Los deportes electrónicos, fenómeno que ha llegado para quedarse
Los deportes electrónicos, popularmente conocidos por su expresión inglesa eSports...
Los deportes electrónicos, popularmente conocidos por su expresión inglesa eSports, han irrumpido con fuerza en la cultura mainstream a lo largo de los últimos años, pasando de nicho de ocio minoritario, a una de las formas de entretenimiento más populares en la actualidad. En rigor, cabe señalar que ni siquiera el deporte ha escapado a la marcada influencia de la revolución tecnológica.
Naturalmente, muchas personas todavía ejercen distinciones entre deportes como el fútbol y los deportes electrónicos (torneos de videojuegos a nivel profesional), al punto en que se niegan a reconocer la existencia de los últimos. En efecto, subsiste un prejuicio que pondera a los videojuegos como una afición solitaria y sin beneficios para la salud, en contraposición con los deportes clásicos o al aire libre. Sin embargo, un público cada vez más amplio no comparte esa opinión, que supo ser mayoritaria hasta hace apenas unos pocos años.
Desde hace poco, los amantes de los deportes electrónicos han decidido entregarse de lleno a esta novedosa afición, y lo hacen de diferentes maneras: pueden ver en Twitch prácticamente cualquier partido, apostar en NetBet (plataforma de apuestas online) por sus equipos favoritos, etcéteras. Esta realidad contribuye al auge de los deportes electrónicos. Se trata de una industria que mueve astronómicas cantidades de dinero, tanto entre jugadores como entre apostadores, y que ha atraído a grandes gigantes audiovisuales de toda la vida, como ESPN. A efectos de comprobar el alcance actual de los deportes electrónicos, basta con tomar nota de los premios millonarios que reciben jugadores y equipos destacados: en 2019, un adolescente de dieciséis años se llevó nada más ni nada menos que US$ 3 millones de dólares, por coronarse campeón en el Mundial de Fortnite.
Los eSports, no tan diferentes frente al deporte tradicional
Aún cuando -como ya lo señaláramos- subsisten aquellos que no consideran a los deportes electrónicos como deportes hechos y derechos, los argumentos en contrario se multiplican. Ante las críticas que refieren que los eSports no aportan beneficios para el organismo, es menester recordar que los jugadores profesionales de videojuegos necesitan practicar a diario, a criterio de mantener su organismo en perfectas condiciones. Estos también sufren lesiones, al igual que los practicantes de deportes tradicionales (en el caso de los eSports, ello se refleja en problemas de artritis y de túnel carpiano). Por otro lado, otros incluso se cuidan como si se tratase de cualquier atleta de élite: siguen dietas estrictas, realizan largas sesiones de estiramientos para evitar contracturas, practican meditación -con la meta de preservar su agudeza visual durante los partidos-, y mucho más. Finalmente, los críticos que se refieren al fenómeno por ser una afición solitaria, solo deben atender al nutrido aspecto social vinculado al mundillo de los deportes electrónicos, para refutar ese pensamiento. Será difícil obviar que cada vez proliferan mayores comunidades de aficionados que desarrollan amistades estrechas en torno a la pasión compartida por los eSports.
En el epílogo, los deportes electrónicos o eSports han logrado posicionarse con derecho propio entre las grandes aficiones de nuestra época. Para tal fin, han adoptado prácticamente todos los elementos que reinan actualmente en el mundo del deporte tradicional (retransmisiones, apuestas, etcétera).
Y, en apariencia, esto apenas comienza. La década que nos aprestamos a inaugurar en tan solo unos días, probablemente consigne el periodo de maduración definitiva de este pujante sector del ocio mundial.
La pregunta es inevitable: ¿quedarán críticos ante esta nueva modalidad de entretenimiento, hacia el año 2030? El tiempo lo dirá.