Estados Unidos y el debate de Las Vegas: ¿mejor Michael Bloomberg que Bernie Sanders?
Las luminarias del Partido Demócrata estadounidense brillaron en el debate celebrado en Las Vegas...
21 de Febrero de 2020
Las luminarias del Partido Demócrata estadounidense brillaron en el debate celebrado en Las Vegas, Nevada, el pasado miércoles 19 de febrero -emitido por la cadena NBC.
Como en toda carrera por el poder, la que actualmente tiene lugar entre quienes buscan la nominación para enfrentar al presidente Donald Trump, ha sido dinámica e interesante desde el comienzo. Seis meses atrás, el ex vicepresidente del gobierno de Barack Obama, Joe Biden, aparecía como favorito en encuestas de intención de voto y sondeos de opinión, acaso debido a su experiencia en la Casa Blanca y a un buen registro ante las cámaras. Ahora, el escenario luce distinto; la figura de Bernie Sanders ha pasado al primer lugar, tras imponerse en las primarias de New Hampshire (25.7%) y Iowa (26.2%), seguido muy de cerca por el joven Pete Buttigieg y la senadora Amy Klobuchar, mientras que Elizabeth Warren y Biden han comenzado a perder puntos, y también trascendencia.
Sin embargo, no es precisamente Sanders -con su conocida apuesta por el Socialismo Democrático-, el actor que está modificando el juego. El game changer -si ha uno de echar mano a la referencia en inglés- es ahora Michael Bloomberg, multimillonario y ex alcalde de Nueva York. Habiendo entrado tardíamente a la campaña, y luego de invertir US$400 millones de su propia fortuna, Bloomberg está convencido de poder encarnar la alternativa más viable para los Demócratas frente a un segundo gobierno de Trump, y el debate de Las Vegas le ha servido para proyectarse, con los cinco oponentes enfocados en él antes que en la figura del presidente; lejos de cuestionar a la actual Administración, o de defender sus respectivos programas.
Como en toda carrera por el poder, la que actualmente tiene lugar entre quienes buscan la nominación para enfrentar al presidente Donald Trump, ha sido dinámica e interesante desde el comienzo. Seis meses atrás, el ex vicepresidente del gobierno de Barack Obama, Joe Biden, aparecía como favorito en encuestas de intención de voto y sondeos de opinión, acaso debido a su experiencia en la Casa Blanca y a un buen registro ante las cámaras. Ahora, el escenario luce distinto; la figura de Bernie Sanders ha pasado al primer lugar, tras imponerse en las primarias de New Hampshire (25.7%) y Iowa (26.2%), seguido muy de cerca por el joven Pete Buttigieg y la senadora Amy Klobuchar, mientras que Elizabeth Warren y Biden han comenzado a perder puntos, y también trascendencia.
Sin embargo, no es precisamente Sanders -con su conocida apuesta por el Socialismo Democrático-, el actor que está modificando el juego. El game changer -si ha uno de echar mano a la referencia en inglés- es ahora Michael Bloomberg, multimillonario y ex alcalde de Nueva York. Habiendo entrado tardíamente a la campaña, y luego de invertir US$400 millones de su propia fortuna, Bloomberg está convencido de poder encarnar la alternativa más viable para los Demócratas frente a un segundo gobierno de Trump, y el debate de Las Vegas le ha servido para proyectarse, con los cinco oponentes enfocados en él antes que en la figura del presidente; lejos de cuestionar a la actual Administración, o de defender sus respectivos programas.
Aún cuando las ideas socialistas y favorables a una mayor intervención del Estado en la economía y en la vida social han ganado simpatizantes durante los últimos años en los Estados Unidos, principalmente en el espectro universitario, buena parte de la ciudadanía se muestra más partidaria de una economía de mercado abierta y competitiva, que ha demostrado ser efectiva como motor generador de riqueza y garantía de libertad.
En efecto, fueron las reformas de estos años recientes las que impulsaron el repunte en la creación de empleos y el crecimiento del Producto Interno Bruto de ese país. De cara a estos hechos puntuales, tanto Republicanos como Demócratas centristas coinciden. En tal sentido, y conforme lo ilustrara recientemente un sondeo llevado a cabo en conjunto por NBC y el matutino Wall Street Journal, dos tercios de los votantes se han mostrado incómodos o preocupados con la posibilidad de que un candidato socialista pueda alcanzar eventualmente la presidencia del país.
Esto significa que, amén de la popularidad de Bernie Sanders, el ideario del precandidato no lo es tanto. Finalmente, el debate de Las Vegas parece haberlo dejado claro: el mensaje “Free college and healthcare for all” (“Universidad y salud gratuitas para todos”) puede sonar atractivo, pero los costos, su sostenibilidad y las consecuencias prácticas de ese sistema de políticas son una cosa muy diferente cuando se habla de su implem entación. Más cuando Estados Unidos es una nación que contabiliza casi 330 millones de habitantes; lejos de cualquier similaridad con Suecia, Dinamarca o Noruega, que para Sanders representan el modelo a seguir.
Estando ad portas del importantísimo Super Martes, el próximo 3 de marzo (Super Tuesday, jornada en que se celebrarán primarias y caucuses a lo largo de quince estados de la Unión), la ciudadanía estadounidense habrá de definir si pretende continuar siendo una nación próspera, bien sea con el presidente Trump o con Bloomberg, o si se entrega a los cantos de sirena del intervencionismo estatal del siglo XXI.
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@JuanDavidGR82
Sobre Juan David García Ramírez
Columnista regular en el periódico El Colombiano (Medellín) y en El Quindiano (Armenia, Colombia). También se desempeña como analista político para diversos programas radiales y televisivos en América Latina, compartiendo apuntes y notas sobre temas políticos vinculados a Colombia, y asuntos internacionales.