INTERNACIONALES: NUEVOS EXABRUPTOS DEL PRESIDENTE VENEZOLANO

Hugo Chávez, el insecto que zumba en los oídos del Mundo

El presidente venezolano Hugo Chávez -tal como se esperaba- hizo uso del escenario de las Naciones Unidas para volver a llamar la atención, hilarante verborragia mediante. Pero a criterio de algunos líderes internacionales, los exabruptos del bolivariano comienzan a pasarse de la raya.

21 de Julio de 2010
Hugo Chávez no deja vacante oportunidad para promocionar su hilarante verborragia y para acaparar los micrófonos de la prensa mundial. El problema es que, cada vez que lo hace, la mayoría de la población de Venezuela se asoma a la posibilidad de quedar en el ridículo internacional, habida cuenta de lo impresentable de su líder y sus declaraciones. La semana pasada ha sido una de las más enriquecedoras en lo que hace a discursos rimbombantes del líder venezolano, comenzando por aquella en la que sentenció que "la ONU no sirve para nada". Minutos más tarde, bregaría por eliminar el derecho de veto que ostentan los países más poderosos, además de mudar la sede fuera de Estados Unidos. Es interesante destacar que tal moción solamente tuvo los votos de Venezuela y... Cuba. Chávez aprovechó el efecto devastador del huracán Katrina, dicho sea de paso, para fustigar a George Bush y burlarse reiteradas veces de las víctimas del desastre natural, al tiempo que elevó la voz ante un encuentro con periodistas del orbe para decir "¡Acostúmbrense, que el petróleo llegará a US$100 el barril!". En su ingenuidad, Chávez omitió el hecho de que tal afirmación, equivalente a un festejo para los resultados positivos que tendrán las arcas fiscales venezolanas, es igualmente comparable a festejar la caída en la pobreza de más millones de personas, que verán como la inflación en sus países destruye su economía hogareña, recortando sus poderes de compra y destinándolos a vivir un futuro más oscuro. Y todo debido a que el gran número de naciones del planeta son dependientes del petróleo que los países de la OPEP -una organización mafiosa internacional, a todas luces- colocan en el mercado a precios cada vez más ridículos. Las expresiones de Chávez al respecto de que "sufre" con el pueblo estadounidense, al que considera una "víctima de su propio gobierno" pueden descartarse con frialdad, ya que el presidente venezolano ya ha demostrado reiteradas veces que está al acecho de los desastres -militares y sociales- que puedan caer sobre Estados Unidos, para salir a volcar más comentarios en los medios internacionales. Hoy Chávez puede estar pasando un excelente moméntum económico, pero todas las cifras continúan destacando que Venezuela ostenta una estadística insoportable de pobreza que alcanza al 80% de su población. Entonces, ¿Qué está haciendo Chávez con los ingresos del petróleo? Pues bien, la respuesta es sencilla : los recursos de su superávit comercial se destinan a la compra de armamento para sus fuerzas armadas y de seguridad, a la vez que se destinan recursos ingentes para financiar movimientos extremistas en Ecuador, Bolivia y la Argentina. Ya Brasil -en su correcta apreciación histórica de las relaciones internacionales- ha observado a Venezuela como un riesgo para la América del Sur que aspira a controlar. No por nada Itamaraty ha dado gran importancia a movilizar tropas hacia su frontera noroeste. La verborragia agresiva de Chávez para con Washington, y su influencia en Evo Morales y los cocaleros bolivianos, más su comprobada intervención en los movimientos sociales ecuatorianos, han brindado un primer "logro" : la instalación de una base militar estadounidense en Paraguay, desmentida hasta el hartazgo pero cierta. Mientras la prensa y la actividad económica privada en Venezuela comienza a ser reprimida y controlada por Chávez y sus seguidores con mano de hierro -y al mejor estilo stalinista-, los líderes de la región se preguntan cuándo cesarán las declaraciones rimbombantes del presidente venezolano. "Chávez ya nos ha traído bases militares yankees a nuestro patio trasero", piensan. "¿Y después qué sigue?". Paralelamente, otros grupos -más adeptos a la teoría de la conspiración- se preguntan si acaso Chávez no sea un renovado experimento de contrainteligencia del Pentágono : el proverbial crítico de Washington instalado frente a nuestras narices, que finalmente colabora justificando la presencia del enemigo en nuestra casa. Después de todo, a nadie escapa que Chávez continúa vendiendo petróleo a los estadounidenses, quienes, dicho sea de paso, son los mejores clientes del oro negro caraqueño. ¿Quién fue, acaso, quien oportunamente financiara las compras venezolanas de aviones F16, destinados a vigilar y proteger las instalaciones petroleras del caribe venezolano?
El Ojo Digital Internacionales