Decisión del Senado estadounidense bloqueará venta de armamento a Bahrein
El jueves de la próxima semana, el senado de los Estados Unidos de América votará...
El jueves de la próxima semana, el senado de los Estados Unidos de América votará en torno de una resolución que impedirá el comercio de lo que los promotores de la iniciativa describen como 'armas ofensivas' a Bahrein, aliado clave de Washington y que, a diario, debe lidiar con la letal amenaza iraní. Los defensores de la prohibición argumentan que la negativa morigerará, de alguna manera, los padecimientos humanitarios en Yemén. Pero, en rigor, la maniobra no comportará impacto alguno, en tanto produciría una serie de consecuencias no deseadas ni buscadas.
Yemén se ha visto fagocitada por una guerra civil en cámara lenta, que lleva ya más de una década de duración. En los últimos pocos años, ese conflicto se ha acelerado, debido al respaldo militar de Irán para los rebeldes hutíes locales que, en 2015, provocaron una intervención en forma de coalición militar liderada por Arabia Saudita.
La milicia hutí -miembro shiíta extremista que se ha inmerso cada vez más en la esfera de influencia de Teherán- ha inflingido un padecimiento humanitario de magnitud a sus oponentes yemeníes, y continúa lanzando ataques con misiles balísticos proporcionados por Irán contra objetivos civiles en Arabia Saudita y en los Emiratos Arabes Unidos.
En los Estados Unidos, los destacados promotores del bloqueo al comercio de armamento creen, en apariencia, que cuentan con algún modo de 'poner fin' a la guerra, implementando una estrategia unilateral que consiste en impedir que los aliados de Washington cuenten con material. Pero deberían tener en cuenta que no se asiste, aquí, a una guerra unilateral. Irán y sus aliados yemeníes tienen voto en la cuestión y, claramente, se proponen continuar los combates contra el gobierno de Yemén.
Es ciertamente delirante entender que los yemeníes, que han estado combatiendo por años, pondrán fin al conflicto porque Bahrein, miembro con participación en la coalición liderada por Arabia Saudita, ha sido elegido para privárselo, súbitamente y de manera humillante, de armamento. La guerra continuará, con o sin las armas de los Estados Unidos.
Adicionalmente, el privar a Bahrein de las armas que necesita para ejercitar su propia defensa, comprometerá los intereses nacionales estadounidenses, al debilitarse en el proceso los vínculos con un importante Aliado Extra-OTAN, obsequiando una ventaja psicológica a la República Islámica de Irán, y alentando a los hutíes para que alejen cualquier posibilidad de conversaciones de paz.
Bahrein como aliado estratégico de Washington
La Administración Trump ha dejado en clara su posición, al respecto de que su prioridad en Oriente Medio se sintetiza en impedir que Irán obtenga armas nucleares, al tiempo que se trabaja para recortar su maligna esfera de influencia en la región. Amén de incrementar las sanciones y de potenciar la presión económica sobre Teherán, la Administración estadounidense necesita trabajar a efectos de optimizar y profundizar las relaciones de seguridad bilaterales en la referida región -especialmente con los Estados del Golfo.
Así, pues, Bahrein es un aliado clave de los Estados Unidos de América. Primero y más importante, Bahrein es la base para la Quinta Flota de los EE.UU., en tanto Washington siempre ha mantenido algún formato de presencia naval en este país, desde 1958. La totalidad de las operaciones marítimas, desde el Cuerno de Africa hasta el Mar Arábigo, se controlan y monitorean desde territorio de Bahrein. Un aproximado de 7 mil elementos, entre soldados y personal de ciudadanía estadounidense, están estacionados en Bahrein. Además de la destacada presencia de la Armada de EE.UU., una cifra significativa de personal de la Fuerza Aérea de Estados Unidos opera desde la Base Aérea de Shaykh Isa, que cuenta con aeronaves del tipo F-16s, F/A-18s, y P-3 (para vigilancia). El puerto de aguas profundas de Khalifa bin Salman es una de las pocas instalaciones en el Golfo con capacidad para acomodar a los portaviones americanos.
De igual manera, Bahrein ha demostrado que cuenta con la predisposición para redoblar esfuerzos, cuando se trata de proveer a su propia seguridad y defensa. Ha sabido conducir la Fuerza Conjunta 152 -esfuerzo naval multilateral de índole cooperativo, en el Golfo- en numerosas oportunidades. Mientras no comanda a la mencionada fuerza de tareas, proporciona navíos para que las operaciones puedan desarrollarse. Adicionalmente, Bahrein ha desplegado tropas como parte de su esfuerzo de respaldo para la coalición liderada por los Estados Unidos de América en Afganistán. Bahrein -al igual que el gobierno de Yemén, reconocido internacionalmente, y al que Washington apoya en sus combates contra los rebeldes hutíes) debe lidiar periódicamente con la significativa amenaza de Irán.
Desde la revolución iraní de 1979, el régimen en Teherán ha buscado derribar a la monarquía pro-occidental bareiní, para intentar reemplazarla con una dictadura islamista. Algunos elementos revisionistas de línea dura en Irán, argumentan que Bahrein es una provincia iraní extraviada porque otrora fue parte del Imperio Persa. Irán patrocinó un fallido golpe de Estado en Bahrein hacia los años ochenta y, recientemente, potenció sus esfuerzos de largo plazo para radicalizar a la mayoría shiíta que reside en el país, en control de un gobierno conducido por sunitas.
Teherán ha respaldado a grupos islamistas, como ser el Partido Dawa en Bahrein, y a milicianos entrenados en campos situados en Irak. Irán ya ha sido sorprendido remitiendo armas a terroristas en Bahrein, incluyendo una partida de bombas sofisticadas conocidas como 'penetradoras explosivas' (explosively formed penetrators), responsables por la muerte de centenares de soldados estadounidenses en Irak -y que hoy amenazan a las fuerzas de seguridad bareiníes.
Si acaso existe una relación entre Bahrein y Yemén, es que ambas se exhiben hoy bajo la amenaza de Irán. A pesar de ello, los defensores estadounidenses de la iniciativa que le impedirá a Bahrein contar con armamento, prefiere ignorar esta realidad y poner el foco en penalizar a los aliados de los Estados Unidos. Antes que nada, se precisa tomar medidas más firmes contra Irán -y no esfuerzos mal informados para terminar con conflictos, y despreciando a los aliados de Washington en el proceso.
Artículo original, en inglés, en éste link
Analista senior en el Centro Douglas y Sarah Allison para Estudios de Política Exterior en la Fundación Heritage. Ha desarrollado numerosos trabajos sobre asuntos relativos al Medio Oriente y sobre terrorismo internacional desde 1978. Es columnista en medios televisivos norteamericanos y ha testificado en comités del congreso estadounidense en relación a temáticas de seguridad internacional.