INTERNACIONALES: PHILIP GIRALDI | REALPOLITIK

¿Asistencia externa, o acción encubierta?

Trump continúa con el recorte presupuestario destinado a programas de asistencia multipropósito en el extranjero.

06 de Marzo de 2025


Ha habido una considerable controversia en torno a la decisión de la Administración Trump de recortar las agencias gubernamentales que ostensiblemente están comprometidas con actividades caritativas, educativas y de construcción de naciones tanto en el extranjero como en los Estados Unidos. Este gasto, que asciende a decenas de miles de millones de dólares, ha contribuido a producir déficits presupuestarios que se dispararon en el siglo XXI, en gran parte debido al aumento de la actividad en el extranjero que ocurrió después del trauma del 11 de septiembre, cuando el elemento supremacista en el Estado de Israel decidió que los Estados Unidos deberían servir como policía -a favor de Israel- en el Medio Oriente para permitir la expansión del Estado judío bajo la cobertura de hacerlo "seguro".

Donald Trump, Elon Musk, Motosierra
Como los Estados Unidos se encuentran hoy al borde de la bancarrota debido al carácter insostenible de sus deudas, la segunda encarnación de la Administración Trump se ha centrado en recortar presupuestos en áreas que considera ocupadas por enemigos, a menudo refiriéndose a lo "woke" o institucionalmente aliadas con los demócratas. Los programas sociales, así como el gasto inflado del departamento de defensa, fueron considerados objetivos adecuados, por lo que, a partir de la primera semana de febrero, la Casa Blanca lanzó el martillo cuando atacó a varias agencias gubernamentales, entre otras cosas, exigiendo enormes recortes en el gasto del Pentágono y la eliminación completa del Departamento de Educación.

La Casa Blanca también clausuró la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), despidiendo a casi todos sus 10 mil empleados, permitiendo la permanencia de, supuestamente, poco más de 600 de ellos, a criterio de asistir en el cierre o reducción de instalaciones en los propios Estados Unidos y en naciones del extranjero. Adicionalmente, se informó que un aproximado de 800 premios y contratos administrados a través de USAID estaban siendo cancelados. De acuerdo a informes, se han registrado algunos retrasos judiciales en los despidos debido a la complejidad de trasladar a miles de empleados y sus familias de las oficinas y viviendas en el extranjero, aunque la pausa probablemente sea solo temporal.

Los dólares de los contribuyentes se utilizan tradicionalmente de manera corrupta, para financiar proyectos y políticas que son muy valorados por los funcionarios políticos, razón por la cual Ron Paul y otros han exigido auditorías exhaustivas, incluyendo al sistema de la Reserva Federal y el Pentágono en particular. Este gasto oculto es particularmente difícil de identificar, si el programa está de alguna manera vinculado a la política exterior y/o la seguridad nacional, las cuales han sido tradicionalmente protegidas de la supervisión al negar casi todo acceso público a información sensible, siempre basándose en el principio de "necesidad de saber" (Need to Know) a efectos de salvaguardar fuentes y actividades vulnerables.

USAID fue fundada en 1961 durante la administración de John F. Kennedy, con el objeto de unir varias organizaciones y programas de asistencia exterior bajo una sola agencia. Al principio, se pretendía seriamente que funcionara como un mecanismo con el que los Estados Unidos ayudaran en materia de salud, brindaran asistencia ante desastres naturales, patrocinara desarrollo socioeconómico, protección ambiental, gobernanza democrática, y educación. Sin embargo, su enfoque se reconvirtió, eventualmente, hacia una suerte de guía para el desarrollo en geografías del globo que sufrían de lo que se consideraban gobiernos e instituciones disfuncionales -en términos de lo considerado por los intereses estadounidenses.

USAID siempre ha sido financiada por el gobierno federal y su alta dirección ha trabajado en estrecha colaboración con el Departamento de Estado, al cual es técnicamente responsable, y con las agencias de inteligencia en particular. Su presupuesto en 2023 fue de US$ 43 mil millones. La reducción de fuerza (Reduction in Force, RIF) de Trump en USAID ha sido acompañada por una reestructuración en su gestión, con sus responsabilidades restantes ahora en manos del Secretario de Estado Marco Rubio, quien cuenta con una considerable experiencia en la gestión de agencias especiales tras haber servido en la Junta del componente republicano de la Fundación Nacional para la Democracia (NED), el Instituto Republicano Internacional (IRI).

