Hacia una posible privatización del Congreso de la Nación
Parece broma pero, si observamos con atención las sesiones del cuerpo legislativo, comprobaremos que no es tal: el kirchnerismo es el que, con mayor imposición que sus predecesores, ha logrado atenuarlo y domarlo significativamente.
21 de Julio de 2010
Las instituciones han sido minadas en la confianza pública y descalificadas constantemente para lograr un Poder Legislativo como complemento del Ejecutivo, y una Justicia a su completa merced.
Solo los -cada vez menos? partidarios K dejaron de sentir vergüenza al observar por TV cómo se retiraban los legisladores, luego de conseguir el quórum necesario el día miércoles. Durante toda la sesión hubo solo unos 80 legisladores presentes en el Congreso; el resto se retiró, tal vez para dormir una siesta. Del mismo modo que aquellos que se presentan a sus tareas a fichar y luego regresan al final de la jornada con el mismo fin, concretando su objetivo de "cumplir" y así poder cobrar su sueldo.
Tal vez la privatización evite este problema y el descuento en sus haberes por las horas no trabajadas termine con esta vergonzosa práctica, aunque no evitaremos el voto disciplinado, aquel segundo drama nacional.
Lo cual me conduce a otro interrogante: ¿para qué contar con 257 diputados si con la mitad es más que suficiente?. No solo6 el ahorro en las dietas sería de gran ayuda, sino también las interminables horas de debate parlamentario -con discursos que nadie atiende- y pocos entienden.
El Parlamento es hoy solo una cuestión de número: cada partido cuenta sus soldados en función de sus decisiones políticas, y los Kirchner se han encargado de que esto sea cada vez más notorio, en desmedro de la alicaída imagen legislativa.
La necesidad del oficialismo de sumar legisladores a sus huestes hizo que decidieran privilegiar el objetivo mayor: fragmentar los multimedios actuales, sacrificando el poder de las telefónicas.
Y para que esto aparente ser una decisión política consensuada, también la Sra. Cristina Fernández anunció ambiguos cambios en la integración del futuro organismo de control, mas no aclaró si el Gobierno cederá la mayoría de sus miembros.
Seguramente, aquel organismo termine siendo una imitación del Consejo de la Magistratura. El verdadero poder de decisión -y de extorsión- quedó sujeto a dos diputados K, aunque muchos sectores tengan representación en ese órgano.
Finalmente, el instigador de estas malas artes -con sus continuas intervenciones públicas-, el "esposo" provoca el desconcierto popular entre lo público y lo privado; todo redunda en una cada vez más evidente una conducción matrimonial del Ejecutivo que es, cuando menos, peligrosa y lesiva.
La presencia de Néstor Kirchner le quita legitimidad a la política de Estado, si quien la maneja no fue elegido para ello.
Cristina Kirchner había prometido un salto en la calidad de las instituciones, pero las presentaciones de su consorte ponen de manifiesto una conducta que desmerece la reivindicación de género, del que tantas veces se ufana la mandataria.
La opinión pública, con su sostén del periodismo libre, puede evitar las limitaciones directas o indirectas del poder político.
Toda imposición autoritaria contra el periodismo es un embate a la democracia y se manifiesta en la exigencia de intervenir y hasta derogar los derechos individuales.
Sin prensa libre no existen democracia ni ciudadanos soberanos.
Por Francisco Montesano, TotalNews.com.ar.
Por Francisco Montesano, TotalNews.com.ar