Caravana de migrantes: decisión correcta de Donald Trump, quien evaluará la asistencia para América Central

Respondiendo a la instantánea de miles de aspirantes a migrantes centroamericanos que se movilizan hacia el norte en busca de una vida mejor en los Estados Unidos de América, el presidente estadounidense Donald Trump ha responsabilizado a los gobiernos de los países de origen de los migrantes, por no detener a estas personas y exponerlos a ellos y a sus hijos a numerosos peligros en las riesgosas calles del sur de México. Trump ha amenazado, en las últimas horas, con recortar la asistencia financiera americana remitida a esos gobiernos.

A lo largo de los años, bajo Administraciones tanto Demócratas como Republicanas, el gobierno de los EE.UU. ha invertido centenares de millones de dólares en programas diseñados para El Salvador, Guatemala y Honduras -países que, en conjunto, dan forma al denominado 'Triángulo Norte' de América Central.

El hecho de que Trump haya puesto el foco en esos programas de ayuda consigna una oportunidad interesante para que la Administración y el Congreso revisen a consciencia el alcance total de los mecanismos de asistencia que el gobierno estadounidense destina a naciones del extranjero. 

Conforme lo cifrara el think tank estadounidense Heritage Foundation ya en 2017, los programas estadounidenses de asistencia al extranjero deberán ser reestructurados, a efectos de lidiar con los desafíos presentados por el siglo XXI, y siempre con el fin de que puedan servir mejor a los intereses americanos vinculados a la seguridad nacional, la política exterior y la economía. En el proceso, docenas de programas para las naciones del Triángulo Norte terminarán siendo reevaluados. Ninguno de tales programas es efectivo realmente, en tanto muchos de ellos son incluso demasiado pequeños para consolidar diferencias en el terreno. Con periodicidad, resulta difícil mensurar su impacto en el largo plazo.

De forma más genérica -y tal como lo explicitara el informe de Heritage-, los más de 25 departamentos y agencias federales involucradas en programas de asistencia para el extranjero han proliferado en las últimas décadas -y continuaron operando, gracias al esfuerzo de sus promotores en Capitol Hill y en el establishment de la ayuda financiera de Washington, D.C.

Aquellos programas deberán ser revisados, y sus alcances, consolidados. Al mismo tiempo, habrán de ser convenientemente reevaluados para corroborar si, en rigor, cumplen con su propósito. Tal como lo recomendara Heritage, la Administración Trump deberá considerar seriamente los méritos de, por ejemplo, fusionar a USAID junto con el Departamento de Estado, dotando a Estado de mayor control sobre los fondos que serán utilizados específicamente en la consolidación de logros emparentados con objetivos de política exterior.

Cítese, por ejemplo, a los denominados 'Fondos de Apoyo Económico'; estos deberán ser ponderados en todo detalle, a los efectos de poner el énfasis en la restauración del Estado de Derecho en las naciones del Triángulo Norte.

La mejora del funcionamiento de las fuerzas de seguridad en Centroamérica, espacio geográfico en donde los ciudadanos son aterrorizados a diario por pandillas de accionar criminal, podrían potenciar la libertad económica, creando nuevas oportunidades para las personas que residen en los países del Triángulo Norte.

Artículo original, en inglés, en éste link