NED, que opera extensamente en el extranjero, también ha sido despojada de financiamiento por Trump. El desmantelamiento de USAID no significa necesariamente que la organización desaparecerá por completo; simplemente, se reducirá de manera considerable, y se situará bajo una nueva dirección. Probablemente, tendrá una nueva misión, aunque nadie está seguro en este momento de lo que eso significará. Aunque USAID y NED no están solos, conforme el memorando presidencial ha exigido una suspensión de la financiación de todos los componentes gubernamentales que dependen de los fondos generados por los contribuyentes, con miras a proporcionar lo que quizás se denomina eufemísticamente como "ayuda exterior".

USAID y NED sí tienen proyectos humanitarios, es decir, alimentar a los hambrientos del mundo, pero tales programas son impulsados, fundamentalmente, por motivos políticos. El componente NED IRI lo expresa de esta manera en su sitio web. "Nuestra misión en IRI—promover la democracia en todo el mundo—es una batalla en muchos frentes." "Estoy orgulloso de decir que el IRI apoya cada esfuerzo que traerá libertad a más personas. Hemos avanzado en nuestra misión al dar esperanza a aquellos que desean protestar en una calle de la ciudad, postularse para un cargo o emitir un voto", declara también.

De tal suerte que las organizaciones dedicadas a la asistencia humanitaria se han reservado, abiertamente, un rol político. Pero, ¿cómo debería traducirse eesto en la práctica y, acaso esa prerrogativa se hace extensiva a seleccionar favoritos entre los medios de comunicación y los partidos políticos? Trump ha consignado esto, aunque con otras palabras; vale decir, declarando que el liderato de USAID se componía de 'dementes y extremistas de izquierda'. Así supo expresarse en su red Truth Social:

"TODO PARECE INDICAR QUE SE HAN ROBADO MILES DE MILLONES DE DÓLARES EN USAID Y OTRAS AGENCIAS, GRAN PARTE DE LOS CUALES HAN IDO A LOS MEDIOS DE NOTICIAS FALSAS COMO UN 'PAGO' POR FRAGUAR HISTORIAS FAVORABLES SOBRE LOS DEMÓCRATAS." EL PERIÓDICO DE IZQUIERDA, CONOCIDO COMO 'POLITICO,' PARECE HABER RECIBIDO US$8,000,000. ¿Recibió dinero el New York Times??? ¿Quién más lo hizo??? ¡ESTO PODRÍA SER EL MAYOR ESCÁNDALO DE TODOS, QUIZÁS EL MÁS GRANDE EN LA HISTORIA! LOS DEMÓCRATAS NO PUEDEN ESCONDERSE DE ESTO. ¡DEMASIADO GRANDE, DEMASIADO SUCIO!"

De hecho, se han conocido informes creíbles al respecto de que el juicio político contra Trump en 2019 fue impulsado por las acciones y la desinformación provenientes de operativos de la CIA, del FBI y aún de USAID, por lo que es plausible suponer que Trump se ha decidido hoy a saldar cuentas. Amén de ello, USAID y NED son notorios por sus roles en el negocio de apoyar encubiertamente a partidos políticos de oposición en todo el mundo, asistiendo en protocolos de cambio de régimen.

El filántropo multimillonario George Soros, a través de su red de organizaciones, se hizo acreedor a US$260 millones provenientes de USAID para canalizar fondos a organizaciones no gubernamentales (ONG) vinculadas a las Open Society del propio Soros, conocidas por abogar en favor de políticas extremistas y de cambios de régimen en el plano internacional. Asimismo, Soros es un favorito del Partido Demócrata y un importante recaudador de fondos, habiendo recibido recientemente en una ceremonia en la Casa Blanca el honor de la Medalla Presidencial de la Libertad, presentada en ausencia a su hijo Alex por el presidente saliente Joe Biden.

Como resultado, tanto USAID como NED han sido prohibidos en países extranjeros, incluida Rusia, debido a su intromisión en la política local. El Primer Ministro húngaro Viktor Orban, quien a menudo era un objetivo de la actividad de USAID, agradeció de inmediato a Trump por su decisión de cancelar USAID. Tanto USAID como NED se habían involucrado profundamente en Europa del Este. La ex subsecretaria de Estado interina Victoria Nuland ha revelado que las agencias de ayuda estaban profundamente involucradas en la inversión multianual de múltiples fuentes de US$ 5 mil millones de los EE. UU. en Ucrania, que culminó en un cambio de régimen en 2013 y condujo a la guerra actual con Rusia.

En círculos gubernamentales, se ha afirmado con frecuencia que USAID y NED y otras organizaciones similares hoy hacen lo que la CIA solía hacer rutinariamente en términos de cambio de régimen entre su fundación y la década de 1990. Uno podría sugerir que los recientes gobiernos estadounidenses, operando a través de sus diversas subsidiarias como USAID y NED, han estado financiando prácticamente todo para controlar una comunidad mundial en línea con los intereses de Washington.

