Un Néstor Kirchner desencajado blanqueó sus planes de tomar las calles. Eduardo Duhalde refuerza sus contactos con el radicalismo y los jefes del conurbano. El "Nuevo Corralito" que asoma
El ex presidente se presentó en un acto a la medida en la Capital Federal y, casi fuera de sí, reveló los planes del oficialismo para fogonear el caos social si acaso la Administración de su esposa se viera acorralada por los legisladores opositores. Duhalde recorre Buenos Aires y alimenta sus acercamientos con los alcaldes del conurbano bonaerense -mayormente kirchneristas- y el radicalismo.
21 de Julio de 2010
Si nos quieren echar de las comisiones, que nos echen. Tenemos las calles y la voz del Pueblo.
Palabras más, palabras menos, Néstor Carlos Kirchner blanqueó, de esta manera, su táctica para incendiarlo todo si acaso el oficialismo se viera jaqueado en su faena al frente del gobierno.
El partido gobernante -si acaso existe tal cosa- se encuentra a la vera de aprobar la mentada Reforma Política y mucho se ha debatido al respecto de si los congresistas de la oposición podrán tomar la iniciativa y remover a los kirchneristas de las comisiones de mayor valor político en las Cámaras. Aunque lo más probable es que los diputados y senadores opositores poco puedan hacer al respecto: la propia Margarita Stolbizer se encargó ayer de refrendar esta creencia en el programa de TN A Dos Voces, de Sylvestre y Bonelli. Desde luego que Stolbizer no tiene las credenciales para presentarse como la "gran esperanza blanca" de la oposición, pero es lícito tomar sus palabras a modo de termómetro para evaluar el espíritu de los moradores de la vereda de enfrente a Kirchner en el palacio legislativo.
Kirchner se mostró en la Ciudad de Buenos Aires el día miércoles ante un grupúsculo de ruidosos acólitos. Ante ellos, se ocupó de armar una suerte de forzada presentación, tal vez con el objetivo de contestarle a muchos periodistas que venían siguiendo de cerca su ausencia de la luz pública. Desaparición momentánea que algunos relacionaban con una recaída en su estado de salud.
El esposo de Cristina Fernández se mostró desencajado -a pesar de que afirmaba rebosar tranquilidad- y la volvió a emprender contra el Grupo Clarín, al que se refiere, ya casi amistosamente, como "el Monopolio". El ataque aburrió desde el inicio, por lo previsible. Se dedicaron unas líneas a los periodistas que se autodeclaman independientes y que gustan de presentarse como filósofos, pero luego resulta que se mueven por la "obediencia debida". Tal es la visión, abundante en pedantería, de un ex primer mandatario para quien su llegada al poder y sus tropiezos desde 2003 parecen tener muy poco de criticable. Contrariamente a lo que muchos analistas piensan, el kirchnerismo no se envalentona frente a la prensa: le reserva un temor irracional y paranoico. Pero, ¿cómo reaccionarán los medios frente a la noticia -ya casi corroborada- de que las transmisiones del fútbol se revenderán a TyC?
De todas maneras, el color que hizo noticiable al acto fueron las palabras de Kirchner al respecto de que, si su gobierno perdiera las comisiones más relevantes del Congreso a manos de la oposición, el oficialismo se despacharía tomando las calles y utilizando "la voz del Pueblo". Otra muestra cabal de que el esposo de la Presidente de la Nación sigue sin notar que su plataforma perdió de manera humillante los pasados comicios legislativos. Tal como lo ha anticipado este humilde medio en incontables oportunidades, los Kirchner no manejan escenarios de resignación de aquí al futuro: no aceptaron la derrota del pasado 28 de junio, pero tampoco se entregarán en 2011, cuando la ciudadanía vuelva a cacheterlos. Con o sin reforma política de por medio.
Toda la liturgia kirchnerista se reduce al control callejero, pues sobran pruebas para corroborar que ninguna fuerza de seguridad protegerá al matrimonio presidencial y a sus "soldados de plomo" en la eventualidad de un estallido social. De ahí la necesidad de acordar con Hugo Moyano todo lo que éste solicite: porque no existe extorsión cuando una de las partes no tiene otra salida. Como contraprestación, el camionero pondrá a disposición del poder de turno su masa de trabajadores y manifestantes rentados. Idéntico rol le cabe a los piqueteros de Luis D Elía, aunque menores en número. La ecuación debería servir para disuadir a cualquier núcleo de manifestantes furibundos que, mañana o pasado mañana, osen movilizarse a Plaza de Mayo para pedir por la falta de seguridad o cuestiones que al poder no le interesan o, simplemente, no entran en su agenda.
