El programa exportador
La Argentina acumula miles de problemas, pobreza, y deterioro social e institucional, que hunde al pueblo en un abrumador desorden: confusión social y tensiones, los políticos no pueden resolverlos y los más irresponsables prometen soluciones extravagantes.
Argentina acumula miles de problemas, pobreza, y deterioro social e institucional, que hunde al pueblo en un abrumador desorden: confusión social y tensiones, los políticos no pueden resolverlos y los más irresponsables prometen soluciones extravagantes.
Las falencias no pueden remediarse en el corto plazo, por lo que el país debe decidir las políticas para superarlas. El objetivo debe ser eliminar la pobreza y que el ingreso per cápita de la población se equipare al de los países ricos, lo que requiere triplicar sus actuales ingresos. No se conseguirá con nuestro reducido mercado interno, ni estimulando el consumo interno (que será efímero), ni redistribuyendo los ingresos del sector privado, (que retrasará la inversión), ni aumentando el gasto y la inversión pública, (que alimentará la corrupción y dilapidará recursos).
Para que los argentinos sean ricos en la comparación internacional, deben triplicarse las exportaciones al enorme mercado mundial. La mayor actividad económica inexorablemente creará nuevas fuentes de trabajo, aumentará los salarios reales y el mercado doméstico y, ayudará a resolver problemas acumulados. Las exportaciones no pueden resolver el flagelo de la corrupción, las deformaciones institucionales y la autocracia, pero son una condición ineludible para la prosperidad y la armonía social.