Diego Maradona y su interminable contribución a la mala imagen de la Argentina

En expresiones al periódico cubano Granma -controlado por el régimen comunista de aquel país-, el Comandante Fidel Castro tildó de "Cumbre del fracaso" del Tratado de Libre Comercio para las Américas a la Cumbre de las Américas que se celebrará en los próximos días en nuestro país y a la que asistirá el presidente estadounidense George Walker Bush. Fidel realizó las declaraciones en compañía de Diego Armando Maradona, quien se encuentra en la isla a propósito de una entrevista con el Comandante en Jefe para su programa La Noche del Diez, que transmite el Canal 13 de televisión en Buenos Aires. La cara insólita de la noticia es que el propio Maradona encabezará junto a su hija una marcha que preparan organizaciones de extrema izquierda y de piqueteros argentinos contra la presencia de Bush en la Cumbre. "En Argentina hay gente contraria a que vaya Bush. Yo soy el primero. Nos hizo mucho daño. Para mí es un asesino, nos desprecia y nos pisa. Voy a encabezar con mi hija esa marcha", confirmó Maradona. Luego de conocerse la información, gran parte de la opinión pública y analistas de temas internacionales -lógicamente preocupados por el efecto negativo que la presencia del futbolista en la supuesta marcha tendrá para el país-, se hayan a la espera de algún comunicado de parte del Gobierno Argentino, a los efectos de conocer qué medidas se están por tomar para minimizar ese impacto. Diego Maradona -que aún no ha abandonado las drogas- finalmente ha mostrado una novedosa y polémica faceta, pero con la diferencia de que, tal vez en esta ocasión, se le haya ido la mano. En momentos en que la Argentina lucha desesperadamente por combatir la mala imagen que tiene ante el mundo como consecuencia del reciente default con los organismos internacionales de crédito, la actitud del ex futbolista no ayuda precisamente en esa faena. Distintos medios ya han destacado que el financiamiento en materia de transporte y viáticos para la marcha anti-Bush provendrán -como no podría ser de otra manera- del gobierno del presidente venezolano Hugo Chávez. Lo preocupante del asunto no es la noticia de la marcha en sí, sino el hecho innegable de que el presidente norteamericano finalmente se decidió a venir a la Argentina a modo de "favor", para no aparecer como responsable de boicotear la Cumbre -contra lo que sus propios asesores en materia de seguridad opinaban-. La actitud infantil de Maradona -quien obviamente lleva adelante tal acción en pos de lograr mayor rating para su programa "La Noche del Diez", podría costarle al Gobierno Argentino un triste episodio de roce internacional con Washington, y todo esto sin considerar el casi seguro "pase de factura" que la administración estadounidense podría propinarle a la Argentina.