Cómo Estados Unidos mantendrá a raya a sus enemigos, en 2021
A lo largo de la historia, las naciones han recorrido un extenso camino, a efectos de consolidar...
A lo largo de la historia, las naciones han recorrido un extenso camino, a efectos de consolidar sus respectivas visiones para la paz.
Los Estados Unidos de América, en compañía de sus muchos aliados, respeta la democracia, y la voluntad de los pueblos. EE.UU. resguarda los derechos humanos y los derechos individuales. Valoramos, por encima de todo, la libertad.
Mientras que nuestra visión en torno de la paz ha conducido a una dramática reducción del conflicto en el concierto internacional, aún tenemos mucho por hacer. Nuestra perspectiva para el mundo es desafiada de manera recurrente, y la paz que los Estados Unidos y sus aliados persiguen se halla bajo una amenaza constante.
Ahora mismo, contamos con hombres y mujeres desplegados en el extranjero, quienes trabajan incansablemente para defender nuestra libertad y la seguridad nacional de los EE.UU. y de sus aliados, frente a aquellos cuyo objetivo es inflingirnos daño.
Estados Unidos continúa haciendo frente a amenazas emergentes originadas en dictaduras que violan los derechos humanos, atropellan la libertad y potencian a sus fuerzas armadas, en un esfuerzo por dominar el escenario internacional. Siendo que se evidencia una multiplicación de adversarios en todo el globo, incluyendo entre ellos a la China comunista, a Rusia, Irán, Corea del Norte, Venezuela y Cuba, sólo existe una manera para que nuestro país pueda mantener la paz: a través de una fuerza sin miramientos.
Conforme lo dijera el presidente Ronald Reagan en 1980, en el cénit de la Guerra Fría: 'Tenemos muy en claro que la guerra tiene lugar, no cuando las fuerzas de la libertad se exhiben fuertes, sino cuando se muestran débiles. Es entonces cuando los tiranos se ven tentados'.
Estados Unidos no puede acomodarse a la voluntad de sus adversarios. Debemos contar con la claridad suficiente como para ver a nuestros oponentes como lo que en realidad son. Hemos de mantenernos en perpetua vigilancia, y debemos ser agresivos.
Pero sólo podremos hacerlo, si podemos explicar a nuestros conciudadanos en los Estados Unidos, y a los pueblos que aman la libertad en todo el mundo, contra qué combatimos -y por qué lo hacemos.
Y deseo ser contundente: luchamos por la libertad, y estamos combatiendo hoy día contra dictaduras opresivas, de corte socialista y comunista.
El objetivo de quien esto escribe en el Senado de los Estados Unidos es arrojar luz sobre la naturaleza de estas amenazas, que penden sobre la fortaleza y la seguridad de los EE.UU. y de nuestros aliados. Debemos comprender contra qué nos oponemos, si acaso se trata de la agresión iraní y del odio de ese país contra Israel; si se trata del implacable dictador de Venezuela, que acomete genocidio contra su propio pueblo; o si se trata de los esfuerzos de China en pos de robar nuestra tecnología, y de suprimir las libertades individuales -particularmente en Hong Kong y Taiwan-, mientras retiene a un millón de uigures en campos de confinamiento, debido a su religión.
Y debemos reconocer bien vale la pena pelear por las libertades que tanto apreciamos.
Es mi esperanza que las naciones amantes de la libertad en todo el mundo tomarán una posición firme para defender a la paz como la conocemos, y que harán lo propio para que el libre comercio fluya sin intrusiones, y para defender a la libertad y los derechos humanos en todo el mundo.
Esto comienza con los líderes que, en Washington, se han comprometido con el servicio público, con soluciones concretas, y con la construcción de un futuro próspero y pacífico para nuestro país, y para el globo.
A lo largo de los últimos años, hemos tomado medidas significativas para potenciar la inversión en la Defensa.
Hemos invertido cifras récord para nuestros militares, y avanzamos en nuestro plan para contar con una Armada de cuatrocientos navíos.
Hemos recalibrado nuestra relación con la China comunista, de tal suerte que la clase política en Washington y el pueblo estadounidense vean a ese régimen como lo que en realidad es: una amenaza existencial contra los Estados Unidos de América y sus aliados.
Hemos tomado medidas de importancia, a efectos de reducir la influencia china en áreas tales como tecnología, infraestructura y telecomunicaciones -en los EE.UU. y en todo el mundo.
Y también le hemos mostrado a los terroristas del concierto internacional que jamás contarán con sitios seguros, que no tendrán cavernas donde ocultarse, y que no podrán eludir la mirada atenta de las fuerzas armadas más poderosas del planeta. Si pudiera, Qassim Suleimani daría prueba de ello.
No dejaremos de combatir, hasta que el futuro económico y político de los Estados Unidos se encuentre a buen resguardo frente a la amenaza consignada por la influencia china.
No dejaré de pelear por la libertad y la democracia en América Latina.
No dejaré de combatir para proteger a Israel, y seguiré haciendo todo lo posible para impedir que los progresistas en los EE.UU. debiliten al país, desfinanciando los esfuerzos de seguridad que hemos destinado a nuestro más importante aliado en Oriente Medio.
Hemos de tomar partido juntos, para garantizar que las futuras generaciones tengan todas las oportunidades para vivir en unos Estados Unidos que defiendan la libertad, aquí y en el resto del mundo.
No hemos de olvidar que hay maldad en el globo, y que a todos nos corresponde mantenernos firmes, recordando por qué es tan importante invertir en nuestras fuerzas armadas, dejar de comprar productos Made in China, y evitar quedar bien con nuestros enemigos -como los políticos en Washington han venido haciendo, durante décadas.
Nuestra seguridad nacional, nuestra seguridad individual y nuestra paz, dependen de nuestro compromiso frente a lo que Reagan calificó como 'nuestra responsabilidad primigenia' -esto es, la paz mundial.
Artículo original, en inglés
* Rick Scott (@SenRickScott) se desempeña como Senador de los EE.UU. por el estado de Florida, para el Partido Republicano. Sirve actualmente en el Comité de las Fuerzas Armadas, y en el Comité de Asuntos Gubernamentales y Seguridad Interior.