Mirando hacia las estrellas en 2022
Hoy día, los cielos se encuentran bastante más poblados, al comenzar el nuevo año.
18 de Enero de 2022
Hoy día, los cielos se encuentran bastante más poblados, al comenzar el nuevo año. Hay más jugadores de peso y más sistemas en órbita; pero también existen más amenazas.
La República Popular China ha ampliado significativamente su rol en el espacio. Hace pocas semanas, astronautas chinos en la estación espacial Tiangong invirtieron tiempo en una caminata espacial de seis horas -la más extensa para los astronautas de ese país.
El tempo de las actividades espaciales de las tripulaciones chinas se ha acelerado raudamente, desde que Pekín desplegó su propia estación espacial -con vuelos espaciales tripulados que tenían lugar en una oportunidad cada dos o tres años, y hoy se registran una vez cada seis meses.
Mientras tanto, tres aparatos ingresaron a la órbita marciana este año. Mientras que las misiones estadounidense y china concentraron la mayor atención, luego de ellas, la primer nave en ingresar a la órbita de ese planeta pertenece a los Emiratos Arabes Unidos (UAE).
El hecho de que la misión 'Esperanza' haya sido lanzada desde un cohete de origen japonés consigna que existen cada vez más jugadores en el dominio espacial. Muchos de ellos no solo utilizarán el espacio adquiriendo satélites, sino que comenzarán a desarrollar sistemas espaciales, a planificar misiones, y a ofrecer distintos servicios en ese territorio.
No obstante ello, no necesariamente todos los actores serán estatales. La firma estadounidense SpaceX habrá lanzado más satélites durante 2021 que el grueso de las agencias espaciales. Sus 31 lanzamientos representan una cuota destacada sobre el total de 170 registrados a nivel global durante el pasado año, e incluso han superado a las actividades de rusos y europeos.
SpaceX continúa anotándose logros de magnitud. Starlink, su sistema satelital destinado a la provisión de Internet, contabiliza hoy una constelación de 1.700 satélites. Esto no sería posible, de no haber tenido éxito la compañía en su masiva reducción de costos de lanzamiento.
El vector Falcon-9, que lanzó una cápsula de reaprovisionamiento Dragon para la Estación Espacial Internacional, consignó el centésimo acoplamiento exitoso de un vehículo de SpaceX en primera fase. El Falcon-9 cumple con aquello que el veterano taxi espacial solía prometer, esto es, el contar con una nave espacial reutilizable; al tiempo que ha consolidado un monumental ahorro económico en las operaciones.
A su vez, la proliferación de servicios de Internet en el espacio refleja la creciente dependencia terrestre frente a una plétora de capacidades espaciales. Las comunicaciones internacionales han empleado satélites para acortar distancias entre continentes, durante mucho tiempo.
Sin embargo, es en el dominio de los satélites de 'posicionamiento, navegación y timing' que el comercio se ha vuelto verdaderamente dependiente del espacio. Más precisamente, la red estadounidense de satélites GPS permite que los consumidores incluso rastreen las mercaderías que ordenan a domicilio mientras arriban a sus destinos finales.
Esos mismos satélites desempeñan un rol crítico a la hora de mantener la sincronización entre torres para telefonía celular, y para instalaciones de extración de petrólero y gas natural. Los hogares se mantienen a temperaturas idóneas y las fábricas pueden funcionar, en gran parte gracias a señales desplegadas desde el espacio.
Ahora mismo, China compite abiertamente con los Estados Unidos en este concierto, conforme el sistema BeiDou ha sido incorporado al programa Nueva Ruta de la Seda, para proyectos en marcha alrededor del globo.
No todo es paz en los cielos, sin embargo.
Este año, Rusia realizó una prueba de un arma antisatélite que generó un extenso campo de residuos. Ya los desperdicios de esas pruebas habían forzado a astronautas de la EEI a refugiarse. Irónicamente, muchos de esos profesionales del espacio son rusos, detalle que pone énfasis en el hecho de que actores inconvenientes no tienen consideración alguna por sus acciones, ni aún cuando ponen a su propio personal en riesgo.
Mientras tanto, China probó con éxito un arma hipersónica, de alarmantes características. A diferencia de las cabezas instaladas en misiles balísticos intercontinentales, el vehículo hipersónico chino -así se ha informado- alcanzó su órbita programada previo a lanzar un vehículo de características similares, para luego ser redirigido contra un objetivo -potencialmente militar- en la Tierra.
La decisión de desplegar semejante sistema en el espacio consigna que, en el futuro, todo satélite chino habrá de ser considerado como transporte eventual de un arma hipersónica -lo cual comportará graves consecuencias en materia de estabilización de crisis.
Toda vez que la prueba antisatélites rusa fue irresponsable, Moscú y Washington han comprendido, a lo largo de décadas, el carácter crítico y los límites de las acciones de cada parte. Los chinos, sin embargo, no parecen exhibir reparo alguno.
Estos desarrollos son útiles para destacar la creciente relevancia del espacio, en la perspectiva de las actividades terrestres y de la política. La frontera definitiva comportará una consideración cada vez más creciente, en los próximos años y décadas.
Artículo original, en inglés
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Sobre Dean Cheng
Analista e Investigador en la Fundación Heritage (The Heritage Foundation), Washington, D.C., en temas políticos y de seguridad. Como experto en capacidades militares y espaciales de la República Popular China, Cheng se ha especializado también en el estudio de la política exterior y de Defensa chinas, en particular sobre la relación de Pekín con el resto de Asia y con los Estados Unidos de América.