Roland Garros : a Juan Martín Del Potro todavía le falta. Papelón mundial de un abucheado Fernando González. Los futuros retiros del tenis : Rafael Nadal y David Nalbandian

El tenis es un deporte no apto para cardíacos, pero al parecer tampoco lo es para deportistas latinos. Tanto al chileno Fernando González como a Juan Martín del Potro, la mente les jugó una mala pasada en este Roland Garros. "Vamos por partes", como dijera Tupac Amaru. Fernando González pierde, papelón mediante Feña llegó con toda la polenta a las semifinales del Grand Slam francés. Había perdido apenas un solo set hasta que se topó con Robin Soderling. El sueco -25o. del South African Airways ATP ranking- se propuso barrer el piso con el chileno apenas llegado al court : en poco tiempo, se había anotado ya los dos primeros sets del partido en su favor, por 6-3 y 7-5. No fue tan peleado el segundo; hay algunos resultados que son mentirosos, en tal vez el único punto de comparación que el deporte blanco tiene con el fútbol. Luego sobrevino la avalancha trasandina. Feña dejó alma y vida, peleó el tercer set como si su existencia física dependiera de ello, y se lo llevó por un nervioso 7-5. A pesar de que Soderling pareció quitar el pie del acelerador -y a propósito-, bien vale la pena resaltar la labor del mejor tenista chileno. Pero Fernando no se conformó con eso : batalló también durante el cuarto set, molestando al sueco con un portentoso saque y su poderoso forehand. Soderling comenzaba a alarmarse pero los timbres sonaron tarde : Feña ya se había llevado el cuarto set por la módica cifra de 6-4. Sobrevino entonces lo imposible : en la quinta manga, con González arriba en el marcador por 4 games a 1, llegaron a escena un par de pelotas discutidas por el chileno. Pero no tuvo fortuna con las decisiones del Umpire. El innecesario teatro que hizo Feña a partir de los fallos contrarios terminó por sacarlo del partido. En una ocasión, colocó sus posaderas sobre la marca de la pelota del sueco, como para borrar la prueba en modos poco elegantes. El público francés ya lo abucheaba hasta desgañitarse. Robin Soderling miraba de reojo y tuvo un flash : el chileno se había autoexiliado psicológicamente del match. No paró el sueco hasta ganar cinco games in a roll. Mientras Soderling se arrodillaba y casi derramaba lágrimas por el triunfo, Fernando González apenas entendía lo que estaba ocurriendo : se le había ido el partido y él solo parpadeaba, incrédulo y buscando la respuesta entre Martín Rodríguez -su entrenador- y la tribuna. Sin respuesta. Los que no tienen respuesta todavía son los fans chilenos, muchos de los cuales partieron raudos a los chats y foros de opinión de El Mercurio y La Tercera para crucificar a Feña. "Chaquetero", le decían algunos. "Te lo has farreado", bramaban otros en el mundo de los ceros y unos. La respuesta clásica es la de siempre : el gran problema de Fernando González es su preparación psicológica. Tal vez sea cierto : los chilenos están preocupados porque el Chino Ríos hace rato que ha dejado de existir. Nicolás Massú hoy ni siquiera figura entre los mejores 100 tenistas de la clasificación. Feña va por el mismo camino, con el agravante de las lesiones no tratadas y que están siendo literalmente "pateadas para adelante", pero que le pasarán la factura. Sin Feña, el tenis desaparecerá de los titulares de los diarios trasandinos. Tal vez Fernando esté sufriendo la carga de toda esa presión. Los medios definitivamente no colaboran. Pero debe subrayarse que las actitudes del Feña tampoco se anotan puntos con la afición. En mi caso particular, pude seguir las emociones del partido desde un bar porteño, plagado de parroquianos ávidos de ver buen tenis. Al momento de las protestas de González, todo mundo se arrojó contra él. De golpe, todos los asistentes vivaron cada punto del sueco. En una mesa cercana, alguien se excusó : "La verdad es que desde el primer minuto quise que perdiera el chileno, pero no me animé a decirlo". En fin, las cosas son así. Las realidades mentales y técnicas de Juan Martín Del Potro Juan Martín del Potro tiene todo para ser uno de los mejores cuatro o cinco tenistas del mundo. Pero no mucho más que eso. Para que el interesante jugador tandilense pueda