La impunidad de Hebe de Bonafini, Sergio Schoklender y sus matones: apalean a Raúl Castells y a ciudadanos bolivianos
Difícil comprender las razones por las cuales la señora Hebe Pastor de Bonafini sigue eludiendo la prisión. Sobre la tarde del martes 15 de diciembre, su grupo de militantes y guardaespaldas amenazó, discriminó y apaleó a ciudadanos bolivianos que querían manifestarse en Plaza de Mayo. "Esta plaza es nuestra", fue el grito de guerra que siguió al calificativo de "fuera, bolivianos de m...".
21 de Julio de 2010
La violenta militante Hebe Pastor de Bonafini y el parricida Sergio Schoklender -bien se sabe- son parte del pasado. desde su organización Madres, apañada financieramente por el kirchnerismo, al parecer no se conforman con la liberación de cientos de miles de cheques sin fondo, sino que el matoneo, el amedrentamiento y el más inflexible autoritarismo son sus herramientas de uso corriente.
La noticia no tardó mucho en llegar a los periódicos, en la tarde del martes 15 de diciembre. Bonafini y sus acólitos -junto al abogado Sergio Schoklender, que tan buenos negocios ha cerrado desde la llegada de Néstor Kirchner al poder- se apersonaron a metros de la Casa Rosada para montar un espectáculo con la compañía del liquidado y patético cantante Ignacio Copani. El objetivo era apoyar a la Presidente Cristina Fernández, tras el falseado episodio de las amenazas contra su persona en la forma de interferencias escuchadas en el radio del helicóptero oficial.
Todo -las amenazas y el acto de Hebe- "atado con alambre".
Porque Hebe Pastor de Bonafini volvió a exhibir lo mejor de su carácter autoritario y violento. A unos pasos, un grupo de atribulados ciudadanos bolivianos pretendía contar con el apoyo de Madres para velar a un trabajador fallecido a manos -supuestamente- de un policía.
Pero los "derechos humanos" no estuvieron presentes esa tranquila tarde de martes. Estaban en otra parte. Asistiendo a un cóctel, quizás.
Bonafini y su siniestra compañía echaron a los bolivianos al grito de "¡Fuera, esta es nuestra plaza! ¿A ustedes quién los manda?". "¡Bolivianos de mierda!", sería el corolario de los intercambios. La frase partió desde la propia Hebe, para sorpresa de pocos.
A continuación, uno de los limítrofes trapeó el piso de la Plaza de Mayo con el cuerpo de un exasperado militante de Madres. Lógico. La reacción violenta acusó recibo con el gatillo del grito deleznablemente discriminador de la madre putativa de Néstor Carlos.
Golpes y patadas fueron y vinieron. Intervino el piquetero Raúl Castells, con el loable objetivo de intentar calmar los ánimos. No sirvió de mucho: el barbado luchador social ya no está para estos trotes. Fue apaleado sin piedad por los matones de Hebe Pastor de Bonafini y Sergio Schoklender, el abogado parricida (y que hace las veces de contable de la Universidad, sin mencionar el jugoso negociado que regentea con su imprenta, por la que pasan muchos de los encargos de Casa de Gobierno y sus dependencias).
"Cobraron" Castells y los bolivianos que solo querían encumbrar el nombre de su compañero fallecido. El episodio recordó, por momentos, al choque entre HIJOS y Franja Morada que tuviera lugar en tiempos previos a la caída de De la Rúa. Sergio Schoklender conducía el avance de los de HIJOS y, en ocasión de aproximarse los muchachos de Franja, emitió la orden definitiva -cual general-: "A esos, mátenlos". La sentencia recorrió todos los canales de televisión del momento, que cubrían el evento y se encontraron con una sorpresa grata para los ratings, aunque no tanto para los televidentes.
Dicen por allí que no es saludable fumar tabaco ni cruzarse con los muchachos de Hebe y Sergio en cualquier sitio público. A no ser, claro está, que uno se encuentre bien acompañado. Y me refiero a un ejército.
Es extraño el modus operandi victimizador de Hebe Pastor, que refunfuña contra "militares genocidas" y que declama defender la democracia. Pero desparrama su verborragia mientras vende conferencias en escuelas secundarias y llama a los jóvenes a "provocar una revolución" (recordar el caso del colegio Carlos Pellegrini).
Promociona su manifiesto en compañía de un abogado al que ya los federales han atrapado conduciendo un vehículo robado, para luego ser puesto en libertad, sin mayores preguntas. Y ha aprovechado la llegada de los Kirchner para montar un negocio millonario que incluye hasta emprendimientos inmobiliarios en las narices de un Mauricio Macri que no se atrevió a quitarle los subsidios de millones de pesos que le aportamos los contribuyentes porteños. Ah, ¿Ud. no lo sabía? Lea mejor los diarios; o bien, evite detenerse en los discursos vacuos de la Presidenta y repare en lo importante. Usted y yo, señor lector, abonamos impuestos nacionales y locales para que Hebe Pastor se llene los bolsillos, mientras se monta en esos fondos para destruir cada día más nuevas porciones del país con sus matones.
¿Vive mal Hebe? Regálese alguna vez una caminata por los bosques de Palermo y allí la verá, haciendo marcha rápida para intentar bajar los kilitos de más. Sin pañuelo, claro está. Pero con guardaespaldas. Obvio. Si se es tan "popular", ¿sería necesario ir custodiado? Difícil de entender, ¿no es así?
¿Cómo sigue libre esta señora? ¿Cómo es posible que el abogado Sergio Schoklender pulule con libertad por las calles de Buenos Aires, aplastando cabezas y discriminando con absoluta impunidad? ¿Acaso el hecho de que haya estado en la cárcel lo convierte en alguien que se ha ganado la libertad, sin importar lo que haga de aquí en más?
¿O será que, en la Argentina de los Kirchner, la igualdad ante la Ley es un concepto desteñido que aplica solo a aquellos que hacemos lo contrario de lo que ellos nos piden?
Observe el agudo lector las personas que hoy componen el núcleo "salvador" de la Presidenta y su marido. Deslice su mirada por cada uno de estos nombres, y haga lo posible por no olvidarlos.
Hebe Pastor de Bonafini
Sergio Schoklender
Milagro Sala
Luis D Elía
Edgardo Depetri
Hugo Moyano
Estos son los únicos aliados que le quedan al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y su consorte. Son aquellos que "han cambiado a la Argentina" en compañía del matrimonio. Estos nombres son los que representan al gobierno "nacional y popular".
Son también los que deberían en alguna cárcel común cuando esta pesadilla termine. Porque si así no fuera, Dios nos guarde.
Por Ricardo White, para El Ojo Digital Política.
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Por Ricardo White, para El Ojo Digital Sociedad