¡Un voto, por favor! Una nueva forma de mendigar
Sin lugar a dudas, la expresión mas popular de los politiqueros actuales, se ha convertido en la consabida pseudoviveza o modo de expresarse, con que se manifiestan estos embaucadores en el arte de la mentira, con el sólo propósito de obtener un voto más, para luego de lo cual olvidar sus falsas promesas o realizar todo lo contrario.
21 de Julio de 2010
El país lleva así, y pese a ello, tiempos de libertad (aunque mediocre y turbia) para determinarse en los comicios; pero que no ha de considerarse consolidada mientras sólo se traduzca para los vencedores en satisfacciones materiales y venganzas estériles y programadas en la oscuridad de su vileza.
Debemos aún confiar en un despertar social, es decir, en el despertar del pueblo, en pos de aquellas conquistas de otro orden y atadas para siempre a factores morales entroncados en caminos éticos y soberanos, cuando serenados los espíritus y las corrientes populares tomen el cauce definitivo tras de enunciados que lleven en sí, perfectamente definidos, los principios en que reposa la verdadera felicidad.
Mucho y muy intensamente ha vivido el mundo desde la época en que se sostenía que la democracia es el reino directo de Dios y que no podrían los pueblos oponerse a su triunfo porque, al hacerlo, incurrirían en el pecado de impiedad.
En su doble discurso, son los políticos, sin duda, los que conspiran contra ella en su afán de reducirlo todo a problemas electorales. La postura del candidato frente al elector es siempre deslucida y medrosa, como viviendo en constante sumisión en demanda del sufragio. No puedo menos, en este punto que recordar a un parlamentario francés, eminente político, profesor brillante en Ciencias Políticas, espíritu liberal como pocos y que se refería a la desilusión con que asistía a la bancarrota de la democracia por parte de los políticos de su tiempo (inicios del siglo XIX), me refiero a Charles Benoist, que decía; "... Se somete a ordenes sin coherencia, escucha sin admoniciones de gente ignara, del oscuro valgun-pecus; el elegido carece de independencia y se establece el predominio, no del elector medio, sino de la masa inferior... el reinado del número absoluto...".
Es la incompetencia del legislador. ¡He aquí una de las mayores fuentes de perturbación y desaliento! sin pretender desmerecer con ello, la irresponsabilidad del Judicial y mucho menos la del Ejecutivo de prebenda y soberbia, resulta lamentable proclamar que en nuestro país la obra general del Legislativo, no solamente esta muy demorada con relación a los avances en el consenso de la casi totalidad de naciones, sino que la poca que se realiza es incapaz de cumplir en la practica las buenas finalidades que debería ser su aspiración por mandato de la sociedad.
Nunca falta en las legislaturas tanto Nacional como provinciales, hombres que tienen la noción del bien público, que sientan la inquietud el mejoramiento social y político; pero el funcionamiento regular de las Cámaras -condición indispensable para evitar sanciones apresuradas o imprevisibles- dependen de causas ajenas al interés puramente legislativo; la preocupación partidaria es más imperiosa, acentuándose el designio de llevar a los sitiales del parlamento a personas que se muestren dispuestas a favorecer con su docilidad las soluciones que mejor consulten el interés de la agrupación que pertenecen, cuanto peor si se trata del grupo gobernante.
Asimismo, en nuestro sistema, pareciera que automáticamente están excluidas de la función legislativa aquellas personas que no se avienen a las exigencias del profesionalismo electoral, o que no tienen aptitud para él, con lo que ha de resentirse, por fuerza, la bondad de la obra gubernativa. Al lado de los que demuestran en la brega saludable de las contiendas cívicas condiciones que los destacan y hacen merecedores de la consagración que conducen a las posiciones electivas, debieran también tener su sitio aquellos, que por carecer del arte de halagar a las masas, tiene que permanecer constantemente al margen de la vida cívica. Es la República la que se perjudica privándose de personas que son necesarias en todos los parlamentos para contrapesar los afanes tan en boga de sacrificar las conveniencias permanentes del bienestar general a exigencias transitorias de predominio personal o partidario.
La experiencia acumulada no arredra, sin embargo, a los falsos apóstoles. En toda tribuna popular, cada vez que se solicitan la simpatía y el voto de las clases más numerosas, se apela a esos enunciados altisonantes que tan hondas perturbaciones causan en el seno del cuerpo social. Resulta de utilidad recordar entonces, que los partidos, salvo excepciones, sólo orientan sus actividades con vistas a la obtención de posiciones electorales. Todas las demás manifestaciones de civismo son, entre nosotros, espasmódicas y desarticuladas.
Por estos días, finaliza un nuevo Periodo Legislativo, junto a él termina el año 2008, asimismo nos encontramos prestos a festejar las fiestas navideñas, pletoritas de alegría y esperanza para la grey cristiana y es por ello que hago votos para que el año que comienza, Dios ilumine la mente de los Argentinos, y encontremos el camino de tendencia que nos lleve al hallazgo de una vez y para siempre del rumbo que nunca debimos abandonar.
Por Ovidio H. Zánzero, para El Ojo Digital Sociedad.
Blog Deucalión.
Por Ovidio H. Zánzero, Blog Deucalión