El Banco Itaú y los cajeros fantasmas. ¿Qué objetivos persigue el Estudio de abogados Marval, O' Farrell y Mairal?
El extraño pero perturbador caso de un columnista de El Ojo Digital a quien amenazan con ejecutarle su propiedad, a pesar de que casi tenía cancelado su crédito hipotecario. La desordenada desaparición del Banco del Buen Ayre y la misteriosa operatoria del "Dr. Sobrero" y el bufete de abogados "Marval, O Farrell y Mairal". La desconocida firma "Asep Solution" y el dudoso negocio de la adquisición de deudas ajenas.
21 de Julio de 2010
He poseído una cuenta corriente (de número 232/3) -casi "fundadora" del entonces Banco del Buen Ayre S.A., al punto de ser considerado cliente VIP por mi conducta-.
Hoy, y desde el año 2004, se transformó en el Banco Itaú Buen Ayre S.A.(institución con la que jamás he operado), debido a la adquisición/fusión de parte de la Banca de Brasil.
En el año 1995 me fue otorgado un préstamo hipotecario de $36.000, a ser abonado en 48 cuotas mensuales, con el objetivo de adquirir mi actual vivienda. Expresamente, me autorizaron a efectuar los pagos en cajeros automáticos. Obligación que cumplí (excepto en lo que compete a las cuatro últimas cuotas, por encontrarme desempleado).
Lo hice de manera puntual en distintas sucursales, utilizando la tarjeta Maestro que me había sido entregada el banco, o bien tarjeta VIP del igual tenor.
La mayoría de los pagos fueron realizados en cajeros de la entidad cercanas a mi domicilio (el barrio de El Palomar), en Roca 1383 de Hurlingham, o bien Nueva York 3952 del barrio porteño de Villa Devoto.
En marzo del año 2006, recibí una insólita demanda de parte de un estudio de abogados denominado "Marval, O Farrel & Mairal", sobre ejecución hipotecaria y consecuente embargo, como si hubiese pagado solamente nueve cuotas. Nota de El Ojo Digital: actualmente, el estudio coincide con la denominación comercial "Marval, O Farrell y Mairal", cuyo sitio web es http://www.marval.com.ar/ y su domicilio en la Capital Federal coincide con el de Av. Leandro N. Alem 928 (1001) Buenos Aires, Argentina. Sus teléfonos: (54.11) 4310.0100 y (54.11) 5296.1400. La lista de socios es importante y puede consultarse en la URL http://www.marval.com.ar/socios/Frontend/socios.asp?Idioma=Ingles&Tipo=S. Allí pueden encontrarse apellidos encumbrados en la práctica de los servicios legales en la Argentina.
Previo a esto, un tal Dr. Sobrero, me cita a un estudio en Palermo (todos los datos han sido rubricados en la causa), quien invoca la presunta deuda, y a él acerco copia de los comprobantes (de color amarillento, habida cuenta del lapso transcurrido) de todos los pagos efectuados.
Esto tuvo lugar durante el mes de marzo del año 2001. Me quedé tranquilo, esperando me informen la manera de abonar las 4 cuotas faltantes.
Cinco años después, me encuentro con la descabellada demanda, y que acabo de referir, en donde se me reclama la totalidad de 39 cuotas impagas...
Todo fue oportunamente tramitado por mi persona en el juzgado de Primera Instancia en lo civil Número 40, Secretaria Unica de Capital (siendo el expediente el que lleva el número 12.590/06). Lo hice a través de la figura de mi letrado, oponiendo excepción de pago parcial y con agregado de extractos. Expliqué la historia de mi caso, acercando la tarjeta que utilizaba, y bregando por mi derecho constitucional de Propiedad.
Dada la contundencia de mis aseveraciones, el Juzgado abre la causa a prueba (pese a ser un juicio ejecutivo y no poder exhibir carta de pago, con los tickets de cajero en Manos de Sobrero, abogado del Itaú).
La perito (hasta la Corte suprema ya conoce como actúan éstos) se limita simplemente a expresar lo que el banco le refiere, sin entrar en detalles ni, mucho menos, en el fondo de la cuestión. Cabe acotar -y no es poco- que los cajeros que mencioné desaparecieron, por motivos que ignoro, luego de haber efectuado mis últimos pagos.
La perita, pese a que se le solicitó oportunamente, ni siquiera se molestó en requerir los movimientos de estos cajeros que, sin duda alguna, parecen ser "fantasmas".
Acto seguido, el Juzgado dicta sentencia en contra de mis argumentos, y es en esa instancia cuando presento un memorial de agravio y apelación a la Cámara en lo Civil.
La Cámara se expide y sentencia que "El pago no está documentado", por lo que da lugar a la ejecución de la sentencia (que aún sigue en trámite). Ahora, se me reclama desde un estudio de nombre "Blouson & Asociados" que, al parecer, "compró" la deuda junto a una empresa de nombre Asep Solution. Los albaceas de esta me citan a sus oficinas de Leandro N. Alem 465, oficina 4 "G" -por cierto, a pocas cuadras del Estudio Marval, O Farrell y Mairal- y, de manera increíble, me ofrecen conciliar la deuda sobre la base de $ 200.000.
Es de presumir que el Buen Ayre le haya "endosado" el falso pasivo al Banco Itaú, que el mencionado le "vendiera la deuda" al Estudio Blouson, para que, a la postre, estos me refieran a la desconocida firma Asep Solution. Nota de El Ojo Digital: en relación al Estudio Blouson y Asep Solution, no se pueden hallar datos en Internet ni en otras fuentes, lo cual agrega una mayor dosis e intranquilidad al misterio.
En definitiva, mi propiedad podrá ser ejecutada (en el fondo construyó mi hijo su vivienda durante el año 2005; éste tiene hoy dos hijos menores y otro por venir).
Anticipo que resistiré, por cualquier medio, la subasta o invasión de mi propiedad.
El señor Presidente de la República Federativa del Brasil, Luiz Ignacio "Lula" Da Silva, debería estar informado acerca de las prácticas de su banco en la Argentina. Lo propio puede reclamarse del Señor Canciller de Itamaraty.
Nuestra Corte Suprema de Justicia debería actuar de oficio en casos como el mío y similares. Aunque tal vez sea demasiado esperar, es dable desear que algún honesto fiscal allane la institución bancaria y el estudio de sus personeros legales. Algún perdido legislador bien podría presentar un pedido de informes.
La Justicia debe primar en nuestra querida Patria, por sobre cualquier maniobra que pudiere rayar en la estafa lisa y llana.
De otra manera, se empuja a los ciudadanos a administrar justicia por otros medios.
Agradezco la promoción de mi caso, así como también el contacto de todos aquellos interesados o que hayan pasado por situaciones similares.
Por el Lic. Francisco Scolaro, para El Ojo Digital Sociedad.
DNI 4.702.585
Pampa 1456, (1684) El Palomar
Provincia de Buenos Aires,
Argentina
TEL: (011) 4751 973
Móvil: (011) 15 3 2539957
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