El invierno sigue siendo el mejor aliado de la Federación Rusa

Consigna la historia que. toda vez que Europa intenta enfrentar a Rusia, las cosas no salen del todo bien. Los archivos de la historia bélica pueden dar fe: tanto Napoleón como Adolf Hitler cometieron idéntico error. Más allá de las diferencias de época, líderes políticos y costumbres, el crudo invierno siempre está presente en el Viejo Continente. Y, en apariencia, la crudeza climática juega a favor de Moscú.

 

A comienzos de 2022, la Unión Europea con el apoyo de los Estados Unidos de América: decidió confrontar al Kremlin vía sanciones económicas y financieras -en razón del inicio de las acciones bélicas en territorio ucraniano. Sin embargo, la UE parece haber olvidado que Moscú destina el 40% de su gas a muchos de sus Estados-miembro, por intermedio del gasoducto Nord Stream 1. Vladimir Vladimirovich Putin tomó nota de este particular y, gradualmente, definió una reducción del suministro de gas hacia sus clientes europeos. Ahora mismo, la distribución del fluído alcanza a menos de la mitad del 40% despachado en tiempos de paz. En los hechos, la referida reducción es hoy del 19,5%, con el gigante Gazprom tutelando los envíos.

 

Alemania es la nación más afectada por la decisión rusa. Desde el Kremlin, se ofreció una solución -en las últimas horas-: recurrir al gasoducto Nord Stream 2 para retomar la normalidad del suministro. Estas instalaciones exhiben inactividad, en razón de que Berlín había decidido paralizar la aprobación para las obras complementarias, dado el respaldo ruso para los núcleos separatistas concentrados en Lugansk y Donetsk. Estas urbes se sitñuan en la cuenca minera del Donbas, al oriente de Ucrania, y se encuentran fuera del control de Kiev desde 2014. Solo han sido reconocidas como repúblicas por un puñado de países en el concierto internacional; uno de ellos es, lógicamente, Rusia. A ese consorcio multinacional se sumaron Corea del Norte, Siria y los Estados menores pro-rusos Osetia del Sur y Abjasia.

 

No obstante, la dirigencia socialdemócrata germana rechazó rotundamente el ofrecimiento, interpretándolo como un chantaje orquestado desde el Kremlin. Tras no consolidarse un acuerdo en pos del interdicto geopolítico, Alemania se verá forzada a buscar gas en otro circuito de proveedores -naturalmente, a un precio ostensiblemente superior al ofrecido por los rusos. La cuestionable decisión politica de Berlín hoy es una perturbación para la ciudadanía alemana, y que sobreviene en la forma de un abrupto repunto inflacionario y de desabastecimiento de productos básicos.

 

Con todo, y con Alemania acorralada debido a la proximidad de la temporada invernal, Wolfgang Kubicki -vicepresidente del parlamento- planteó que se reconsidere la oferta rusa, coincidente con la reapertura del sistema Nord Stream 2, con miras a paliar la crisis energética en su país.

 

'Debemos abrir el Nord Stream 2 cuanto antes, para rellenar nuestros depósitos de gas para el invierno', fue la advertencia de Kubicki, lanzada en oportunidad de una entrevista ofrecida al consorcio de medios germano RND. 'No veo razones para no hacerlo', agregaría poco después. El notorio giro político tuvo lugar durante la pasada semana, menos de 24 horas después de que el gobierno del presidente Vladimir Putin diera a conocer su decisión de clausurar el funcionamiento del Nord Stream 1 para 'operaciones de mantenimiento' que demandarán 72 horas.

 

Como es lógico, el cambio de posición de algunos dirigentes políticos alemanes enfureció al Ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dimitro Kuleba. A través de su cuenta en la red social Twitter calificó a sus conciudadanos de 'adictos al gas ruso'.

 

Recientemente, un estudio confeccionado por el Fondo Monetario Internacional reveló que un hipotético cierre total del suministro de gas -al cual temen no pocos Estados europeos- devastaría la economía de varios países de Europa Central y Oriental, empujando a sus respectivos PBIs a un agudo retroceso, de hasta un 6%.

 

De cara al oscuro panorama en ciernes, a comienzos de agosto, la UE manifestó que sus Estados-miembro deberían tener a bien comenzar con la implementación de políticas de racionamiento del valioso fluído. Estimó Bruselas que el recorte sobre el consumo de gas debería ubicarse en torno del 15% por un período de un año, al menos hasta mediados de 2023. 

 

Adicionalmente, las amenazas concretas de desabastecimiento han puesto en jaque a las cuestionables políticas vinculadas al cambio climático. En la práctica, Berlín se vio forzada a reactivar una planta productora de carbón en Baja Sajonia, a efectos de destinar ese output al consumo eléctrico. Idéntica situación padece el Reino Unido, país que puso en suspenso la clausura de plantas procesadoras de carbón hasta 2023, para paliar la crisis energética. 

 

Alemania, mientras tanto, también decidió aplazar la desconexión de las tres plantas nucleares remanentes del país. El desarrollo consigna que, al menos de momento, el ítem número 13 pautado en los lineamientos de la comentada 'Agenda 2030' para el 'desarrollo sustentable' quedará en compás de espera.

 

Consideraciones al margen, la energía se ha encarecido a causa del conflicto bélico en Ucrania, pero también a causa de las sanciones implementadas contra la Federación Rusa. Próximamente, Bruselas habrá de argumentar con solidez las decisiones tomadas; y lo propio deberán hacer sus referentes políticos, que habrán de lidiar con ciudadanos en manifestación. Como en tiempos pretéritos, el frío vuelve a erigirse como un aliado geopolítico de peso para el Kremlin; así lo refieren los hechos.