SOCIEDAD: ASI SURGE DE LOS CASTIGOS QUE CONTEMPLA LA LEY

El grupo Callejeros y Patricio Fontanet podrían ir a prisión por 5 años

La figura penal que le cabe a Patricio Fontanet y a su grupo "Callejeros" considera una pena de cumplimiento efectivo de hasta 5 años de prisión. El grupo claramente incitó al uso de bengalas en todos sus recitales y tiene una enorme cuota de responsabilidad en la tragedia de Cromañón. Por otra parte, los padres de las víctimas agredieron a miembros del Consejo de la Magistratura.

21 de Julio de 2010
Pocos días atrás, importantes medios nacionales dedicaron interesante espacio a las penas de prisión que podría aplicarse al grupo Callejeros, por su responsabilidad en la tragedia de Cromañón. El estrago culposo, la figura legal con la que se calificó el accionar de la banda Callejeros implica una pena ciertamente poco importante, por un lado. El artículo 189 establece que "será reprimido con prisión de un mes a un año, el que, por imprudencia o negligencia, por impericia en su arte o profesión o por inobservancia de los reglamentos u ordenanzas, causare un incendio u otros estragos". Pero advierte que "si el hecho u omisión culpable pusiere en peligro de muerte a alguna persona o causare la muerte de alguna persona, el máximo de la pena podrá elevarse hasta cinco años". De esta forma, los miembros de Callejeros podrían enfrentar una condena por 5 años dada su responsabilidad, al menos de acuerdo a la ley argentina. A los efectos de realizar una comparación, la justicia estadounidense multiplicaría la pena por el número de víctimas del caso. Pero la sumatoria de penas -que se aplica en la mayoría de los países desarrollados del mundo- está prohibida en la Argentina por iniciativa de la Cámara de Diputados y por el garantismo preponderante en la clase política argentina. Los padres de las víctimas, más cerca de ser victimarios, que víctimas En un episodio ciertamente lamentable, familiares de las víctimas de Cromañón insultaron a miembros del Consejo de la Magistratura y les exigieron el apartamiento del expediente y el juicio político para los integrantes de la Cámara del Crimen que dispusieron la libertad del empresario Omar Chabán. El consejero abogado Beinusz Szmukler fue quien peor lo pasó ya que cuando se retiraban de la sala de reuniones del cuerpo, los familiares lo calificaron de "basura de persona". En un clima tenso, los familiares comenzaron a retirarse del recinto, y fue entonces cuando Szmukler sufrió las peores embestidas, pero también sus pares del Consejo allí presentes. Una mujer, que se identificó como madre de una de las víctimas, dijo a los gritos: "ustedes van a ser los responsables cuando quememos la Cámara del Crimen". "Cuando yo me vaya me voy a llevar puestos a un par", añadió, en presunta alusión a los jueces Bruzzone y Garrigós de Rébori. De este modo, los padres de las víctimas continuaron haciendo uso de la violencia -que pretenden justificar permanentemente, debido a la pérdida sufrida-. Así lo hicieron también en ocasión de agredir cobardemente a los policías federales que custodiaban la Legislatura pocos meses atrás -y que tenían instrucciones de no reprimir-. Opiniones han señalado oportunamente que la violencia de que hacen uso los familiares de las víctimas de Cromañón tiene su origen en la frustración evidente que surge del hecho de que la sociedad argentina en su conjunto -especialmente las clases medias porteñas- no acompañan su reclamo. La visión que una gran mayoría de la ciudadanía de Capital Federal tiene respecto de la tragedia de Cromañón es que son culpables tanto Aníbal Ibarra, como la Legislatura, como Callejeros e incluso los mismos familiares de las víctimas, especialmente los padres. Hay la percepción de que los padres de los jóvenes fallecidos, poco se han preocupado de conocer los hábitos de sus hijos -especialmente aquellos relacionados con el abuso de alcohol y drogas-, y que mal pueden efectuar reclamos, dado que tienen una importante cuota de responsabilidad en la tragedia. La prueba más concreta de la escasez de apoyo por parte de los porteños es el hecho de que las manifestaciones organizadas por las víctimas nunca han sido importantes. Incluso muchos de los participantes ni siquiera viven en Capital Federal, y en ocasión de las marchas son traídos desde sus hogares en la Provincia de Buenos Aires. La opinión pública también tuvo en cuenta como hechos negativos el que los familiares de las víctimas agredieran en una ocasión a Juan Carlos Blumberg, y los permanentes choques que aquellos sostienen con la Policía Federal. Irónicamente, el escaso apoyo brindado por los porteños a las víctimas de Cromañón ha favorecido notablemente a Aníbal Ibarra, quien observa con alivio cómo el episodio se va desvaneciendo con rapidez de la memoria de los argentinos.
El Ojo Digital Sociedad y Seprin.com