La toma de las calles y el aprovechamiento oficialista de la "voz del Pueblo" se conjuga con el negro panorama que presentan las cuentas fiscales para 2010, que ya se sabe acusarán un déficit no menor a US$ 10 mil millones.
Sumado este dato a la inflación para el año que viene, que tendrá su puntapié inicial en un piso del 15%, ya el gobierno federal anticipa entre íntimos una movida para implementar una suerte de Nuevo Corralito, gracias al cual el Tesoro pueda echar sutil mano de los depósitos bancarios. El término "bono patriótico" vuelve a sonar fuerte en las retorcidas mentes de ciertos ideólogos del kirchnerismo, y la novedad también fue anticipada desde estas páginas, hace ya algunos meses.
De lo que se trata es que Néstor Kirchner y su mujer puedan disponer de la noche a la mañana de los $30 mil millones de que dispone el circuito bancario local y que se encontrarían "ociosos", pues el sistema ha decidido no prestarlos. Las cuestiones tácticas y de aplicación han sido analizadas por Carlos Pagni en su columna de mitad de semana en La Nación, y en sus líneas refiere las preocupaciones de un ex ministro de Hacienda K, al respecto de que la iniciativa traerá como resultado más inflación. Pero Amado Boudou -otro de los autores- corre detrás de los caprichos de Néstor y por estas horas se encuentra craneando los modos como para que el mercado de capitales y la plaza financiera no acusen la novedad de forma tal que todo resulte en una estruendosa corrida con evaporación de depósitos incluída.
En cualquier caso, para los tenedores de plazos fijos no sería una mala idea correr ahora mismo al banco y retirar todo lo que se pueda para trocarlo en moneda extranjera: aún con el dólar estadounidense "planchado", las fuerzas represivas de la economía kirchnerista lo convertirán en el mejor negocio para después de 2011. Y desde luego no sería muy sano confiar los ahorros de toda la vida -y que se han salvado o recuperado desde la crisis de 2001- al modelo oficialista de acumulación de divisa ajena. O Plan Robin Hood, como ciertos reporteros económicos se han animado a bautizarlo.
En el quehacer político, el ex presidente Eduardo Duhalde también está dando mucho que hablar por estas horas, especialmente luego de su reciente presentación en el Hotel Sheraton Libertador de esta Capital, bajo el paraguas del Movimiento Productivo Argentino. En aquel escenario, Duhalde aprovechó para volver a consolidar los conceptos moncloístas en la mente de los opositores con los que tiene contacto fluído, con la diferencia de que ahora la propuesta fue rebautizada, en la forma de un gran acuerdo de "unidad patriótica nacional".
En su visión, esta perspectiva debe incluír, como condición sine qua non, al radicalismo y sus principales referentes. Pero, con buena razón, no englobaría al PRO de Mauricio Macri y Francisco De Narváez, con quienes ya mantiene poco o nulo contacto. Para el ex presidente, Macri deberá conformarse con ser reelegido como alcalde de la Ciudad de Buenos Aires y no pasar de allí. En círculos duhaldistas se considera que Mauricio no ha sabido salir de su cruento amateurismo, acelerando ambiciones de cara al sillón presidencial y sufriendo, como respuesta, un brutal involucramiento mediático de parte del kirchnerismo en el escenario del espionaje. Cuestión que los entendidos resumen bajo la siguiente explicación: Macri se comprobó espiado por parte de operativos oficialistas y, en consecuencia, se decidió a pagarle al gobierno con la misma moneda, mandando hacer seguimientos de personajes y agrupaciones que responden al poder. Es un juego en el que ambos lados mantienen una importante cuota de responsabilidad. La diferencia es que el kirchnerismo ya está "jugado" y ni siquiera presta atención a las repercusiones mediáticas que caen sobre las propias groserías. Solo apuesta a destruir.
Francisco De Narváez, en su rincón, se ganó el odio declarado de los duhaldistas cuando decidió prescindir de su asistencia para las legislativas de junio. Venció a Kirchner, pero lo hizo con votos de los intendentes que son del riñón del de San Vicente, aunque hoy continúa negándolo. En el engrandecimiento de las ambiciones personales de De Narváez ha jugado un rol preponderante el militante y monje negro de PRO, Gustavo Ferrari. Desde el PJ "disidente" se le advirtió a ex hombre de Casa Tía que se desprendiera de este tipo de operadores que solo le traerían desgracia. Tarde se anotició de la recomendación.
