El moméntum político : sobre estrategias equivocadas y complots fantasmas
Retoma el Presidente de la Nación la vieja costumbre de denunciar imaginativos complots : la emprendió ahora contra supuestos empresarios irresponsables y "sectores minoritarios" que agitan el fantasma de la inflación. Mientras tanto, el INDEC continúa manipulando groseramente el índice de precios y faltando el respeto a la ciudadanía, que sigue siendo una suerte de resignado testigo frente a la inoperancia oficial. Las elecciones presidenciales y los desafíos del país en 2008.
21 de Julio de 2010
Cuando parecía que el Presidente Néstor Carlos Kirchner había abandonado el discurso del complot, volvió a salir a la palestra para criticar a lo que él denominó "sectores minoritarios" que agitan el fantasma de la inflación y que sacan rédito de la explotación de la noticia.
Pero la opinión pública lo sabe bien : el único personaje fantasmagórico de esta historia es el denunciado "intento de desestabilización", fetiche al que recurren los referentes del Gobierno Nacional con insoportable cadencia, seguramente con el objetivo de ocultar la propia mediocridad.
Tal vez, la peor parte de esta historia sea el incomprensible acompañamiento que ciertos medios realizan frente al clamor oficial de complot. A este respecto, el periodista Ricardo Kirschbaum -de quien aún no se sabe si es editor de Diario Clarín, o qué- publicó recientemente una columna en donde abiertamente acusa a la oposición política y a otros sectores -tampoco individualizados- de exagerar el problema inflacionario. El titular elegido no podía ser más triste : "Ni invento ni apocalipsis". Correspondería preguntarle al señor Kirschbaum si acaso vive en la Argentina o si, por el contrario, redacta sus editoriales desde los Estados Unidos de América o alguna otra nación del denominado Primer Mundo. Aunque, lo más probable, es que el señor Kirschbaum jamás visite los supermercados o no tenga remota idea acerca del precio de cortes de carnes, el pollo, pescados o verduras. Por momento, el cacofónico chorus que ciertos medios hacen frente al populismo de los discursos oficiales se vuelve deleznable. Clarín es, a este respecto, un caso ejemplificador. El medio de la señora de Noble parece ser la tribuna favorita de aquellos que reclaman libertad inmediata e impunidad eterna para piqueteros, menores homicidas y regentes de clínicas abortistas al por mayor. El periódico bajo análisis minimiza -con aceitada planificación- hechos relativos a inseguridad, inflación y crisis energética. Recientemente, el articulista Alejandro Marinelli manufacturó una defensa incomprensible de los menores delincuentes que, por estas horas, son el azote de los comerciantes de Barrio Norte -en cercanías del centro comercial Alto Palermo- : bajo el título "La tentación de demonizarlos", el autor del escrito reclama posicionar a los precoces delincuentes como si de víctimas se tratara, y casi pide que se los deje "jugar" tranquilos. Como siempre, de las verdaderas víctimas, nadie se preocupa.
Como no podía ser de otra manera, el piquetero Luis D elía salió a respaldar la denuncia presidencial de complot, acusando a sectores conservadores "de la derecha" de querer desestabilizar a la Administración Kirchner. El timing elegido para exhibirse a los medios ya ni siquiera da lugar a la sospecha : el piquetero no solo continúa moviéndose con impunidad, a pesar de haber tomado por asalto una comisaría de la Policía Federal, sino que, ya todo el mundo de los medios lo sabe, sigue anotado en el payroll del Gobierno. Lo cierto es que el autodenominado luchador social sigue figurando en la nómina; su separación no fue más que un montaje para engatusar a la opinión pública. Sus acusaciones contra el Mossad -servicio de inteligencia israelí- y la CIA, frente a los casos de AMIA y el venezolano Antonini Wilson, gatillaron sonoras carcajadas en el espartano edificio de Colombia 4300 y la indiferencia más absoluta en Tel Aviv. Cualquier ser pensante sabe que el Mossad y los servicios foráneos prefieren invertir su tiempo en temas serios. De todos modos, las declaraciones de D elía siempre son analizadas de cabo a rabo por las autoridades americanas competentes que tienen su cobija en ciertos círculos diplomáticos extranjeros. Y, si acaso corresponde aconsejar humildemente al Excelentísimo señor Presidente de la Nación, él debe dar inmediata cuenta de los elementos antisemitas de su Administración, -léase, remover-.
