Severas críticas de George Bush a la Administración Kirchner
A pesar de la interpretación -a todas luces errónea y hasta desinformativa- de medios como el Diario Clarín, la noticia del día es la andanada de críticas que el presidente estadounidense deslizó -en forma diplomática, pero certera- sobre la realidad argentina.
21 de Julio de 2010
En un encuentro para los medios en el Hotel Hermitage, el presidente estadounidense George W. Bush criticó diplomáticamente -y con fina ironía- la falta de seguridad jurídica, la falta de garantías para las inversiones extranjeras y advirtió sobre el hecho de que en la Argentina "no se respetan las instituciones democráticas". También destacó la "falta de decisiones sabias" por parte del gobierno del Presidente Néstor Carlos Kirchner.
En otro capítulo remarcable de las declaraciones, Bush sentenció que "la Argentina no necesita el apoyo de EE.UU. para negociar con el FMI", lo cual marca un endurecimiento de las relaciones de la Argentina y el organismo internacional de crédito.
El Presidente Kirchner destacó que cada cual puso énfasis "en su propio punto de vista" sobre los diferentes temas. Y procedió, a posteriori, a afirmar para las cámaras que estaba "muy satisfecho" con los resultados de la reunión. Afirmación que a todas luces busca amortiguar las fuertes declaraciones del primer mandatario estadounidense, y la intención de esquivar las críticas recibidas.
Kirchner caminó, por momentos, sobre una delgada línea, cuando ironizó sobre el hecho de que "es difícil ser anfitrión de él (por Bush)", en una clara alusión a la marcha contra el presidente estadounidense. Este comentario tiene obvia relación con el hecho de que funcionarios que se desempeñan en el mismísimo gobierno argentino no sólo financian, sino que participan de la marcha contra George Bush. Esta realidad es conocida al detalle por Washington y el episodio causa más hilaridad que molestia.
Entre los referentes y funcionarios kirchneristas que participan de la marcha contra el norteamericano, figuran Carlos Kunkel, Jorge Ceballos y Miguel Bonasso.
Parte de los fondos para la organización de la marcha de protesta han provenido desde el gobierno del presidente venezolano Hugo Chávez, quien claramente aspira a convertir la Cumbre de las Américas en un vulgar escenario teatral para sus risibles declaraciones.
No obstante, lo que los medios tradicionales han intentado hacer aparecer como una marcha "de la ciudadanía" contra Bush, en realidad es claramente una esforzada manifestación de elementos políticos financiados desde la centroizquierda y la extrema izquierda nacional y regional, en donde no faltan elementos piqueteros y autodenominados grupos de "derechos humanos" -relacionados con las FARC colombianas y grupos guerrilleros y de cocaleros bolivianos-.
Lo triste es la estrecha relación de estos grupos con el actual gobierno de la República Argentina. El argumento válido de la protesta contra la invasión de Irak ha sido aprovechada por tales agrupaciones, que tradicionalmente no superan el 1% de los votos en las elecciones que tienen lugar en el país, pero que a pesar de ello, se niegan a reconocer su poca relevancia a nivel político y ciudadano.
La presenta Administración, no sólo deberá responder eventualmente con las peligrosas "relaciones" que mantiene, sino que también deberá hacerse cargo de las críticas que -con sólido argumento- ha expuesto el primer mandatario estadounidense.
Al fin y al cabo, los argentinos ciertamente no necesitan de la visita de un líder extranjero para reconocer el hecho de que en el propio país, la seguridad jurídica y la protección a la propiedad pública y privada son inexistentes, no hay reglas ni bases creíbles para la generación de negocios y riqueza, que las instituciones democráticas están corrompidas en su totalidad, a la vez que exhiben un evidente malfuncionamiento.
El Ojo Digital Internacionales y Seprin.com