Rotundo éxito en el operativo de rescate de los mineros chilenos. En la Argentina, le recuerdan a Cristina Kirchner el caso de los fallecidos en la mina de Río Turbio en 2004
La crónica de un hecho que dio inicio con color de tragedia y que finalizó en milagro.
14 de Octubre de 2010
El 5 de agosto de este año, una triste noticia daría la vuelta al mundo: 33 personas habían quedado prácticamente enterradas en las entrañas de una montaña en el desierto de Atacama en Chile, a unos 800 kilómetros de Santiago, ciudad capital del país.
Tras un derrumbe en la conocida mina San José -de donde se extrae cobre y oro-, treinta y trés mineros, con edades que oscilaban entre los 20 y 60 años, quedaron aislados de la superficie. La profundidad se calculó en unos 700 metros; a esa distancia del exterior llevaban a cabo su sacrificada faena.
Siete días luego de producido el derrumbe, el ministro de Minería, Laurence Golborne Riveros, afirmó ante una radio emisora que las posibilidades de rescatar con vida a estas personas eran casi nulas. Sin embargo, algunos familiares eran optimistas: creyeron firmemente que sus seres queridos podrían estar con vida.
Sobrevinieron días de incertidumbre y desasosiego para familiares y amigos de los involucrados; el gobierno chileno -encabezado por el Presidente Sebastián Piñera- se decidió a hacer todo lo posible por rescatarlos. La administración jamás escatimó esfuerzos; por el contrario, los funcionarios a cargo se dieron a la tarea de forma inmediata. Hoy puede concluírse que el rescate ha sido un ejemplo que, por momentos, cobró ribetes épicos. Abundó el profesionalismo.
Luego de conocerse que los 33 mineros se encontraban con vida en un refugio de la mina, se diseñó un plan de rescate. Este consistía en cavar tres pozos diferentes, pensando en que alguno de ellos podría enfrentar problemas o atrasos a la hora de la excavación. La labor fue ejecutada por un grupo cercano a las 500 personas.
El rescate se programó cuidadosamente. Se planificaron la alimentación, la comunicación, y la preparación mental para la extracción, no obviándos detalle. Este episodio -sin antecedentes en la historia- es único a partir del esfuerzo y la tenacidad demostrados por muchos. Hemos sido testigos del ejemplo, el coraje, la valentía, la esperanza, y la solidaridad. Novedades como esta engrandecen el espíritu humano, proyectándolo.
Uno a uno, los mineros fueron extraídos en la "Cápsula Fenix", y recibidos por sus familiares y por todas las personas que se encontraban allí. Por cierto, entre ellas se encontraba el presidente chileno Sebastián Piñera con su señora esposa y algunos de sus colaboradores. Pernoctaron allí los trabajadores que asistieron en el operativo y -como no podía ser de otra manera-, cientos de corresponsales de todo el mundo que narraban al detalle los pormernores del evento.
Los damnificados fueron transportados a un hospital para ser examinados exhaustivamente. Serán holgadamente recompensados con un conjunto de premios. Entre ellos, invitaciones para ver jugar al Real Madrid de España, el Manchester de Inglaterra, el Barcelona, la selección chilena de fútbol. Se inscriben en esa larga lista regalos tales como ropa interior para sus allegados, cajas de vino, el ofrecimiento de 8 mil euros a cada uno de ellos -efectuado por un un empresario- y viajes en un crucero. Para esos hombres incluso se analiza la posibilidad de que el parlamento chileno declare se hagan acreedores de una importante pensión graciable.
El rescate finalizó el día 13 de octubre de 2010. Incríeblemente, sumando los detalles de la fecha (13+10+10), se obtiene el número 33. Cifra cabalística que ha surgido como una constante en este evento, desde que comenzó.
Corresponde también el reconocimiento para el primer mandatario trasandino, quien en ningún momento politizó la tragedia. Piñera solo procuró poner a disposición todo el recurso humano, tecnológico y financiero a mano para hacer frente al desafío. Las comparaciones son inevitables: en la Argentina, no pocos optan por recordarle a la Presidente Cristina Fernández de Kirchner la inacción que le cupiera a ella y a su marido en junio de 2004 (Néstor Kirchner era presidente). En un hecho similar al que hoy ocupa las primeras planas del mundo, pero ocurrido en una mina en la localidad de Río Turbio en Santa Cruz en aquel año, perdieron la vida catorce trabajadores. Los medios nacionales y el gobierno procuraron ocultar la noticia, y que rápidamente desapareciera de los periódicos.
Volviendo al caso chileno, enhorabuena por el rescate de aquellos hombres. No todos los días un suceso trágico llega a término convertido en milagro. Sin lugar a dudas, un hito histórico que no será olvidado en la historia de la Humanidad.
Por Carlos Vilchez Navamuel, para El Ojo Digital Internacionales.
Blog: http://carlosvilcheznavamuel.blogspot.com/
Por Carlos Vilchez Navamuel, para El Ojo Digital Internacionales