escalar algún día un puestito más, será necesario que a Federer, Nadal y Djokovic se queden atrapados en un vehículo sobre las vías y que, acto seguido, los atropelle un tren. El lector sabe muy bien que Guillermo Vilas habla demasiadas estupideces. Su reciente comentario al respecto de que "Del Potro ganará muchos Grand Slams" solo puede circunscribirse al extenso legado de tontería que nos ha sabido obsequiar Willy : "Gabriela -por Sabatini- será la número uno", los horripilantes temas de Dr. Silva, su candidatura política soportada por el kirchnerismo... etc. El caso es que Del Potro jugó, tal vez, el mejor partido de su vida ante el Gran Roger -verdadero número uno, a pesar de que los papelitos lo pongan a Rafa Nadal primero-. Pero no le alcanzó. El suizo ganó -aunque con esfuerzo- en cinco sets : 3-6, 7-6 (2), 2-6, 6-1 y 6-4. Con todo, "Delpo" no dejó todo lo que pudo. Hasta el comienzo del cuarto set, se desempeñó con un aplomo y una regularidad jamás vistos en un tenista argentino. Decimos hasta comienzos del cuarto set porque este fue el momento en que la moral del tandilense se derrumbó como un castillo de naipes : Federer lo pasó por arriba, venciéndolo por un brevísimo -en lo que respecta a duración- 6-1. Fue en esa instancia que todos supimos que Roger se impondría en cinco sets. Nadie se imaginó a Del Potro definiendo el último parcial por "goleada". Era obvio. Una clave : el tandilense jugó un partido perfecto hasta la debacle del cuarto set. Hasta ese momento, jugó "a lo Federer", léase, devolviendo todo. Pero jugar contra Roger es como intentar medir la hora mejor que un reloj : uno solo puede ganar haciendo todo igual que la máquina, hasta que a esta se le acabe la pila. El desafío consiste en no desmoronarse antes. Del Potro pudo haber liquidado el pleito si no hubiera perdido concentración en el tie-break del segundo set y en el obvio cuarto parcial. Juan Martín necesita, por lo menos, dos años más de pelear dentro del top ten, con todas las oscilaciones que la tabla permita. Si logra mantenerse en la élite, habrá cumplido con la faena. Del Potro es varias veces mejor tenista que el insufrible cordobés David Nalbandian. Eso está claro. ¿Cuál es la diferencia? Del Potro deja verdaderamente todo lo que puede dejar en el court. Nalbandian, en cambio, jugaba con la cabeza puesta en la tripa gorda, el chinchu y el asadito del siguiente domingo en Unquillo. ¿Para qué esforzarse? Al cordobés le entró el tenis por el lado del glamour, el dinero y la buena vida. Nada de nacionalismos. Nada de camisetas argentinas. Todo eso es para la gilada. De buena fuente : "David odia que Delpo esté ahora entre las luminarias. Lo maltrató durante todos los entrenamientos para la Davis en Mar del Plata porque sabía que su carrera estaba próxima al fin y la de Del Potro recién comenzaba. Es típico de las envidias del tenis...". Para Del Potro, el quinto puesto del ranking mundial está bien. Solo tendrá que alejarse de las raqueteras de rigor, entre las que figura -a la cabeza- la juvenil de ascendencia holandesa Marcela Kloosterboer. Rafael Nadal, el ídolo con rodillas de barro Lo que oportunamente hemos comentado al respecto de Rafa Nadal se viene confirmando, poco a poco. Su insufrible tío y manager, el charlatán de feria Toni Nadal, ha confirmado que la participación de su sobrino en Wimbledon está en duda. Culpan a molestias del manacorí en su rodilla derecha, lo que también se ha visto agravado por su incorrecta forma de pisar. Ante este escenario, los diarios españoles se esfuerzan groseramente en ocultar la verdad que yace detrás. Sin importar se trate de As.com o de Marca, para los cuales en el mundo del tenis solo existe "Rafa". "Tendinitis crónica" dicen los reportes oficiales de los profesionales que vienen tratando a Nadal desde hace tiempo. Son esos mismos doctores que ya le han advertido que comience a disminuir su entrenamiento y participación en torneos, bajo riesgo de quedar lisiado. Rafael Nadal juega solo cuando su tió Toni se lo permite. Este, a su vez, es quien vocifera las incoherencias de rigor para la tribuna. Pero ni siquiera Toni tiene el poder para ocultar lo que todos en el circuito profesional saben : "Rafa", a más tardar, se retirará en dos años. El