La realidad detrás de la crisis de combustibles en Venezuela

Los ciudadanos de Venezuela se han acostumbrado ya a invertir varios días en sus automóviles, estacionados en extensas filas frente a gasolineras estatales. Ello, a raíz de que la crisis de combustibles en ese país se ha agravado, y sin importar que Venezuela sea el principal productor mundial del recurso.

En Caracas, la capital del país, centenares de conductores esperaron incontables horas y días en junio pasado, portando rocas y objetos contundentes para defenderse -mientras el régimen socialista sigue aferrado al poder, tal lo informado por el matutino The Wall Street Journal y otros medios. 

Los delitos violentos se han vuelto moneda corriente en gasolineras, en tanto la agencia Reuters informó recientemente sobre un episodio en el que un hombre resultó asesinado.

Mientras tanto, un adolescente perdió un ojo semanas atrás, luego de que un oficial de policía le disparó munición de goma, en ocasión de registrarse una protesta contra la escasez de combustibles en Tariba, en el norte de Venezuela. Así lo informó el matutino británico The Sun.


Orígenes de la crisis

Las sanciones implementadas por el gobierno de los Estados Unidos en enero pasado prohibió a PDVSA (Petróleos de Venezuela, S.A.) la comercialización de agentes químicos utilizados para el transporte y procesamiento de crudo. 

En medio de anunciarse el sistema de sanciones, naciones aliadas de los Estados Uidos también acusaron la 'prohibición de hacer negocios' con la petrolera estatal venezolana, de acuerdo a un informe desarrollado por Ana Quintana, analista senior en temas de América Latina y el Hemisferio Occidental en el Instituto Davis para Política Exterior y Seguriadd Nacional del think tank estadounidense The Heritage Foundation.

La carencia de combustible impidió que los ciudadanos venezolanos se acercaran a sus respectivos empleos, en tanto también imposibilitó que trabajadores del sector agropecuario entregaran sus productos a los núcleos urbanos, lo cual condujo irremediablemente al acopio de combustibles en domicilios privados, más allá del peligro que esto conlleva -informó el Wall Street Journal.

A la luz de la ya agravada escasez que evidencian alimentos y medicinas, la ausencia de combustibles ha contribuído a perpetuar la crisis humanitaria en Venezuela. Una cifra cercana al 90% de los venezolanos vive ya en la pobreza, de acuerdo a un informe desarrollado por el Consejo de Relaciones Exteriores (Council on Foreign Relations, CFR), que también observa que una de cada diez personas ha abandonado el país.

El objetivo de las sanciones, según argumenta la Administración del presidente estadounidense Donald Trump, es obligar a que el presidente ilegítimo y dictador venezolano Nicolás Maduro, abandone el poder, cediéndolo al presidente interino Juan Guaidó Márquez.

Quintana subraya que cualquier ingreso futuro percibido por la subsidiaria de PDVSA, CITGO -que opera en suelo estadounidense- deberá ser depositado en cuentas bancarias bloqueadas, y que habrán de ser puestas bajo control de quien resulte democráticamente elegido tras Maduro.

Por su parte, Guaidó condenó los episodios de violencia antes comentados; en uno de ellos, el joven Rufo Valendria (de 16 años de edad) perdió un ojo. Así lo informó el matutino The Sun, que incluso publicó una desagradable fotografía del joven que fuera gravemente herido.

'No nos acostumbraremos a esto; no dejaremos de enumerar los homicidios, ni de calificarlos como tales... Como tampoco nos acostumbraremos al sádico accionar contra los ojos de Rufo Chacón, quien también se rehusó a acostumbrarse a vivir sin combustibles en un país que tenía exceso del mismo', sentenció Guaidó.

Los opositores al régimen dentro y fuera de Venezuela afirmaron que el país se ha derrumbado bajo 'las dos décadas de autoproclamada "revolución socialista", la cual ha sido marcada a fuego por la corrupción y el saqueo, primero bajo el extinto Hugo Chávez Frías y, ahora, bajo el mandato de Nicolás Maduro', conforme lo citara Associated Press en su informe. Guaidó fue elegido en enero pasado, tras jurar frente a la Asamblea Nacional, el único órgano democrático que se mantiene en pie en la nación caribeña. 

El régimen de Maduro aún no ha cedido el control del poder, ni aún frente al hecho de que docenas de países optaron por reconocer la legitimidad de Juan Guaidó como presidente de Venezuela. Con notable eficiencia, el régimen emplea el terror, para controlar el disenso. El contrabando de gasolina se ha vuelto común. El combustible comprado en Venezuela es transportado, a pie, hasta la frontera con Colombia, en donde los precios son mucho más elevados. Así lo informó recientemente la cadena al Jazeera.

El citado informe muestra a un joven apuntando a sus ropas llenas de agujeros, y comentando que el precio del pan y de la harina se incrementa a diario. 'Estoy haciendo esto por comida, para poder comer', dijo a Al Jazeera. Aún cuando Nicolás Maduro se refiere a acciones de sabotaje para explicar la carencia de combustibles, pero sin mostrar evidencias, lo cierto es que el retroceso en la inversión y la producción de crudo sin refinar han terminado por dañar a las refinerías del país.

El régimen puso en marcha un esquema de racionamiento para la gasolina, solo tolerando que los ciudadanos carguen ocho galones por semana en provincias específicas. En algunas localidades, funcionarios controlan la venta de gasolina, solo permitiendo que aquélla sea adquirida por personas con determinadas matrículas en sus vehículos, en días puntuales de cada semana.  'Ni siquiera pensamos en alimentos', dijo un ciudadano al Wall Street Journal. 'Lo que quiero es gasolina, porque no puedo seguir faltando al trabajo'.

'El régimen de Maduro ha llevado a Venezuela a la bancarrota, obligando a millones de personas a terminar en la pobreza, o bien en el exilio', escribió Quintana, siendo la vecina Colombia el país que debe cargar con el grueso del problema de recibir a los refugiados.

En su informe, Ana Quintana puntualizó las medidas que el gobierno de los Estados Unidos debería implementar, a los efectos de presionar a Maduro para que abandone el poder: 

• Fortalecer la asistencia humanitaria multilateral en el seno de Venezuela, en conjunto con naciones limítrofes.
• Mantener y ampliar un sistema de sanciones más abarcativas, contra Nicolás Maduro y su círculo íntimo, y alentar a terceros países a que hagan lo propio.
• Trabajar junto a aliados regionales, a criterio de confiscar los activos ilícitos del régimen venezolano, y ampliar la presión para que abandone el poder.
• Incrementar los costos contra el gobierno de Cuba, dada su responsabilidad en la crisis venezolana.
• Urgir a que las naciones que reconocen a Juan Guaidó como presidente interino, para que sólo permitan a sus funcionarios el acceso a sedes diplomáticas y otros activos, en el seno de sus jurisdicciones.

Artículo original, en inglés, aquí