Las cosechas de ira nos devuelven la institucionalidad
Reflexiones de nuestro columnista Sorge, en virtud de la noble toma de posición del Vicepresidente Julio Cobos. Para Néstor Kirchner, es la hora de considerar dar un paso al costado, de una vez por todas.
21 de Julio de 2010
Creíamos los argentinos que el avance de un gobierno autócrata no se detendría ante nada ni nadie. Considerábamos que un gobierno que desprecia la división de poderes terminaría por imponer el pensamiento único.
Suponíamos que estábamos en manos de un auténtico carácteropata -el señor Néstor Kirchner, cuya única virtud ha sido trabajar por la división de los argentinos- sembrando el odio y la discordia desde cualquier atril que encontrara a su disposición y presidiendo un verdadero gobierno dedicado al latrocinio de la Republica Argentina. Dimos por hecho que esta situación no variaría y éramos testigos de cómo un desencajado Carlos Kunkel insultaba permanentemente a un compañero de bancada (Felipe Solá). Creímos que las huestes piqueteriles de un impresentable Luis D Elía se impondría como es su estilo sobre los ciudadanos, copando y adueñándose de La Plaza de los Dos Congresos y la Plaza de Mayo (en realidad, perteneciente a todos los argentinos). Dimos por establecido un gobierno de la autocracia e incluso la instalación de una nueva Banelco.
Pensamos, más de uno de nosotros -desde nuestros hogares- que se perpetuarían las mismas prácticas deshonestas y nos fuimos desilusionados a dormir, a todas luces carentes de expectativas sobre el desarrollo de la votación, nos hemos desayunado con la grata noticia de la madrugada de la resurrección -cual Ave Fénix- de un renacimiento de la República, de sus instituciones, de la independencia de poderes...
Se puede; este es el lema que deberemos luchar por imponer. Se puede tener instituciones, si acaso hombres libres y verdaderamente probos como el señor Vicepresidente Julio Cobos y el Senador Rached ejercen con hidalguía la función para la cual fueron elegidos, puede ser este el comienzo, la línea de partida de la recuperación institucional argentina. El Parlamento recuperado no deberá -nunca más- avalar leyes como superpoderes y otras yerbas que solo permiten el manejo discrecional de dineros públicos en manos de un señor Jefe de Gabinete quien supone no debe rendir cuentas por ello. Debemos ahora abogar por la derogación de leyes como la de Emergencia Económica, instaurada ya como emergencia permanente, en un país que se precia de crecer a tasa chinas y de poseer en el Banco Central reservas por casi 50 mil millones de dólares.
Ha llegado el momento de una justicia definitiva y abacadamente independiente del poder político, que aplique con racionalidad y equidad un buen criterio, tanto en sus investigaciones como en sus fallos. Si falla en beneficio de la movilidad de jubilaciones el Poder Ejecutivo y el Parlamento, no pueden ser autistas y postergar sine die las resoluciones. Deben trabajar por el esclarecimiento de todo hecho de corrupción, lo cual nos colocaría en el camino correcto de lo que sería una auténtica seguridad jurídica. Este invalorable calificativo nos permitirá ser reconsiderados como un país serio y destino de inversiones genuinas como lo ha logrado Brasil.
Estas y muchas otras oportunidades de optimizar los funcionamientos de la República, nos han sido regaladas por las organizaciones agropecuarias, las que, superando un mero reclamo impositivo, nos han abierto los ojos de la Institucionalidad perdida o, cuando menos, en serio riesgo. Señores, esperemos con sinceridad que el Poder Ejecutivo reflexione y, desde los disensos, busque los consensos, pues todos somos argentinos. No es conveniente seguir expresándose en términos anquilosados, anacrónicos, fuera de tiempo y lugar. Hablar hoy de "Puta Oligarquía" o golpes de estado, con Fuerzas Armadas más democráticas que nunca, que ni siquiera hacen planteamientos validos por haberes percibidos en negro, recurren a la Justicia como corresponde. No corresponde seguir recurriendo a conceptos como "grupos de tareas". Muchos menos mencionar ante una plaza atónita que solo concurre por clientelismos político la existencia de "comandos civiles". Ello hace reconsiderar la salud mental de quien profiere semejantes incongruencias.
Por último, señor ex presidente en ejercicio de funciones -como cierto periodista suele denominarlo- : deje a la Señor Cristina Fernández gobernar. Sepa dar un paso al costado y evite convertirse Vd. en el López Rega de la actual mandataria y señora Presidente. Convoque, dialogue, consensúe : busque soluciones integrales. La Nación es una mancomunidad de objetivos y nos incluye a todos, a todos los hombres de buena voluntad que deseen habitar este suelo, a aquellos inmigrantes que vinieron al país -como mi Nono- se enorgullecían de vivir aquí, de criar a sus hijos y nietos que simplemente se dedicaron a lo único que sabían hacer : trabajar. Jamás pidieron siquiera un solo subsidio al Estado Nacional.
Por Sorge, para El Ojo Digital Política.
Email : sorge_601 -arroba- yahoo.com.ar.
Por Sorge, para El Ojo Digital Política