América Latina y el nuevo ciclo populista
En la Argentina de Mauricio Macri, a los peronistas les importa un comino...
26 de Septiembre de 2018
En la Argentina de Mauricio Macri, a los peronistas les importa un comino que Cristina Kirchner y su marido fueran dos ladrones de tomo y lomo. 'Puto o ladrón, queremos a Perón', sigue siendo la consigna de la tribu. Tal vez no seamos republicanos -o suficientemente republicanos. Para serlo, es esencial colocarse voluntariamente bajo la autoridad de la ley y respetar los dictados de tribunales imparciales, pero eso nos resulta particularmente difícil. Las repúblicas son estructuras frágiles que sólo son capaces de respirar en una atmósfera virtuosa. Fuera de ella, se mueren o se convierten en otra cosa.
En el Brasil de Lula da Silva y sus compinches de Odebrecht, sucede más o menos lo mismo que en Argentina. Las trampas, las coimas, los fraudes masivos, estaban a la orden del día, pero a los partidarios del carismático líder esas violaciones de la ley les traían sin cuidado. Hace pocas fechas, se conoció que el propio Lula, contra el criterio de sus propios técnicos, dio instrucciones para que el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES) le prestara 600 millones de dólares a Cuba en condiciones muy favorables.
El objetivo era desarrollar el Puerto de Mariel de la mano de Odebrecht, a sabiendas de que la Isla no podría devolver el préstamo. Una parte sustancial de ese crédito regresó a Brasil en los bolsillos de los políticos corruptos. Era la tajada que repartía Odebrecht clandestinamente, pagada con los impuestos del burlado pueblo brasileño. El proyecto, dicho sea de paso, con un developer que cargara beneficios razonables costaba la mitad de la cifra abonada a la empresa brasileña.
Pese a esas inmundicias, Lula encabezaba las encuestas hasta que los tribunales le prohibieron aspirar a la presidencia. Tras ese impedimento por corrupto, impuesto por Sérgio Moro, un juez ejemplar que montó la operación Lava Jato y se ha enfrentado con un enorme valor a las mafias políticas del Partido de los Trabajadores, Lula ha elegido al profesor Fernando Haddad para que lo sustituya. Se trata de un profesor de Ciencias Políticas, muy radical, ex alcalde fallido de Sao Paulo, también portador de acusaciones pendientes por corrupción. Simultáneamente, ha reclutado como vice de Haddad a la joven periodista Manuela d´Avila, diputada estrella del Partido Comunista de Brasil. La selección de la pareja señala por dónde van los tiros. El capital está aterrorizado y se escurre del país por todos los agujeros disponibles. Como se ha dicho tantas veces, 'No existe animal más cobarde que un millón de dólares'.
Por la otra punta electoral, Jair Bolsonaro, el candidato de la derecha en las próximas elecciones de octubre, un ex capitán de paracaidistas, tampoco respeta demasiado la legalidad vigente. Habla con nostalgia de la época de la dictadura militar, justifica la tortura, en su momento tuvo frases de elogio para Hugo Chávez, y lamentó que el ejército no hubiera fusilado a 30 mil personas, y entre ellas al ex presidente Fernando Henrique Cardoso, a quien acusó de connivencia con el Partido de los Trabajadores. Mientras tanto, el ex general Hamilton Mourao, su vicepresidente, masculla torvamente sobre las posibilidades de un golpe, si acaso perdieran las elecciones por un supuesto fraude. Algunos en Brasil le llaman a Bolsonaro el Trump brasileño. Dios nos agarre confesados.
Es muy posible que ingresemos nuevamente en un ciclo populista. En Argentina, Macri puede perder el poder, a consecuencia de la crisis económica. Haddad podría derrotar a Bolsonaro y establecer un régimen populista de izquierda. O Bolsonaro bien podría derrotar a Haddad —están empatados en las encuestas— e iniciar una especie de gobierno populista de derecha, sin consideración alguna por el diseño institucional republicano. AMLO ha ganado legítimamente las elecciones mexicanas, y no se espera que gobierne con prudencia.
En América Latina, los dictadores malvados —Nicolás Maduro, Daniel Ortega, Evo Morales, Raúl Castro y su entenado Díaz-Canel— no tienen que sentarse a la puerta de su tienda a ver pasar el cadáver de su enemigo. Todo lo que deben hacer para atornillarse en el poder es esperar un nuevo ciclo populista. En eso estamos.
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@CarlosAMontaner
Sobre Carlos Alberto Montaner
Es escritor y periodista. Sus trabajos son publicados en los periódicos más reconocidos de América Latina. Su blog, en: elblogdemontaner.com.