La enfermedad de la malevolencia
Ahora convaleciente y víctima de su salud, días antes Néstor Kircher victimizó en forma humillante y sádica al gobernador Daniel Scioli durante un acto político al que ambos asistían.
18 de Septiembre de 2010
Con siniestra ironía lo caracterizó de incapaz, utilizando políticamente el grave caso de inseguridad que afectó a la Sra Carolina Píparo y a su hijito Isidro, muerto en el hecho, caso que conmueve a toda la sociedad.
Y lo hizo de una forma tal, que no se espera sino de los enemigos más acérrimos, dispuestos a utilizar la falta de escrúpulos hasta las últimas consecuencias.
No importó que Daniel Scioli, aquiescente hasta la exasperación con los Kirchner, reciba continuas críticas por su sumisión.
Tampoco importó que equivocado o no, el gobernador haya desplegado un plan sistemático de megaoperativos policiales, que aún con muy buenos resultados parciales, no alcanzan en absoluto para detener el deterioro de inseguridad que vive nuestra provincia.
Como un verdadero capomafia, y con tono afectado y condescendiente, Néstor Kirchner invitó al gobernador a que acuda a él para ayudarlo, y lo hizo como se reta a un chico por intentar hacer algo que no sabe, ni puede, sin pedir ayuda a su padre.
No importó que Néstor Kirchner sea el jefe político del partido del Gobernador. Ni que sea un virtual presidente de la “república”. O que sea un diputado nacional que no participa del congreso, representando justamente a una provincia de Buenos Aires que arde en la inseguridad.
Como si las responsabilidades fueran algo que a él no le caben, Kirchner, que aún mantiene la aspiración de llegar con su poder intacto hasta cerca del 2020, no presentó un plan, un proyecto, ni hizo una análisis estratégico de la inseguridad, lo que suena lógico ya que hasta omitió mencionarla, como lo hace con temas como la inflación, la corrupción, la pobreza, la pérdida de calidad educativa, y tantos otros que afectan el bienestar ciudadano.
Y nadie en mejor posición que él para hacerlo.
No le pedimos políticas de Estado. Aunque más no sea, sólo querríamos un poco de buena fe. Pero no. Ni eso.
Néstor Kirchner sólo nos mostró el camino de la manipulación, el engaño, y la abierta traición al compañero, con una malevolencia pocas veces vista.
Malevolencia que quizás sea el veneno que hoy lo enferma.
Por Alejandro María Cardoso, para El Ojo Digital Política.
Web: http://alejandromariacardoso.blogspot.com/
Por Alejandro María Cardoso, para El Ojo Digital Política