¿Qué estrategia puede leerse detrás de las denuncias de complot y desestabilización? Muy sencillo : Néstor Kirchner sigue los problemas nacionales al detalle y, desde hace ya un tiempo, recurre a viejas estratagemas chinas de distracción para refocalizar la atención de la opinión pública nacional. El aparato de propaganda del gobierno funciona muy bien y sobre esto quedan pocas dudas. El problema tiene más que ver con los resultados y el lógico hartazgo de la sociedad. Cristina Fernández Wilhelm, Primera Dama y candidata presidencial, no ha podido convencer a los empresarios estadounidenses de que incrementen el flujo de inversiones hacia el país. Tampoco ha podido hacerlo ahora con los industriales paulistas : estos la incomodaron con sus inquietudes respecto de la manipulación oficial de los precios, y le retrucaron que los números brasileños proyectan entre 17 y 20 puntos de inflación para la Argentina en 2007. Nada que ver con los números de fantasía que exhibe el INDEC por estos días. El 0,8% declarado para septiembre ya no es una cifra : es parte de un modus operandi demencial, construído artificialmente para burlarse a carcajadas de la ciudadanía entera, esa misma a la que se apela desesperadamente cuando llega la hora de la captación de votos.
Comentario aparte para la "crisis diplomática" con el Uruguay : las relaciones entre ambas naciones del Río de la Plata circulan nuevamente por el mejor de los carriles, a pesar de la agitación que se hace del tema de las papeleras o pasteras. Los asambleístas de Gualeguaychú han sido aislados hasta por el propio gobernador entrerriano, Jorge Busti, y la tan mentada "asamblea" ya es sinónimo de mala palabra en la Casa Rosada. Este tema ya no interesa a nadie, sobre todo a partir de la abierta ideologización que los propios entrerrianos -una clara minoría- ha hecho del tema. Para colmo, el odio que han fogoneado contra los porteños los ha terminado de acomodar en un rincón fuera de todo interés. Sucede tal como siempre : en la Argentina, quienes protestan terminan siempre equivocándose de enemigo. Los autodenominados ecologistas ya se han convertido en la pesadilla de los porteños que circulan por Avenida Santa Fe en cercanías de la Plaza San Martín : hoy reciben más insultos que adhesiones.
¿Y qué sucede con las elecciones presidenciales por venir? De algo están convencidos los argentinos : las encuestas que se publican no convencen ni a los propios encuestadores. Hace pocos días, el prestigioso periódico La Nación publicó una encuesta de opinión de la reconocida Poliarquía, que daba a Cristina Fernández Wilhelm casi 40 puntos de intención de voto. La noticia tenía mucho de operación de contrainteligencia, dado que La Nación se preocupó demasiado por remarcar la no-relación entre la encuestadora y el Gobierno Nacional. Los promedios que se extraen de encuestas de opinión verdaderamente independientes no se alejan de los siguientes números : Cristina, 33% -y en baja-; Elisa Carrió, 24% -y en aumento-, y Roberto Lavagna cierra en un módico, aunque estable, 12%. Ricardo López Murphy no superaría los 5 puntos, aunque su aporte irá a parar a las arcas del ARI en la segunda vuelta. Si la diferencia entre Cristina Fernández y su inmediata seguidora son abrumadores en favor de la primera, será difícil creer que la maquinaria electoral o "aparato" administrado por los intendenses bonaerenses no ha sido utilizada. En cualquier caso, la mala noticia es que el gobierno ha bloqueado la convocatoria opositora para veedores internacionales, conformándose el arco situado en la vereda de enfrente a Kirchner con la posibilidad de monitorear los números -con sus propios fiscales- in situ en los centros de cómputos oficiales. Pésima idea pues, de existir fraude, este ya llegaría empaquetado a los ordenadores oficiales con moño incluído. Vale decir que nadie llegará siquiera a olfatear manipulación alguna.