Ahora bien, Eduardo Duhalde es de la creencia de que no es momento de anunciar candidaturas prematuramente, fundamentando esta visión en dos argumentos, a saber, primero: que la opinión pública ya ha sufrido un desgaste excesivo en este terreno y que ese desgaste podría trocar en desprecio hacia los "nuevos candidatos" y, segundo, que Néstor Kirchner ha demostrado salir rápidamente con "los tapones de punta" ante todo aquel que pretenda posicionarse como su adversario en la carrera hacia 2011. El esposo de Cristina Fernández ya se ha ocupado de defenestrar a Mauricio Macri y a Mario Das Neves, aprovechándose de las "debilidades del apuro". Le cortará las alas a todo aquel que se envalentone y se atreva a revelar sus ambiciones presidencialistas por estas horas.
Sugiere Duhalde, a todos aquellos que gustarían de lanzarse a la carrera, esperar al momento adecuado. Instancia que llegará, más tarde o más temprano, a partir del desbaratamiento indetenible que ya acusan los soldados del oficialismo, que ya mismo se encuentran en medio de una pelea fraternal que carcome desde adentro. A Kirchner, después de todo, le cuesta horrores mantener a raya a los "minigobernadores" del conurbano -Asís dixit-, piqueteros, CTA y CGT afín. Esta asociación no solo carece de futuro, sino que no tiene otro destino que la implosión.
Desde luego, el caudillo de San Vicente está envuelto por estas horas en un esquema de programadas y arduas caminatas, con vistas a peinar todo el territorio de la provincia de Buenos Aires, y por cierto conversando con intendentes en el proceso. No resulta llamativo que, en días recientes, se haya reunido con alcaldes conurbanistas que -en teoría- se ubican del lado del oficialismo. Pero el dato es que un gran número de ellos ya ha metamorfoseado y pasado de vereda, aunque eviten mencionarlo ante interlocutores indiscretos. Apoyar a los Kirchner para 2011 constituye un elemental acto de insania, pero aquel que se atreve a despegarse temprano sabe que podría terminar sin financiamiento o padecer situaciones como la que vivió el marplatense Gustavo Pulti durante el pasado verano, momento en que debió tolerar como un equipo de operativos de la S.I. dejaron a su ciudad sin agua corriente, volando en pedazos el sistema. Hecho motivado por las dudas que exhibía el independentista marplatense al ser "invitado" a sumarse a las "candidaturas testimoniales".
Eduardo Duhalde ha acelerado también los tiempos de acercamiento con el radicalismo y mantiene contacto regular con el Vicepresidente Julio Cobos, aunque nunca personalmente. Esta semana, incluso mantuvo un encuentro con el poderoso e influyente Enrique "Coti" Nosiglia, con quien conversó acerca de las posibilidades de nuclear a los radicales con los "pejotistas disidentes" que se sumarán al Congreso en diciembre. En la perspectiva de Duhalde, se vuelve fundamental acordar con los radicales, con el objetivo de llegar a 2011 en medio de un esquema que permita hacer realidad ese "acuerdo patriótico". Tal sería la meta final; antes de alcanzarla, se perseguirá el fin de cercenar todas las posibilidades del kirchnerismo en el ámbito político nacional.
Sin embargo, el problema de la candidatura no carcome a Duhalde, a pesar de que sabe que su imagen negativa es importante -en gran parte gracias al manejo propagandista con el que los Kirchner lo han atacado-. El "Piloto de Tormentas" cree firmemente que Julio Cobos -el político con mejor imagen del país- deberá acercarse a los "disidentes" para acordar sobre cuestiones operativas de cara a 2011 y estratégicas a posteriori. El propio Eduardo Duhalde jamás lo dirá, pues no coincidiría con su nueva postura de gentleman, pero lo cierto es que -sin aparato- Cleto no podrá ir demasiado lejos. Dato no menor sobre el que Cobos ha reflexionado en más de una oportunidad. Si el Vice pretende hacer de su popularidad algo real, deberá acordar no solo con los duhaldistas de Buenos Aires, sino también con los gobernadores y personajes influyentes con que el ex primer mandatario conversa periódicamente en Santa Fe, San Luis, Córdoba y el Litoral. De otro modo, sus posibilidades presidenciales irán a parar -para decirlo crudamente- al basurero.
A fin de cuentas, el fantasma de la Reforma Política tampoco le hace mella a las expectativas del duhaldismo puro de Barrionuevo, Toma y Venegas. Ellos y su principal referente ya saben que, de una forma u otra, ningún integrante del matrimonio presidencial ni cualesquiera de sus figuras tiene la menor chance en 2011.
En medio de las negociaciones, el condimento humorístico lo aportan las ambiciones electoralistas de Aníbal Fernández y el camionero Hugo Moyano. Prueba contundente de que el kirchnerismo siempre termina aportándole una sonrisa al panorama político.
Por Matías Ruiz, para El Ojo Digital Política.
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Por Matias Ruiz, para El Ojo Digital Política