propio manacorí se lo relató a Nalbandian en secreto, y el cordobés no hizo control de daños, comentándole a ciertos medios argentinos : "Rafa no puede caminar cuando se levanta por las mañanas. Vive de inyecciones en las rodillas". Información correctamente verificada. Las nuevas molestias de Rafael, derivadas por "pisar mal", provienen de algo tan elemental como deductivo : el tenista se ha acostumbrado a pisar mal como consecuencia del dolor insoportable que sufre al intentar caminar normalmente. Más grave aún : no es solo la rodilla derecha. También la izquierda está comenzando a exhibir idéntico daño. La estrategia de "Tío Toni" -aparte de comprar el silencio de los medios para que los sponsors no escapen corriendo-, consiste en planificar el retiro de Rafael de la manera más amortiguada posible. Esto es, ahuyentarse lenta pero elegantemente de la mayor cantidad de torneos posible, cumpliendo con un calendario básico que evite una caída importante en el rankeo de Rafa. A largo plazo -dos años-, cuando Nadal haya caído indefectiblemente del top ten, se permitirá una "caída controlada" en las posiciones que ocupe del ATP y eventualmente, dar lugar a versiones sobre el retiro. ¿Cuál es el precio? Rafael Nadal sabe que no tiene mucho tiempo más de carrera. Su objetivo, mientras tanto, es recolectar la mayor cantidad posible de fondos, mientras aún figure entre lo mejor de lo mejor. El precio es la propia salud. Es probable que los patrocinadores de Rafa estén al tanto de la situación -de hecho, es obligación para ellos cuidar sus inversiones en los referentes del deporte-. Pero lo cierto es que, mientras más se pueda estirar el ciclo de vida del producto -en este caso, la vida deportiva de Rafa-, mejor. Luego lo escupiremos como chicle y buscaremos a otro a quien financiar. David Nalbandian, más cerca de Guga Kuerten que del regreso a los courts. ¡Una cadera por aquí por favor! David Nalbandian siempre es polémica. Pero pasó al primer puesto en la lista de deportistas locales más odiados cuando perdió la Copa Davis en Mar del Plata. Para no recordar sus ataques verbales contra Juan Martín Del Potro durante los entrenamientos. Pero la luz de David se ha apagado ya. Es falso lo que dijeron los medios al respecto de la frágil cadera del cordobés. Se dijo oficialmente -en un grotesco intento de encubrimiento- que David se había lesionado la cadera durante el pasado torneo de Conde de Godó, cuando lo cierto es que este tipo de lesiones, particularmente en deportistas profesionales, es gradual -acumulativo- y jamás inmediato. Al igual que los tenistas, los practicantes de años de artes marciales y los gimnastas olímpicos también sufren de importante desgaste de cadera y las partes óseas que la componen. Nalbandian se había decidido a postergar la operación, en vistas de que sabe muy bien lo que ella implica para cualquier jugador : la desaparición del circuito, o bien el retiro prematuro. Desde el primer diagnóstico, le vino a la mente lo que le sucediera al ex número uno del mundo, el brasileño Guga Kuerten, a quien le fuera informado que tenía idénticos problemas de cadera que Nalbandian. Kuerten fue operado y, tras medio año de rehabilitación y duro compromiso de entrenamiento, regresó a las canchas. Pero descendió abruptamente en los rankings e incluso su lesión se resintió. Kuerten hoy apenas puede caminar; incluso debió abandonar la práctica de surf, su hobby más preciado. Ni siquiera la prensa lo recuerda. El de Unquillo sabe que deberá reposar por lo menos seis meses si acaso pretende volver a agarrar una raqueta. La operación de su cadera salió dentro de lo normal, de acuerdo a lo informado por el Dr. Ruiz Cotorro, del CIMA de Barcelona -nosocomio donde se intervino al cordobés-. Pero la familia de David no quiso dar comentarios a la prensa, cuando se les preguntó por el estado de salud de David. Lo que no quisieron relatar es que Nalbandian ya sabe de antemano que su retiro del tenis está próximo. La no participación en torneos le restará incontables puntos y caerá en los rankings ATP. Su regreso será igualmente doloroso. Pero el propio David se ha llamado a silencio. The Ballboy, para El Ojo Digital Sociedad-Deportes. Email : elojodigital.com -arroba- gmai.com