Mauricio Macri, único responsable de su caída
El matutino estadounidense The Wall Street Journal lo describió como un 'retroceso'...
El matutino estadounidense The Wall Street Journal lo describió como un 'retroceso', pero el término apropiado es una 'paliza'. Las posibilidades de Mauricio Macri de ser reelegido en la Argentina se han casi evaporado, luego de finalizar 15 puntos detrás del candidato peronista Alberto Fernández y de la ex-presidenta Cristina Fernández de Kirchner en las primarias presidenciales obligatorias del domingo 11 de agosto pasado. A pesar de que Macri aún puede pensar en lograr un retorno milagroso, los mercados ya lo están descalificando para las elecciones de octubre. Por lo tanto, no es demasiado pronto para escribir su obituario presidencial.
El caso contra Macri es sencillo. Casi cuatro años después de llegar al poder, la economía se está contrayendo, la inflación está entre las más altas del mundo, la pobreza está aumentando, y el FMI ha vuelto a rescatar al país. Incluso los simpatizantes de Macri luchan por encontrar datos positivos que respalden el caso a favor de su reelección.
Ciertamente que Mauricio Macri heredó un lío económico después de 12 años de gobierno populista por Fernández de Kirchner y su difunto esposo Néstor. También es cierto que ganó las elecciones en 2015 por un estrecho margen, que no tenía mayoría en el Congreso y que tuvo que enfrentarse a poderosos sindicatos. Además, en los últimos cien años no ha habido un solo presidente no peronista que haya completado con éxito un mandato presidencial.
Desmantelar los controles de cambio y de precios, recortar los subsidios, reducir el gasto público total, controlar el déficit y domesticar la inflación no iba a ser fácil. La pregunta, desde el principio, fue: ¿qué tipo de enfoque adoptaría Macri para las reformas? Optó por el gradualismo. Macri se apresuró a levantar los controles cambiarios, y devolver a Argentina a los mercados internacionales de bonos, pero fracasó en la reducción del gasto.
Por lo tanto, el déficit fiscal siguió siendo alto, los impuestos siguieron siendo punitivos y la inflación alta se mantuvo.
En diciembre de 2016, un año después de llegar al poder, se decía que Macri era un presidente al estilo de Harry Potter: sólo podía sobrevivir mientras durara la magia. Desafortunadamente, su último acto de magia no fue perseguir reformas estructurales, sino endeudar al país: la deuda pública, tanto extranjera como nacional, se disparó.
En aquel entonces, advertí en mi columna semanal en La Nación de Costa Rica que, tarde o temprano, la magia terminaría.
El polvo mágico se evaporó en mayo de 2018, cuando el peso perdió 20% de su valor en una semana. Esto fue provocado por un par de errores no forzados: el reajuste de las metas de inflación y la introducción de un nuevo impuesto sobre las ganancias de capital. Frente a la crisis, Macri se vio obligado a negociar un rescate con el temido FMI, el cual con sus US$ 57 mil millones fue el más alto de la historia de dicha institución.
La inflación se disparó, debido a la devaluación del peso y la economía entró en recesión. Aunque Macri aceleró algunos recortes del gasto tras el acuerdo con el FMI, aumentó los impuestos, e incluso restableció los controles de precios.
Para cuando lanzó su campaña para la reelección, era difícil llamar a Macri un 'reformista'.
Su principal objetivo durante sus años en el poder ha sido luchar por su reelección. Al final, como lo atestigua el resultado del domingo, parece que ni siquiera lo logrará.
Es Analista de Políticas Públicas para América Latina en el Cato Institute. Escribe frecuentemente sobre temas de actualidad, y sus trabajos han sido publicados en los principales periódicos latinoamericanos como La Nación (Argentina), El Tiempo (Colombia), El Universal (México) y El Comercio (Perú). También ha sido entrevistado en medios internacionales como BBC News, Al Jazeera, CNN en Español, Univisión, Telemundo, Voice of America, entre otros. Es graduado en Relaciones Internacionales en la Universidad Nacional de Costa Rica y obtuvo su Maestría en Comercio y Política Pública Internacional en George Mason University.