto público (la reducción de Ministerios por ejemplo), y de la mano de la suba de impuestos (retenciones). Ergo, será menester comprobar en el futuro si la mencionada batería de medidas comportarán una reducción del déficit fiscal en 2019.

El gran problema que arrastra la historia reciente de la República Argentina es la permanencia de impuestos de orden inicialmente 'transitorio'. Dos ejemplos vienen a la mente de inmediato: el 21% de IVA (implementado en 1995) y el impuesto al cheque (2001). El dato no es menor, y habrá de ser apropiadamente considerado por los inversores externos -bien entrenados en tristemente célebres experiencias del pasado reciente. En tal sentido, los perniciosos efectos generados por la implementación del impuesto a la renta financiera este mismo año aún se hacen sentir.
 
En las postrimerías de su presentación mediática, Mauricio Macri sostuvo en Nueva York: 'Los pronósticos meteorológicos muestran que no vamos a tener ni sequías ni inundaciones; o sea, que la producción argentina más importante, que son los granos, van a dispararse a un nuevo récord de producción'. En este punto, el Presidente deja traslucir su expresión de deseos, por encima de cualquier pronóstico remotamente cercano a hechos. Correlación que conduce a certificar que el agro es, en rigor, el único sector superavitario en la actividad económica nacional; la liquidación de cosechas tiene lugar entre los meses de marzo y julio, con lo cual será menester esperar que este rubro esté en capacidad plena para brindar un horizonte de recuperación -naturalmente, centrado en la potencialidad del sector agrícola exportador.

Entonces, ¿qué elementos habrá de tener en cuenta el inversor de a pie? Considerándose las chances nulas de registrarse una cesación de pagos o default en el corto o mediano, la apuesta por bonos dolarizados de tramo corto (ejemplo: el A020) se consolida como una inversión más que potable, en tanto pagara renta y amortización en un plazo de dos años. Otro bono que habrá de concentrar miradas será el AA25, provisto que su liquidez se verá incrementada a partir del próximo año, cuando el otro bono que porta mayor liquidez en el mercado (el AY24) ponga en marcha su mecanismo de pagos de amortización anual. Los referidos instrumentos financieros oficiarán de cobertura ante eventuales alteraciones en el tipo de cambio.
 
En el mercado accionario, la ruidosa suba de la última semana no ha dejado papeles a buen precio en pesos argentinos. Pero, si la medida de referencia es el dólar estadounidense, entonces habrá que concluir que las acciones locales mantienen precios de adquisición más que razonables, particularmente en el panel general en desmedro del panel líder -donde permanecen papeles ilíquidos, pertenecientes a firmas vinculadas al rubro del consumo masivo (que ha acusado un duro golpe por la coyuntura económica). Estos últimos no han podido registrar subas significativas, y la referencia puntual involucra a Longvie, Grimoldi, Molinos Juan Semino o Inversora Juramento, las cuales han cosechado ganancia en los últimos trimestrales presentados a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.

Subráyese que el consejo para quien explore estas acciones con interés es que se centre en una estrategia inversora de largo plazo (aunque sin hacer a un lado la probabilidad de ocurrencia de volatilidad en materia de renta variable).


 
Sobre Eric Nesich

Es Licenciado en Periodismo y Licenciado en Ciencia Política. Columnista de El Ojo Digital especializado en temas económicos y financieros, y aficionado a la investigación relativa a fraudes y estafas en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Argentina. Sus artículos son publicados regularmente en http://www.elojodigital.com/categoria/tags/eric-nesich. Su correo electrónico para consultas es eric.nesich@gmail.com.