La relación entre la Primera Dama y don Julio Cobos nunca fue la mejor. Mucho antes de tenido lugar el episodio de manipulación de la inflación mendocina en el INDEC y los chispazos entre el candidato a vice y la Rosada, corrían rumores de separación. Hoy por hoy, la noticia ya pasó de ser un simple rumor. Salvo milagros de última hora, Cobos se bajaría de la candidatura oficial. Si así no ocurriera, la percepción ciudadana que se tendrá de la fórmula kirchnerista no distará de la que se tiene de una alianza armada bajo la sombra del apuro y la desconfianza. Y de esto ya hay sobrados ejemplos en la Argentina. Debe decirse que el propio peronismo tenía mucho más para ofrecer, a los efectos de ocupar la candidatura de vicepresidente. Daniel Scioli, sin ir más lejos, hubiera sido la alternativa más confiable, y ello hubiera asistido notablemente para frenar la actual caída en intención de voto que la propia Rosada conoce para con Cristina. Información que, obviamente, jamás trascenderá, ni siquiera al periodismo más pingüino. Equivocadamente, los asesores gubernamentales han preferido arriesgar la elección nacional, asegurando la elección en la provincia de Buenos Aires. Lo correcto hubiera sido proceder al revés.
¿Y la oposición? A la hora de interpretarla, el periodismo oficialista ha pecado de la más grosera ingenuidad, y lo hemos dicho hasta el cansancio desde nuestra humilde web : con la sola excepción de Elisa Carrió, el arco opositor no tiene interés alguno en triunfar en octubre. Referentes de la talla de Mauricio Macri, Roberto Lavagna y hasta el propio Sobisch ríen a mandíbula batiente cuando se los critica desde la prensa oficial. Voces timoratas han llegado a sugerir que no faltan aquellos que desean ver triunfar a Cristina en octubre, para luego hacer leña del árbol caído cuando estalle la primera crisis. Si bien tal aseveración aún no ha podido comprobarse, de existir, la táctica debería catalogarse, cuando menos, como un egoísta acto de especulación con consecuencias incalculables para la nación entera. Corresponde ser cauto : el 28 de octubre puede ocurrir absolutamente cualquier cosa, incluyendo una segunda vuelta, una consagración de Elisa Carrió en primera, y una victoria cristinista sin debate. Por primera vez en más de veinte años, el voto se transformará en un evento apasionante, mal que le pese a la apatía de los argentinos cuando se les habla de urnas.
Lo que no se presenta como apasionante es el próximo año, especialmente si nos referimos al siempre cenagoso terreno de las relaciones internacionales. Casi a último momento, y en un arranque de súbita sapiencia, la Administración Kirchner amortiguó la crítica hacia la República Islámica de Irán de cara al tema AMIA. Casi por milagro, y a pesar de las airadas protestas de los persas, el gobierno parece haber logrado posicionarse en una sana posición intermedia, lo que no es poco, en un terreno tan complejo. Los iraníes reaccionaron con vehemencia, pero sin extremismos, y esto es algo que suelen hacer por igual y frente a cualquier crítica, provenga de donde provenga. Por su parte, la comunidad judía neoyorquina, así como la local, aplaudió el discurso presidencial en las Naciones Unidas. Ya lo dijeron los británicos hace pocos años, cuando liberaron a iraníes acusados de terrorismo : con Irán es mejor no meterse, pues su política exterior es poner bombas.
Pero AMIA es solo la punta del iceberg y, cualquiera sea el candidato o candidata que se alce con la victoria en octubre, él o ella no tendrán tiempo para el festejo. Con el seguro advenimiento del conflicto bélico entre los Estados Unidos de América e Irán, los países del orbe deberán tomar posición política rápidamente. Este conflicto por venir será decisivo en la historia mundial, por tanto se creará una separación profunda entre aquellos que estén "a favor del terrorismo" -en palabras de George Bush y los enclaves de poder de Washington- o "en contra de los infieles". Ese constante manojo de nervios y tropiezos que es Cancillería deberá enfrentar un desafío más que decisivo para la Argentina. Y -ya se ha dicho- nuestra dirigencia política no está a la altura de las circunstancias. Las estrategias implementadas en tiempos pasados (Segunda Guerra Mundial) por el ex presidente Juan Domingo Perón, a los efectos de "quedar bien con Dios y con el Diablo" ya no tendrán validez. Por el contrario, de adoptarse, en esta ocasión podrían garantizar represalias provenientes de los dos bandos en pugna.
Ideologías aparte, el lector inteligente debería considerar lo siguiente : mientras las grandes naciones del mundo -no necesariamente del Primero- ya tienen todo listo para encarar seriamente la conquista del espacio, al tiempo que planean una apropiación soterrada de los recursos naturales no explotados de otras naciones, en la Argentina todavía se continúa debatiendo si acaso sería conveniente aplicar el código penal sobre piqueteros que bloquean el paso de ambulancias y sobre niños que han intercambiado juguetes por armas de fuego.
Por Matias Ruiz, para El Ojo Digital Política