El alcohol, las drogas y el fracaso escolar
“De acuerdo al informe publicado por el Instituto Di Tela, el 57% de los alumnos de nivel secundario no logran finalizar su educación, sin ahondar en los posibles motivos de tal situación. La Asociación Antidrogas de la República Argentina, sin embargo, afirma que el consumo de sustancias es la causa concreta de ese fracaso”.
“Luego de cinco años de liberalizada de hecho la marihuana en la Argentina -comentó el presidente de AARA-, las consecuencias son palpables, dado que los niveles educativos se encuentran ostensiblemente por debajo de los porcentajes de Bolivia, Paraguay y Ecuador. Se demuestra que, a pesar de que el Estado argentino se ha preocupado por ser “menos exigente” a la hora de promocionar alumnos, ellos igualmente abandonan el sistema escolar.”
“Debemos tener presente -remarcó Claudio Izaguirre- que la marihuana, por ejemplo, destruye la memoria reciente, haciendo imposible que el alumno pueda recordar un concepto explicado 15 minutos antes. Por otro lado, también se hace necesario agregar que el THC (tetrahidrocannabinol) -compuesto activo de la marihuana- permanecerá en el cerebro durante los 28 días posteriores al momento del consumo, impidiendo el funcionamiento correcto del sistema neuronal.”
“El alcohol hace lo propio -describió Izaguirre-, dado que el etanol (compuesto activo del esta sustancia legal), estará presente en el cerebro de ese adolescente por las siguientes 72 horas, impidiendo el desarrollo intelectual de la persona.”
“Dos depresores -recordó Claudio Izaguirre-, el alcohol y la marihuana, se unen para impedir el progreso cognitivo del estudiante, empujándolo hacia un cúmulo de pequeños fracasos, que culminarán en la autoexpulsión del sistema escolar.”
“La tendencia del joven consumidor -explicó el activista antidrogas- es poner fuera de su responsabilidad esos fracasos, tratando de mostrar que el docente no sabe explicar, que tiene un particular encono con él y que a esto se suma una exigencia innecesaria por parte de sus progenitores convivientes. Todos, en este punto, se convierten en críticos de su bajo desarrollo intelectual y en enemigos de sus deseos destructivos.”
“La ingesta de sustancias depresoras -detalló Claudio Izaguirre- que afectan severamente ese cerebro en desarrollo, el fracaso sistemático a nivel escolar y la punición de los familiares convivientes, eclosionan en una sensación de fracaso. El consumidor de sustancias adictivas, tiene de por sí un escaso soporte emocional para enfrentar las frustraciones dado que, para ellos, estos escollos son cuestiones infranqueables que los hacen sentirse obligados a la autoexpulsión, con tal de no sentir más el dolor de ese fracaso.”
“Mientras tanto -puntualizó Claudio Izaguirre-, encuentran en el consumo el placer necesario para mitigar la desilusión que provoca la falta de éxito. Es dable recordar que las sustancias adictivas generan en el cerebro la producción momentánea de un neurotransmisor conocido bajo la denominación de Dopamina y que es el encargado de hacer sentir placer. La ecuación entonces es: droga=fracaso, desilusión=droga.”
Por Claudio Izaguirre
Presidente
Asociación Antidrogas de la República Argentina
Director de CINCOMETAS.COM diario digital
Diplomado en Adicciones (UNTREF)
Entidad Miembro de ONU DC
Delegado por Argentina ante la Drug Watch International
Embajador para la Paz (UPF)
Entidad Afiliada a EURAD (Europa Contra las Drogas)
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