Análogamente, los medios de comunicación convencionales en todo el mundo, financiados directa o indirectamente, supuestamente incluyen periodistas, medios de comunicación, ONGs y sitios activistas, y eso es solo a través de USAID. Eso parecería incluir a Reuters, Associated Press, BBC, The Guardian, NBC, CNN, NPR, NYT, Politico, PBS, The Financial Times, The Atlantic, The Daily Telegraph, así como a otros tantos canales en el Tercer Mundo.

El "ecosistema" mediático de la histeria anti-China depende, hoy día, de la financiación del gobierno estadounidense, y ya interpone quejas contra el inminente cierre del apoyo de USAID. Para citar solo un ejemplo de cómo se presenta, el servicio de noticias Reuters ha recibido millones en financiación desde Washington, específicamente para "ingeniería social activa". Los sindicatos también son financiados por USAID, y éstos también revistan en el reciente malestar político en Eslovaquia.

De igual modo, el gobierno de los EE.UU. ha financiado múltiples intentos de golpe de estado en Venezuela, ha pagado viajes de alto perfil al ucraniano Volodymyr Zelensky para mejorar su imagen y popularidad, y ha financiado grupos vinculados a al-Qaeda en Siria para derrocar con éxito al gobierno en Damasco.

Volviendo al primer mandato de Trump, es interesante observar que la mayor parte de la "ayuda" a los partidos de oposición para derrocar a Nicolás Maduro en Venezuela se entregó durante 2019, por lo que Trump, guiado por los intransigentes John Bolton y Mike Pompeo, no se mostró tímido en ese momento respecto al cambio de régimen. De hecho, Voice Of America (VOA), que a menudo sirvió como portavoz de la CIA, incluso informó que Trump había triplicado la ayuda al opositor Juan Guaidó, llevándola a US$56 millones.

Aquellos que se preguntan por qué Trump ha decidido ahora "oponerse" a la misma agencia semiencubierta que también ha estado utilizando para el cambio de régimen tienen algo de razón, pero podría ser oportuno tomar nota de la reorganización como una advertencia. A saber, en pos de que las agencias gubernamentales de información y la aplicación de la ley -aún la inteligencia- no vuelvan a convertirse en herramientas de los políticos afines al Partido Demócrata.

Los defensores de USAID argumentan que la agencia está siendo difamada y que, además de su perfil político, se evidencia sanamente comprometida con la promoción de la salud y el bienestar en todo el mundo. La jefa de USAID bajo Joe Biden fue la muy controvertida y muy "woke" Samantha Power, quien afirma de manera algo deshonesta que el presupuesto de la agencia de US$38 mil millones en 2023 incluía algo así como US$20 mil millones en gastos que deberían describirse apropiadamente como humanitarios. Los beneficiarios de los programas, en su mayoría protagonistas del Tercer Mundo, sufrirán -en consecuencia- la reducción de la ayuda.

Si eso es realmente así, quizás tendría sentido integrar tales programas en un mecanismo desvinculado de los esfuerzos de cambio de régimen, y de la corrupción. 

Subsisten las preguntas, incluso en el Congreso, al respecto de si acaso habrá una nueva agencia que centralice la asistencia externa, y cómo se la denominará -o si, en contrario, se mantendrá la estructura existente, con presupuestos magros frente a los que disfrutara en tiempos pasados. Aún es prematuro responder a esas preguntas -y habrá que ver si las respuestas se tomarán su tiempo en aparecer. Pero debe observarse que en ningún momento Marco Rubio ni otros referentes de la actual Administración han condenado el agresivo comportamiento estadounidense en el exterior; como tampoco se afirmó que ese comportamiento llegaría a su fin.

Oficialmente, hasta el Departamento de Estado ha declarado que su único objetivo es asegurar que las cosas buenas hechas por USAID continuarán, 'promocionando los intereses de los EE.UU. en el extranjero'. Dadas algunas de las posturas agresivas personificadas por la Administración Trump respecto de Gaza, Panamá, Canada, México, Irán y Groenlandia -además de la tendencia de ejercitar presión sobre referidos adversarios-, quizás suceda que Washington no modifique su curso de acción.

Plausiblemente, los Estados Unidos podrían duplicar la apuesta, y organizaciones como USAID o NED asistan a cambios en sus respectivos liderazgos; lo cual podría atender a ese proceso de reiteración de las conductas.


Artículo original, en inglés

 

Sobre Philip Giraldi

Especialista en contraterrorismo; ex oficial de inteligencia militar de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América (CIA). Se desempeña como columnista en medios estadounidenses, y como Director Ejecutivo en el Council for the National Interest. Giraldi es colaborador frecuente en Unz.com, Strategic Culture Foundation y otros. En español, sus trabajos son sindicados con permiso en El Ojo Digital.