José Pablo Feinmann y Claudio Morgado, los esperpentos
La opinión de Ovidio H. Zánzero en El Ojo Digital Política, frente a las cuestionables declaraciones de José Pablo Feinmann y Claudio Morgado en referencia al triunfo de Mauricio Macri en las recientes elecciones porteñas.
21 de Julio de 2010
Permítaseme matar dos pájaros de un tiro, aunque ya he publicado mi opinión en El Ojo Digital, bajo el título "Ni fascismo ni marxismo, solo un voto inteligente". He sido lo más claro y medido que pude frente al insulto cobarde a que fuimos sometidos los ciudadanos de Buenos Aires, por parte de pseudos señores cultos, en ocasión de manifestarse contra "la ideología fascista" de aquellos que votaron contra la ola roja y de libertinaje, esos mismos que pretenden generalizar, desde su visión, "los jóvenes idealistas de los setenta", con el único objetivo de instaurar un poder totalitario unívoco.
Quien esto escribe se pregunta : los esperpentos José Pablo Feinmann y Claudio Morgado, al parecer, claros conformadores o integrantes de aquel grupo de "jóvenes idealistas", verdaderos hipócritas, que de jóvenes no tienen nada, pero sí mucho de siniestro, y de acomodaticios a cualquier matriz sin importarles en lo más mínimo, moral, ideología, bando o color, pero sí la figuración y sus consiguientes retribuciones. ¿Qué tienen de jóvenes y qué de idealistas?. Verdaderamente, nada en lo absoluto, dado que los verdaderos "jóvenes idealistas" de nuestra Argentina son aquellos que consideran que las ideas no se detienen, aunque se las intente ahogar, cuando pueden ser prácticamente aplicadas, llevando soluciones a las deficiencias y necesidades de la gente. Son los mismos que al momento de sufragar el 24 de junio, el palabreo enfático y las plataformas sin sentido y/o carentes de toda lógica creíble para atraer votantes no les fue suficiente para conmoverlos y mucho menos se dejaron arrastrar por los politiqueros de turno, porque, como bien se sabe, las pelucas sólo engañan a los que las usan o a quienes les sientan bien tales engaños.
Ovidio H. Zánzero
Por Ovidio H. Zánzero, para El Ojo Digital