Las objeciones de Serbia no deberán interrumpir el proyecto de Kosovo de contar con un ejército nacional propio
Kosovo, una pequeña nación en el cuadrante occidental de los Balcanes, declaró su independencia frente a Serbia...
Kosovo, una pequeña nación en el cuadrante occidental de los Balcanes, declaró su independencia frente a Serbia en 2008, luego de sucesivas guerras sectarias registradas durante la década del noventa. Una década más tarde, Kosovo aún no cuenta con un ejército nacional, a pesar de ser reconocida por otras 114 naciones.
Pero esta realidad podría cambiar: la pasada semana, el parlamento kosovar aprobó tres leyes que pondrán a la Fuerza de Seguridad de Kosovo en la senda de un ejército.
Las leyes recibieron amplio respaldo en el parlamento, pero los votos fueron boicoteados por legisladores pertenecientes a la minoría política serbia, del partido Serb List. Las leyes que tipifican sobre reclutamiento, que en parte ampliarían la Fuerza de Seguridad de Kosovo hasta convertirse en un ejército sólido con 5 mil soldados y 3 mil reservistas, deberá aprobar una segunda revisión en el congreso kosovar.
El primer ministro kosovar, Ramush Haradinaj, describió los proyectos como portadores de 'una responsabilidad, que coincide con la protección de la integridad territorial de Kosovo, a los efectos de proteger a los ciudadanos de todas las comunidades en Kosovo',
Sin embargo, el ministro de la Defensa serbio, Aleksandar Vulin, denunció la iniciativa por consignar una 'amenaza para la paz'. Para un asunto potencialmente áspero como lo sería la creación de un ejército independiente en Kosovo, el gobierno de los Estados Unidos de América no puede permitirse el lujo de permanecer al margen. La Fuerza OTAN de Kosovo proporciona a este país un esquema de seguridad genérico, mientras que la Fuerza de Seguridad de Kosovo -una fuerza ligeramente armada, con 2.500 soldados y creada en su oportunidad por la constitución kosovar, ha recibido la misión de 'atender en la ocurrencia de crisis, la protección a civiles, y la enajenación de munición'.
La constitución kosovar prevé la creación de una fuerza profesional de seguridad. Sin embargo, no prevé la creación, en rigor, de un ejército nacional. Para modificar la constitución, se exige el respaldo de los dos tercios de todos los miembros de la asamblea unicameral de Kosovo, así como también respaldo de parte de miembros que representan a partidos confeccionados por minorías étnicas -dos tercios que, en la práctica, han sido imposibles de consolidar hasta el momento actual.
Los intentos previos en pos de la creación de un ejército de facto, optimizándose a la Fuerza de Seguridad de Kosovo con armamento pesado, han fracasado y, en octubre pasado, Haradinaj declaró que el gobierno buscaría la creación de un ejército a través de la proposición de enmiendas a la carta magna. En su posición como una nación independiente y soberana, Kosovo tiene el derecho de contar con un ejército, a los efectos de defender su integridad territorial. El gobierno de los Estados Unidos deberá respaldar toda medida necesaria y que tienda al desarrollo de un ejército -con los límites legales dispuestos por la constitución de Kosovo.
No obstante, el respaldo estadounidense debería corresponderse con la exigencia coherente en lo que respecta a cuestiones de gobernancia y reformas orientadas hacia un Estado de Derecho. Toda vez que pruebe ser efectivo, el respaldo estadounidense debería comportar una poderosa herramienta a la hora de combatir la corrupción, garantizar una provisión responsable de artículos para la Defensa, garantizar un firme sistema de control civil sobre las fuerzas armadas, y fortalecer el Estado de Derecho en Kosovo.
De igual manera, Estados Unidos debería mantener su compromiso en la misión denominada Fuerza Kosovo de OTAN, la cual continuará siendo la piedra angular de la seguridad de Kosovo en el futuro cercano, amén de que la legislación propuesta la pasada semana, se ponga en práctica. Estados Unidos habrá de trabajar a criterio de garantizar que cualquier iniciativa tendiente a la creación de un ejército nacional para Kosovo se lleve a cabo en un ámbito de consultas permanentes y cercanas con OTAN. Washington deberá, a partir de aquí, demostrar liderazgo en la cuestión, especialmente a la luz del voto parlamentario, que ha vuelto a poner sobre la palestra el controvertido asunto de la geopolítica en los Balcanes.
Estados Unidos ha invertido tiempo y cifras de magnitud en los Balcanes, desde finalizada la Guerra Fría. El presente es el momento indicado para cosechar los beneficios de tanta inversión y sacrificio. Una negociación robusta de parte de los Estados Unidos en lo que afecta a la cuestión del futuro ejército de Kosovo deviene en esencial, a la hora de concretar el objetivo de proporcionar salvaguardas para la paz y la estabilidad en la región.
Artículo original, en inglés, en éste link
Es Analista de política exterior en la Fundación Heritage, en Washington, D.C. Su trabajo es publicado también en el sitio web The Daily Signal.