¿Podrá Ecuador continuar en la senda de la libertad económica?
De manera notable, Ecuador escaló puestos en la edición 2020 del Indice de Libertad Económica...
De manera notable, Ecuador escaló puestos en la edición 2020 del Indice de Libertad Económica, desarrollado en forma anual por el think tank estadounidense The Heritage Foundation. Alcanzando un puntaje de 51.3 en materia de libertad económica, esa calificación ha sido la mejor obtenida por este país en una década. Mientras que es cierto que la economía nacional aún es calificada como mayormente carente de libertades, el reciente progreso ecuatoriano consigna una buena noticia para el presidente Lenín Moreno -de centro-, en el poder desde 2017.
No obstante, la recurrente pandemia le ha propinado un impacto devastador a la economía ecuatoriana.
Amén de ese factor, Moreno también ha recibido el encargo de reconfigurar los pagos a cuenta de la masiva deuda soberana que le legara su predecesor, Rafael Correa.
Los pagos de intereses sobre esa deuda han reducido la capacidad de Moreno a la hora de invertir más fondos en servicios sociales y otros aspectos, en respuesta a la pandemia de COVID-19.
Esta doble cara de la crisis ha desafiado la resiliencia de los ecuatorianos al momento de mantenerse en el sendero positivo elegido por Moreno; estando también la posibilidad de aferrarse a un retroceso, inclinándose por un candidato socialista al estilo Correa, en la elección de febrero de 2021.
Para la ciudadanía ecuatoriana, optar por esta última alternativa sería un error.
Las políticas socialistas de Correa -acólito de Hugo Chávez Frías- precipitó al país en los últimos escalafones del Indice de Libertad Económica, aproximándose a naciones con economías reprimidas como Irán, Zimbabue y Cuba.
El ex presidente Correa incurrió en pesadas deudas, utilizando como respaldo a la riqueza petrolera de Ecuador. Rafael Correa pudo salirse con la suya y poner en vigencia una agenda de extrema izquierda porque, de acuerdo al matutino financiero británico The Economist, contaba con la ventaja de encontrarse en el poder mientras persistió la bonanza en el precio de los commodities; lo cual lo habilitó para duplicar el tamaño del Estado, explotando los ingresos petroleros para propio provecho político.
Sin embargo, mientras es cierto que el gobierno de Correa invirtió partidas de fondos en infraestructura, 'gran parte del dinero público fue a parar a la expansión del empleo estatal, mientras que otras partidas fueron dilapidadas o, directamente, saqueadas', citó The Economist.
Previo a la pandemia, la economía venía mostrando una lenta pero progresiva recuperación frente a los perjuicios perpetrados por la Administración Correa y los diez años que ésta permaneció en el poder -esa recuperación se debió, en parte, a las reformas implementadas por Moreno.
En rigor, la mejora que Ecuador exhibe en materia de libertad económica refleja, también en parte, la sobriedad fiscal puesta en práctica por Lenín Moreno. La notoria mejora de Ecuador en el apartado de Salud Fiscal incluído en el Indice de Libertad Económica, consigna que Moreno logró imponerse al recurrente costumbrismo de dilapidar fondos públicos e incurrir en abundantes créditos.
Asimismo, Moreno recurrió al Fondo Monetario Internacional por asistencia financiera. A inicios de 2019, Ecuador y el FMI acordaron un novedoso programa de endeudamiento por US$ 4.2 mil millones, a efectos de asistir a las autoridades ecuatorianas on el fin de modernizar la economía nacional.
En contrapartida, ese programa exigió que el gobierno redujera los subsidios a los combustibles, esfuerzo por el que Moreno fue duramente reprendido por ciertos elementos políticos, cuando la turbulencia social estalló en octubre de 2019.
Amén de exhibir una valiosa responsabilidad fiscal, Moreno también se merece crédito por intentar mejorar la libertad comercial de Ecuador (de hecho, una de las variables que se ha caracterizado por un destacable desempeño en el citado Indice). El actual presidente buscó firmar acuerdos comerciales con México y los Estados Unidos de América, y consolidar su acceso al bloque de intercambio conocido como Alianza del Pacífico.
Infortunadamente, la crisis del COVID-19 ha ralentizado el progreso en lo que respecta a esas iniciativas.
De acuerdo a Reuters, el banco central del país auspicia que la economía ecuatoriana podría contraerse hasta en un 9.6% durante 2020, debido a 'la pandemia de coronavirus, el retroceso en los precios internacionales del crudo, y a la caída de las remesas'.
Para Ecuador, hoy la gran pregunta es si acaso un candidato centrista moldeado por Moreno podría triunfar en las presidenciales de febrero de 2021. De suceder esto, Ecuador podrá continuar su trayectoria ascendente en pos de consolidar una mayor libertad económica.
Este escenario favorable ha tenido, en las últimas horas, una invaluable noticia: el gobierno en Quito y los acreedores internacionales firmaron un acuerdo de reestructuración por US$ 17.4 mil millones de deuda soberana.
Tal como lo informara el Financial Times, el 'convenio le obsequia a la nación andina un alivio parcial sobre un bloque de deuda de US$ 10 mil millones en los próximos cuatro años, y sobre otros US$ 6 mil millones entre 2025 y 2030. Los tenedores de bonos aceptarán un recorte del 9% sobre el repago de capital, ahorrándole más de US$ 1.5 mil millones a Ecuador'.
Ahora que ese acuerdo favorable está en marcha, Ecuador y el Fondo Monetario Internacional podrán avanzar en la negociación de un nuevo convenio de créditos (que reemplazarán a los contraídos anteriormente); a su vez, ello ayudará al gobierno a la hora de lidiar con necesidades inmediatas y de corto plazo, vinculadas a la pandemia, y a la implementación de reformas estructurales de largo plazo.
Si, por otra parte, un candidato populista de izquierda similar a Rafael Correa lograre hacerse del poder en febrero próximo, los ecuatorianos se asegurarán otro retroceso nacional, que los conducirá a un escenario de represión económica y a una sustancial pérdida de oportunidades.
Artículo original, en inglés
Es Analista en temáticas de Libertad Económica y Crecimiento en el Centro para Comercio Internacional y Economía (CITE). Responsable de tareas de investigación, desarrollo y análisis del Indice de Libertad Económica (desarrollado en conjunto entre la Fundación Heritage y The Wall Street Journal). Sirvió durante 25 años en el Departamento de Estado, desempeñándose en el servicio exterior en las embajadas de los Estados Unidos en México, Portugal, Francia, Panamá y Haití.